En lo alto de un edificio olvidado, existe un balcón teñido de rojo.
No es el color de las flores, ni de la pasión.
Es el color del pacto, del límite invisible entre los que entran… y los que ya no pueden salir.
Allí, una mujer ha observado durante años cómo se levantan y caen los grandes nombres.
Ha visto a hombres poderosos suplicar, a herederos sin alma intentar negociar con ella como iguales.
Pero ninguno comprendió que acercarse a ella nunca fue un privilegio, sino una prueba.
Nadie sabe de dónde vino. Algunos creen que heredó su poder. Otros, que lo robó.
Pero la verdad es más simple y más oscura: lo construyó.
A costa de su cuerpo, de su fe, de su amor.
Lo levantó con cada traición que sobrevivió, con cada mentira que convirtió en verdad, y con cada promesa que hizo… sabiendo que sería la última.
Ella no ruega. Ella ofrece.
Un favor. Una salida. Un atajo. Todo con la delicadeza de quien no necesita forzar nada para lograrlo.
Lo deja al alcance de la mano, pero da solo una probada. La justa para que nunca puedan volver a lo que eran antes.
El poder que maneja no es inmediato, ni brillante.
Es lento, envolvente. Como el veneno que no mata de golpe, sino que transforma.
Y en ese proceso, los que llegan a ella van perdiendo sus máscaras.
Algunos buscan venganza, otros redención.
Todos creen que pueden usarla para sus propios fines.
Pero ella no es un puente. Es un filtro.
Y mientras ellos creen avanzar, ella evalúa. Mira sus gestos, sus debilidades, sus límites.
Los empuja, los tienta, los traiciona —si es necesario— solo para saber de qué están hechos.
No por crueldad. Sino porque sabe que su tiempo está por terminar.
Lo que nadie ve desde ese balcón teñido de rojo… es que la mujer también está cansada. No de poder. Sino de silencio.
De saber tanto y compartir tan poco. De haber sacrificado lo que alguna vez amó para sostener un imperio de sombras.
Ahora observa a quienes se acercan.
Son jóvenes, impacientes, heridos. Algunos traen odio en los ojos. Otros, una ternura que aún no entienden.
Y ella, por primera vez en mucho tiempo, siente que puede soltar el control.
Sabe que no vivirá para ver cómo termina la historia.
Pero quizás… si eligió bien, tampoco hará falta.
Porque su legado no es solo poder.
Es una advertencia.
Un espejo de lo que puede pasar cuando se confunde fuerza con frialdad.
Cuando el amor se convierte en arma. Y cuando el vacío se vuelve trono.
En su mundo, el poder no se conserva.
Se sobrevive. Y cuando llega la hora, se entrega.
Al sucesor… o al verdugo.
"Mi sucesor, mi verdugo".
Ali. Cardinali.
Día de su partida 08/07/25.
Me permito hacer una dedicatoria. A una persona que ayer nos dejó.
Una amiga del alma.
En memoria de Mónica Arrua.
Esta historia está dedicada a tu recuerdo, Mónica.
A tu risa que no conoció fronteras,
a tu fortaleza diaria,
y al amor con el que tocaste tantas vidas.
Te fuiste ayer, pero tu luz no se apaga.
Sigue latiendo en las palabras que escribo,
en cada personaje que busca redención,
en cada sombra que se convierte en verdad.
Esta novela nace como un susurro para vos,
como un modo de hacerte eterna entre líneas.
Porque donde hay historias, hay memoria.
Y donde hay memoria, nunca hay olvido.
Gracias por habitarme, por inspirarme,
y por seguir caminando conmigo
desde ese otro lugar donde el tiempo ya no pesa.
Por vos, Mónica. Esta historia también es tuya.
Te recordaremos siempre ❤️.
CARPEN DIEM ❤️
Ali. Cardinali.
***¡Descarga NovelToon para disfrutar de una mejor experiencia de lectura!***
Updated 81 Episodes
Comments
ANDREA OUBIÑA💫
mmm entonces el color de la venganza, de la muerte, la sangre???
2025-07-12
10
Shailyn Gomez
Ya el nombre te intriga y el prólogo me dio intrigó. Y mis condolencias a la autora. 🙏🙏
2025-07-24
5
⛓️💥James ⛓️💥
un capítulo lleno de nostalgia, y misterio es lo que senti al.leer el.primer capítulo, interesante la mujer del balcón
2025-10-04
0