IV

El joven entró y dejó sus cosas en la entrada, no había visto a la invitada, pero no tardó mucho en darse cuenta debido a que la señora le dio la bienvenida y Mei lo saludo, el joven estaba sorprendido, no la conocía y tampoco había escuchado hablar de una persona como ella de parte de su familia, por lo que el pregunto el quien era ella y la chica le contesto con una sonrisa.

—Es un gusto conocerlo, mi nombre es Mei

—Oh, el gusto es mío señorita yo soy Shaoran -contesto viendo a su madre- madre ¿es tu conocida?

—No, es una conocida de Emi - dijo sin pensar- nos trajo una carta de ella.

—Bueno creo que es hora de irme, aun tengo que buscar una posada donde permitan mi caballo, vendré pasado mañana por si le quiere mandar una carta a Emi, asta luego.

—¡Espera! -grito la señora poniéndose en su camino- si quieres puedes quedarte aquí, te quedarías en el dormitorio de Emi no creo que le moleste.

—Es muy amable de su parte señora y en verdad se lo agradezco pero no quiero causarle problemas -hizo una reverencia al decir esto y al levantarse dijo- así que no se preocupe.

El joven solo observaba, su madre le dio una mirada pidiéndole que hablara, la señora solo esperaba que no dijera algo equivocado y la entendiera.

—No seria una molestia, después de todo eres conocida de mi hermana, quédese a comer y lo piensas mientras tanto -miró a su madre- ¿verdad madre?

—¡Claro que si! -contesto emocionada- y no aceptaré a un “no” como respuesta.

Mei al ver que no tenia otra opción y ya que tampoco le gustaba que le rogaran acepto con un suspiro y después agrego:

—Esta bien solo si me deja ayudarla en la cocina.

—No, ¿cómo podría? Que tipo de anfitriona seria si te dejo hacer eso -dijo sin parar y moviendo sus manos en forma de negación- yo me encargo y Shaoran me ayudara.

—Si no acepta mi ayuda entonces me iré ahora mismo -la amenazo tomando su mochila- así que as...

—Esta bien -dijo interrumpiéndola- aceptare su ayuda.

—Bien, solo que también vine por unos asuntos por lo que quisiera hablar con usted.

—¡Perfecto! -acepto al instante- te guiare al dormitorio para que deje sus cosas.

—Esta bien lléveme, y después me llevara a donde la cocina para ayudarla -antes de que la llevara recordó el caballo- pero antes ¿tiene un lugar donde pueda dejar el caballo? O ¿sabe un lugar donde puedan cuidarlo?

—Aquí lo puedes dejar, Shaoran lo llevara a la parte de atrás -le hizo una seña al chico papara que lo llevara- llevarlo cariño.

—Es muy amable señora pero no quisiera molestarlos más de lo que ya lo he hecho, así… -fue interrumpida por el joven.

—No es ninguna molestia, yo lo llevare -al decir esto se fue.

—Gracias, -alcanzo a decir antes de que saliera de la habitación, cuando lo perdió de vista se dirigió a la mujer- a usted también señora.

—No te preocupes por eso, pero llámame Yumi por favor.

—Si así lo desea, entonces la llamare Yumi-San, solo espero no faltarle al respeto.

La señora no dijo nada más y fueron al dormitorio, dejo sus cosas y después se dirigieron a la cocina, hicieron las comida entre plática y risas, cuando por fin terminaron de hacer los platillos, salieron para acomodar y terminar lo que yacía falta, no se habían dado cuenta de que desde hace un rato había llegado un hombre hasta que lo vieron descansando, al parecer era el esposo de la señora y este se llamaba Takeshi, parecía un hombre muy bueno, pero no se sabe… después de unos minutos seria hora de comer y estaban poniendo la mesa pero solo pusieron cuatro lugares lo que significaban que alguien no comería entonces Mei preguntó:

—Disculpe, quisiera saber ¿quién no nos va a acompañar?

—Es Gao mi hijo más pequeño, el nunca nos acompaña desde el día en que enfermo -al recordar baja la cabeza- pero no te preocupes.

—Entiendo, pero ponga el lugar que falta, quisiera hablar con el para que nos acompañe, claro que si me lo permite.

—Claro, si puedes hacer que nos acompañe te lo agradecer de todo corazón, ven, te llevare con él.

La señora la guio al dormitorio del niño y una ves ahí toco, por unos minutos nadie contesto, pero no se rindieron y siguieron tocando, pasados cinco minutos la señora abrió la puerta sin importar nada y entro a la habitación, el niño estaba tirado en su cama.

—Gao querido, alguien quiere hablar contigo…

No hubo respuesta, llamó nuevamente y por segunda vez nadie contestó, la señora abrió la puerta asustada y se encontró al niño tumbado en la cama boca arriba mirando el techo sin hacer nada, se acercó y el niño la miro sin expresión.

—La señorita Mei quiere hablar contigo, ella es amiga de tu hermana, les hablaré cuando esté hecha la comida.

Sin esperar respuesta salió de la habitación cerrando la puerta tras ella, los chicos se miraron fijamente por unos minutos, el silencio gobernó la habitación, el niño no se movía o siquiera hacía un gesto, ella lo imitaba, parada a unos pasos de él, pero cuando Mei se enfadó rompió el silencio Y toco levemente el brazo del niño.

—Tu hermana te manda decir que te quiere, que te extraña y que se esforzará para conseguir un puesto donde le permitan salir y visitarlos…

Él seguía son mover ni un solo músculo, parecía que no le importaba pero la realidad era otra, sus ojos lo mostraban, pero un peso le impidió hacer o decir cualquier cosa.

—Te puedo ayudar pero deberás hacer un esfuerzo, si logras deshacerte de esto que te tiene prisionero te puedo premiar ¿Qué te parece un paseo a caballo?

Un brillo paso fugaz por sus ojos antes de oscurecerse nuevamente ¿eso era depresión? No quería siquiera saberlo, no tenía ganas de vivir, no quería luchar, ¿qué fue lo que le puso así? Pudieron pasar muchas cosas y aunque no quiera ella lo vería en breve…

Pasaron los minutos mientras ella intentaba ayudarlo cambiando sus recuerdos con hipnosis, así como con ayuda de sus habilidades, poco a poco sus ojos mostraban un brillo que no tenían, lo estaba haciendo regresar, estaba por terminar cuando llamaron a la puerta.

—Mei, Gao, la comida está lista.

—Ahora vamos.

—Los vamos a esperar.

—Esta bien, en unos minutos nos unimos a ustedes.

Escucho como se alejaban los pasos y suspiro, el niño la miraba fijamente, sus ojos ya mostraban un brillo de vida.

—Vamos, levántate y acompáñame.

El no se movió, antes de que ella llegara el niño se levantaba y andaba pero no hablaba por nada, tampoco los acompañaba en sus comidas, se ocultaba siempre en su habitación.

—Acompáñame a cenar con tu familia y mañana le pediré permiso a tus padres para que me acompañes a pasear en caballo..

—¿Lo… prometes?

—Por supuesto.

Mei le regaló una sonrisa cálida al pequeño haciendo que aceptara, fueron uno al lado del otro al comedor, al mirarlos todos se sorprendieron pero no dijeron nada. La señora sirvió la comida y comieron en silencio, al terminar de comer sin esperar nada Mei hablo.

—Me gustaría pedirles permiso para que Gao me acompañe a pasear mañana.

—No creo que sea muy conveniente -dijo el señor- no tiene buena salud…

—Yo quiero ir… -hablo el pequeño sorprendiendo los nuevamente- ¿puedo?

—¿Te sientes mejor cariño? -pregunto la señora con esperanza- por fin estas hablando -algunas lágrimas resbalaron por sus mejillas.

—¿Cómo...? -dijo a medias el hombre, el joven solo observaba atentamente.

—No importa el como, solo que ya esta mejor, no necesitara medicación, solo les pido que no dejen caer demasiado su estado de ánimo por unos días.

—Padre… -insistió el niño.

—Esta bien, pero tengan cuidado.

—No se preocupe, lo tendremos.

Hablaron un poco antes de marcharse a hacer sus cosas, faltaban algunas horas para que cayera la noche así que tendrían un tiempo libre. Mei se dirigió a donde habían llevado al caballo, la familia de Emi no era rica pero tampoco era pobre, tenían un trabajo estable y una casa propia, aunque no era demasiado grande o lujosa cumplía con sus necesidades.

A la mañana siguiente se levantaron y se prepararon para tomar el desayuno, después de este los jóvenes saldrían s dar su paseo, el pequeño estaba emocionado, su vieja enfermedad había sido olvidada por él aunque sus padres aún se preocupaban de su salud, al terminar de comer fueron por el caballo y partieron. En el camino iban hablando de muchas cosas, el que más hablaba era el niño que le estaba contando sobre su familia y cuanto extrañaban a su hermana mayor, cuando termino de hablar sobre su familia el niño le pregunto a Mei sobre la suya a lo que ella le contestó:

—Mi familia no esta conmigo, yo crecí en un orfanato desde que era un bebé, así que no se mucho de ella, pero algún día los volveré a ver por lo menos a mi madre.

El niño no comprendió bien de lo que hablaba pero igual no quiso preguntar nada más, presentía que no debía hacerlo, podría ser un tema delicado para ella por lo que era lo mejor. Al ver la expresión del niño Mei le dijo con entusiasmo, uno que le pegó al pequeño.

—¡¡Vamos por unos dulces!!

No paso mucho tiempo cuando se fueron a un lago que al niño le gustaba ir, había sido petición de él y no quería desanimarlo, aún no se recuperaba por completo, con todo y la ayuda de Mei debía estar tranquilo un tiempo para estar curado, aunque no fuera fácil ya que podría recaer en cualquier momento, no todo era para siempre despuésdetodo... Cuando llegaron al lugar se tumbaron en el suelo y comieron las cosas que llevaban, acababan de comer pero entre tanto les volvió a dar apetito, estuvieron observando el paisaje un buen rato, jugaron con un conejo que se les había acercado ¿de dónde salió? Solo el animal lo sabía, de un de repente se les acercó y ya, pero bueno, cuando estaba por caer la noche regresaron a la cada del niño pasando por donde no lo habían hecho, quería conocer un poco más del lugar antes de partir ¿y qué mejor que aprovechar un guía? No era algo que podía rechazar fácilmente…

Paso el tiempo rápido, ya había caído la noche entre renta vuelta, después de todo si estaban muy lejos de la casa por lo que la chica le dijo al niño que se agarrará fuerte ya que se irían muy rápido el niño lo hizo y Mei empezó a correr, no quería que los padres del pequeño se preocuparan y se enojaron con ella, el tiempo había volado con tanta diversión, pero bueno, en pocos minutos llegaron a la casa del niño y su padre justo iba de salida, el niño al bajar del caballo estaba tan feliz que asta daba brincos y gritaba que fue muy divertido, también que le contaría a su madre de lo rápido que podía andar ese caballo, pero la chica lo detuvo y le susurro…

—No le digas que corrimos, se enojara y no te dejara pasear conmigo de nuevo.

El niño al escuchar esto le prometió que no lo haría ¿cómo perder la oportunidad de volver a montar un animal así? No quería arriesgarse así que una vez de acuerdo ambos entraron a la casa con el señor Takeshi que había salido a esperarlos, al parecer en una hora seria la cena, pero esta vez no le permitieron ayudar en la cocina en vez de eso le dijeron que fuera a hacer algo más, Gao le propuso jugar pero allá le dijo que después, no le apetecía y también podrían verlo como inapropiado, uno nunca sabe lo que los demás piensan… bueno eso se supone, al no tener nada que hacer le pregunto donde se podría dar una ducha, cuando le ayudaron a llenar la bañera ella busco unas ropas y sin perder tiempo todo un baño.

En un rato salió fresca, limpia y más ligera, y sin perder el tiempo se dirigió al dormitorio que le asignaron para terminar de alistarse, cepillo su cabello y después de terminar al poco rato fue llamada por la señora Yumi, la cena ya había sido servida, por lo que sin más fue al comedor, cenaron, charlaron un poco, después se despidieron y fueron a dormir. Pero Mei noto algo extraño, el joven Shaoran la criticaba con la vista y en todo el día no le dirigió la palabra, también había algo que vio al ver los recuerdos de Yumi entonces cuando todos estaban dormidos ella fue a la habitación del chico.

Al llegar esta llamo a la puerta tratando de no despertar a los demás, sabia que era inapropiado pero para lo que le importaba, no era una chica que siempre seguía ese tipo de reglas, no siempre podía hacerlo… en poco la puerta fue abierta y el chico salió, al verla se sorprendió pero no levantó la voz, no quería problemas.

—¿Qué haces aquí?

—Tengo que hablar con usted -dijo con cara seria- ¿puedo pasar?

—¿De que quiere hablar? ¿Y que horas son estas? -la regaño- no es bueno que este aquí, no es apropiado por lo que le podía que se valla por favor.

—No me iré, se tu secreto solo quiero tu ayuda, ¿podrá darme su ayuda?

—¿Qué?, ¿cómo? -se preocupo- ¿cuál… secreto?

—¿Quiere que lo diga aquí? -dijo sin expresión y agrego- O me dejara pasar.

—Esta bien, pasa -se hizo a un lado resignado- ¿Qué es lo que me quieres decir?

—Bueno al parecer ya descubriste de donde vengo y como conocí a Emi -dijo tomando asiento- pero eso no es ningún motivo para dejar de hablarle a una persona.

—¿Por qué no dijiste de donde venias? – tomo asiento al lado de la joven- según llegaste hace unos pocos meses ¿cómo es que pudiste salir? ¿Acaso te escapaste?

—Oh… al parecer tenemos un chismoso -dijo con voz burlona- pero castigare al que se lo dijo y a usted por ser tan descortés, ¿acaso así se tratan a los invitados? Siendo usted uno de los que insistieron en que me quedara aquí.

—¿Qué?, ¿cómo que me castigara?, ¿Me hará daño?

—No seas tonto no puedo hacer daño a las personas que me ayudan -dijo poniéndose seria- pero me dirá mas sobre su marca.

—¿Cuál marca? -dijo volteando hacia otro lado- no se de lo que habla.

—Desde pequeño has tenido una marca pequeña en el abdomen – hace una pausa – tu tenias miedo porque escuchaste lo sucedido hace tiempo, al parecer nunca le dijiste a tu madre que poder te otorgaba la marca del lobo, pero si adivino puedes hablar con los animales ya que nadie aparte de tu madre debía saber de el lugar donde vengo y aun así tu te enteraste, por lo visto le agradaste al caballo y te lo conto.

—¿Cómo sabe de mi lunar?

—No es un lunar aunque podrías llamarlo así, pero en realidad es una marca y al parecer yo se mas de ti que tu mismo, -suspiro y continuo- desde las antigüedades antes de que existieran estas rivalidades han existido personas con distintas marcas y poderes, en ese entonces eran tratadas como dioses pero debido a una profecía esta adoración fue sustituida por desprecio, ahora toda persona con una marca eran muy despreciados o asta asesinamos. Existen 6 marcas según parece, de ellas una es la que tiene mayor poder en estas seis marcas, una es la más poderosa que contiene los poderes y mád de las otras, estas marcas son las del lobo, león, leopardo, águila, flor de loto y por ultimo fénix, de ellas el fénix es el mas poderoso, yo desconozco los poderes de estas marcas así que tu me ayudaras diciéndome cuales son tus habilidades.

—¿Cómo sabes eso? -dijo sorprendido- yo nunca he visto un libro que explique esto.

—Existe uno, pero a este se le llama “el libro prohibido” un día lo encontré por lo que lo cogí a escondidas hace años, pero dime tus habilidades, o ¿solo tienes una?

—Pues solo tengo un buen olfato, agilidad y el poder hablar con los animales – dijo pensando- pero tengo una pregunta, ¿cómo supo de la marca y su forma?

—Interesante, ya quiero descubrirlo. Bueno cambiando de tema no puedo decirte el como me entere, hice una promesa si debes saberlo tarde o temprano lo sabrás, -suspiro- ahora dime todo lo que te dijo el caballo.

—No dijo mucho pero su nombre es Zeus, y lo que me dijo es que hace unos meses llegaste al palacio como sirvienta, te trajeron junto con otras 10 chicas, en un par de meses pasaste ¿del primer puesto? No lo entendí bien el como esta organizados pero eso dijo él, bueno que pasaste de eso a ser una de las alumnas del rey, por eso -se detuvo, suspiro y continuo después de un rato – no nos aras daño ¿verdad? Nunca antes a existió un caso en el que el rey aceptase a una alumna…

—Claro que no, y no sabia que las noticias volaban y asta los animales se enteraban de ellas, pero si, todo es correcto por eso tengo permitido salir… bueno préstame tu mano quiero ver algo, ¿puedo?

—¿Esta bien? -extendió la mano- no hagas nada raro.

—Cállate -sostuvo su mano y dijo- voy a cerrar mis ojos no quiero que me interrumpas si lo haces espera las consecuencias.

Este no dijo nada, y dejo a la chica sostener su mano, Mei cerro sus ojos para ver todos los recuerdos y poder escuchar todo lo que el escuchó cuando era bebé, aunque el no recordara por si mismo algunas cosas ella las podría ver y escuchar todo desde que estaba en el vientre de su madre, después de un tiempo soltó su mano y dijo:

—Tienes una vida muy interesante no solo por la marca -dio una risita y continuo- dime ¿eres adoptado?

—No Yumi y Takeshi son mis padres biológicos ¿por qué?

—Olvídalo eso no puedo decírtelo yo, bueno quiero que me ayudes con algo ¿me ayudarás? -al ver su expresión agrego- no es nada peligroso pero necesito tus habilidades.

—Esta bien, -suspiro- ayudaré nada mas porque ayudaste a mi hermano a que se sintiera mejor y solo si no pone en peligro a mis seres queridos.

—Perfecto, ocupó que mandes un ave al pueblo del norte a investigar sobre la señora Noemi, ocupo saber su posición actual, salud o todo lo importante sobre ella.

—¿Quién es esa mujer?, ¿por qué quieres que la investigue?

—Ella hace 15 años era la primera concubina del rey Qiang y es alguien importante para mi así que quiero saber como esta.

—¿Cómo sabes eso? Si esa es tu edad, dime mas y te ayudó.

—No puedo decir mucho sobre ella -suspira- lo único que puedo decir es que es muy importe para mi.

—Eso no ayuda -dijo cruzando los brazos- si quieres mi ayuda tengo que saber mas sobre ti y tu familia.

—Bueno lo que te puedo decir es que yo crecí en un orfanato del pueblo del este, y gracias a esta mujer sigo viva así que quiero agradecerle pero como soy del reino enemigo será difícil verla así que ocupo información, ¿me ayudaras?

—Esta bien, te ayudare pero prometerme que cuando sea el momento me dirás todo.

—Solo si debes saberlo -se puso de pie- bueno gracias y por favor ocupo la información antes de mi partida si todo sale bien tendrás la verdad muy pronto, ahora me voy adiós onii-chan que descanses.

—Que descanses Mei -cerro la puerta después de que se fuera y dijo- ¿Cómo lleve a esto? ¿Y porque cambia su animo?

Este se siguió haciendo preguntas y buscando respuestas, pero no entendía mucho así que se fue a dormir. En el dormitorio donde estaba Mei esta alisto sus ropas para salir el día siguiente a hacer una inspección a los alrededores, y ha practicar ya le había comentando a la señora Yumi que saldría todo el día y regresaría asta el anochecer ya que tenia unos asuntos que debía atender pero aún así se marcharía ese mismo día.

descargar

¿Te gustó esta historia? Descarga la APP para mantener tu historial de lectura
descargar

Beneficios

Nuevos usuarios que descargaron la APP, pueden leer hasta 10 capítulos gratis

Recibir
NovelToon
Step Into A Different WORLD!
Download MangaToon APP on App Store and Google Play