Gabriel dejó de responder.
No por desprecio, sino por desgaste.
La tristeza ya no lo derrumbaba. Solo lo vaciaba
Recorría los pasillos del palacio como un fantasma —ni triste, ni furioso, solo ausente—. Su andar era elegante, su espalda recta, su rostro sereno… pero sus ojos no miraban nada. Ni a nadie.
Atther
*Lo noté. Y no supe qué hacer con el nudo que se me formó en el pecho.*
…
Una mañana sin hora, Gabriel entró a la sala del trono. Atther estaba allí, como cada día, leyendo o escribiendo algún documento que ya no importaba. Al ver a Gabriel cruzar, levantó la cabeza. Solo un gesto, un pequeño intento.
Pero Gabriel no se detuvo. Ni lo miró. Pasó a su lado como si fuera una estatua.
…..
Días después, Atther intentó acercarse en los jardines de piedra. Gabriel observaba su pequeña planta —aquella enredadera gris que crecía sola junto a su ventana—. Era el único punto de vida en todo el inframundo.
Atther
*me acerque, pero me detuve a algunos metros* Ha crecido más de lo que imaginé.
Gabriel
*no respondí, ni tan siquiera lo mire*
Atther
*tragué saliva. Di un paso más y con un tono bajo* Te traje un libro de plantas del mundo exterior… algunas pueden sobrevivir aquí, si se cultivan con…
Gabriel
*sin mirarlo y con un tono indiferente* No quiero más regalos.
Atther
….
Atther
No lo hice como ofrenda.
Gabriel
Todo lo que haces, lo haces esperando algo a cambio.
Atther
*sus palabras fueron como dagas en una herida abierta* ¿Y qué crees que quiero?
Gabriel
*me gire un poco* No me importa.
Ese fue el golpe. Preciso. Certero. Frío. Atther permaneció en silencio un instante más. Luego dejó el libro sobre una roca, sin insistir. Se retiró sin hacer ruido.
Gabriel bajó la mirada a su planta. Solo entonces murmuró, apenas audible
Gabriel
No sé si estoy más solo contigo o sin ti…
…
Esa noche, Atther no apareció en la cena. Ni en los pasillos. Ni en los jardines.
Gabriel
….
Alissa
Joven Gabriel, gusta que busque al Señor Atther?….
Gabriel
No, estoy bien así
Gabriel lo notó. No lo dijo. Pero lo sintió. Por primera vez desde que llegó, él fue el que pasó junto al trono vacío. Y por primera vez, el silencio le pesó más de lo esperado.
….
Esa madrugada, mientras todos dormían, Gabriel abrió el libro que Atther había dejado. Lo hojeó en secreto.
Gabriel
*Me detuve en una ilustración, “una flor que solo crece cuando dos dioses dejan caer su sangre sobre la misma raíz”.*
Gabriel
Una flor de dos mundos.
Hermosa. Y profundamente imposible.
Gabriel
*cerré el libro sin decir nada*
….
Pero esa noche… Gabriel soñó con Atther por primera vez.
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