impasible

-. Elliot, oh mí amado hijo.

Desperté de golpe creyendo haber escuchado la voz de mi madre hablándome al oído como siempre lo hace antes de mancillar el cuerpo de su propio hijo.

Quede unos segundos divagando, entre a la ducha y abrí el grifo de la regadera, todo mi cuerpo se estremeció al contacto con el agua fría de la mañana; pero poco me importo. Solo quería limpiar la porquería que soy y sentirme mejor conmigo mismo.

Termine de ducharme y me vestí para ir al colegio. Sería un día más a mi condena silenciosa, subí al auto de mi chofer y dio marcha para iniciar mi día.

Todos los que se cruzaban conmigo en los pasillos me miraban con repulsión y desdén; los murmullos no se hicieron esperar.

-. Ya llego el rarito.

.- qué asco

.-no entiendo como alguien como el viene de la familia Livingstone.

Por más que intentes ignorar las habladurías, siempre estarán ahí. Carcomiendo tu alma como viles buitres.

Todos ellos son una mierda, a veces he tenido la fantasía de asesinar a todos y cada una de ellos de una manera tan lenta y dolorosa que sus gritos vivan en mis recuerdos. Sin remordimiento lo haría ahora, pero los testigos son muchos y no quiero pasar toda mi vida tras las rejas. No valdría la pena en lo más minino, prefiero que se maten con su propia envidia.

Entre al aula doce, la clase de trigonometría estaba por comenzar, camine hasta el último pupitre bajo la atenta mirada de todos.

Sería un día tedioso sin lugar a duda.

La profesora Patricia entro, su cara seria silencio a todo el salón; nadie la soporta por su carácter tan directo y serio que tiene. Pero es la mejor maestra de todo el colegio.

-. Buenos días jóvenes, recuerden que tienen solo esta semana para entregar todos sus trabajos; iniciaran con su pasantía el treinta de marzo, no olviden que de eso depende su futuro.

-. ¡Pero eso es injusto profesora! ¡Algunos de nosotros ya tienen la vida hecha!

Y como estúpidas ovejas, los demás comenzaron a gritar y expresar sus quejas; por mí.

-. No entiendo su queja e indirecta, joven Duckman; si su padre es el dueño de una fábrica textil de la cual seguro gana millones.

Se quedó callado; pero volteo a verme con desdén y una clara advertencia que solo supe identificar como – más te vale cuidarte o te partiré la cara – no sería la primera vez que soy golpeado por ese imbécil llamado Derek y sus ovejas pendejas que son sus amigos.

Tuve que mantener un perfil bajo durante todo el día, no salí del salón en ningún momento ni siquiera para ir a desayunar, moría de hambre pero mil veces prefería eso que ser golpeado y humillado ante toda la escuela.

Corrí entre los pasillos para llegar al estacionamiento, mi chofer ya me esperaba y solo subí al auto sin llamar mucho la atención. ¿Acaso era mi día de suerte?.

-. Joven Livingstone, su padre me pidió que vistiera apropiadamente; unos clientes suyos vendrán de visita a casa.

¿Clientes? Es extraño que lleve clientes a casa, suele preferir atenderlos en las oficinas donde se la pasa todo el jodido día.

-. ¿Sabes quiénes son?

-. Es una familia de Hassle, se apellidan Topher.

¿Topher? Jamás había escuchado de esa familia, supongo que son unos idiotas que se ganaron la lotería hace poco y quieren rodearse de gente de alta alcurnia como nosotros. No me sorprendería; no es la primera vez que sucede algo similar.

Cerré los ojos un momento y al abrirlos, ya estaba en casa.

Suspire con pesadez mientras subía las escaleras para llegar a la puerta principal, no deseaba ver a mi madre; pero como una garrapata asquerosa, estaba sentada en el sofá con una botella de vino blanco y un vestido que dejaba ver sus tetas sin sostén y sus bragas rojas.

-. ¡Elliot! Amado hijo, ven y siéntate con mami.

Sentí nauseas al escuchar el tono sicalíptico que uso al pronunciar mi nombre, esa mujer no tenía ni la más mínima pizca de decencia o "instinto materno" jodida puta.

La ignore y solo fui a mi habitación, necesitaba con urgencia una siesta; más tarde me prepararía para las visitas de mi padre y fingir ser el hijo perfecto de los Livingtone. Me deje caer en la cama y no supe más del mundo por unas horas.

-. Elliot.- la voz maternal de Claudia llego a mis oídos, sus manos movían con suavidad mi pecho, intentaba despertarme de la manera más dulce que deseas no hacerlo y seguir sintiéndote amado.- vamos niño, las visitas de tu padre están por llegar.

-. En un momento me levanto, lo prometo.

Abrí los ojos y lo primero que vi, fue a la única mujer que me ama sonreír y mirarme con el mismo amor que yo le tengo.

-. No te vayas a tardar mucho, prepare connoli como postre, pero sin querer prepare mas.- se acercó y beso mi frente.- los dejare en la encimera, ¿de acuerdo?

-. Gracias, nana.

La vi salir con una sonrisa más grande de lo normal, rara vez la llamaba nana y sé que eso le gusta. Tarde más de lo planeado en salir de mi letargo, aun me encontraba cansado y deseaba seguir en la cama hasta que amaneciera.

Me quite toda mi ropa y solo quede en bóxer, busque en mi closet una camisa negra y nos pentalones que fueran mediamente formales para la estúpida reunión con las visitas de mi padre.

Voltee rápido a la puerta tras escuchar cómo se abría.

-. ¡Lo siento!.- cerro la puerta tan rápido como la abrió.

¿Existe el amor a primera vista? Me vestí tan rápido como me fue posible, por alguna razón creció en mi pecho una necesidad de verla de nuevo y poder escuchar su voz. No tenía la menor idea de quien era ella, pero la ame desde ese segundo que la vi.

-. Hijo, que bueno que bajas.- la voz de mi padre me saco de mis cavilaciones, no fui consciente del momento en que baje las escaleras.- quiero que conozcas a los Topher, trabajaran con nosotros a partir de hoy.

Decir que era hermosa, no bastaba para describirla; ¡ella era un bellísimo ángel!.

Pequeña, de piel morena como la azúcar mascabada, cabello brillante y negro y sus ojos ¡carajo que ojos tan bellos! Marrones claros que me miraban con timidez y sus mejillas, aunque poco visible, estaban sonrojadas.

Llevaba puesto su uniforme de la escuela, eso la hacía lucir más adorable y hermosa, falda tableado negra, camisa de cuello y manga larga blanca con un chaleco negro que tenía el logo de la escuela del lado derecho de su pecho y las medias blancas que usaban le llegaban hasta el muslo, usaba zapatos con tacón. Pero aun así se seguía viendo pequeña.

-. Su padre me ha hablado mucho de usted, joven Livingstone.- Salí de mi ensueño por la voz del sujeto que estaba enfrente de mí, él no se parecía en nada a ella, ¿será su pareja? Eso me hizo molesta, ese imbécil no debería tocarla.-. Soy Angus Topher y ella es mi hija Valery.

Un hermoso nombre para una hermosa mujer.

-. Hola.- saludo con timidez mientras alzaba su mano.

Ella seria mía, lo supe desde que la vi y no planeaba dejarla ir, porque la amo.

 

 

 

 

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Comments

Evangelli Hernandez Lazo

Evangelli Hernandez Lazo

se me complicó un poco leer este capítulo pero después de leerlo dos veces entendí jajaja

2022-11-10

0

Lúcia Feliciano

Lúcia Feliciano

Hay madre mía.

2021-05-01

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