II

Los días pasaron y con ellos los años cada año que pasaba ella aumentaba sus habilidades he iba controlándolas para que nadie las descubriera, así siguió hasta que cumplió la edad de cinco años y por fin se libro de su asistente, teniendo así un poco mas de libertad aunque seguía siendo vigilada, en el orfanato le enseñaban lo que necesitaba saber, no podía salir pero igual se escapaba para practicar, no era como que fuera muy buena siguiendo las reglas a decir verdad. En este lugar también les enseñaban las artes marciales a los ocho años pero solo a los hombres, a las mujeres no se les permitía aun así ella desde los seis años los observaba y en sus escapadas practicaba haciéndolo de a poco un habido de casi todos los días, debido a esto cada vez iba siendo más buena en ello, la práctica hace al maestro después de todo, y así siguió asta que cumplió 15 años ya que había mejorado mucho en sus practicas y poderes redujo sus días de entrenamiento, pero para su desgracia o quizás fortuna un mes después de cumplir los 15 años el rey Wing mandaría gente a reclutar personas, tanto hombres para ser caballeros como mujeres para ser sirvientas.

En el reclutamiento solo pasaban los hombres mas fuertes y con mas habilidades, y las mujeres entraban con solo ser hermosas y que supieran hacer los quehaceres, aquí se podía entrar a la edad de 14 años pero en algunos casos algunos hombres entraban antes, las mujeres entraban a los 14 como sirvientas. En la historia de ambos reinos tanto como del imperio nunca hubo una mujer practicante de artes marciales y según ellos solo servirían para servirles ¿podrían estar más equivocados? Imposible…

Antes de que llegara ese día todas las mujeres intentaban verse lo mejor que podían para ser escogidas… o bueno a acepción de una chica, todas las chichas lo hacían ya que según ellas era un honor el servir en el palacio, por lo general en este orfanato nunca adoptaban a los niños, solo los reclutaban, todos tenían un alboroto para arreglar lo necesario así como para mejorar, la única que no se unía a esto era Mei ella seguía con sus rutinas o vida cotidiana y debido a eso sin darse cuenta llego el día tan esperado casi por todos las mujeres mayores de 14 años, se tenían que vestir formalmente, pero a Mei no le interesaba eso aunque al final la obligaron y tuvo que hacerlo, ella se vistió lo mas simple posible no tenia ningún interés en entrar como una sirvienta del palacio. Pues desde que llego todas la despreciaban por ser la mas hermosa del lugar y había rumores de cuando desaparecía, un día cuando tenia 10 años una chica que le tenia coraje ya que también era la única que tenia una habitación para ella sola, entro en su pieza para espiarla, entonces vio a Mei salir del baño con solo una toalla y el pelo recibido en un moño, esta chica alcanzó a ver algo en su espalda pero antes de ver completamente lo que era Mei se acercó a la chica y la corrió, esta se sorprendió de que la encontrara y salió corriendo, después de eso hubo rumores de “la chica del tatuaje”, “la niña misteriosa”.

Cuando llegaron las personas encargadas de reclutar a los jóvenes Mei intento escaparse pero el encargado la detuvo con la escusa de que si no asistía podría ser castigada, entonces refunfuñando tomo asiento en una esquina aunque no le importaba el castigo no podía arruinar lo que su madre había preparado para ella.

El encargado fue mencionando una por una a todas las mujeres para que las calificaran y fueran escogiendo, Mei era la ultima así que fue a ver la competencia de los chicos, sin saber el porque ella sentía una gran emoción de ver ese espectáculo y le gustaba practicarlos combates aunque nunca ha podido competir con otra persona.

Pasaron los minutos y Mei fue llamada y esta se presento al llegar el cargado del orfanato hablo

—Esta es nuestra ultima chica, ella es Mei -dijo orgulloso ya que sabia que ella tenia que ser escogida- ella tiene la edad de 15 años, es muy tranquila y casi no da problemas también por lo que ven es muy simple.

—Por lo visto dejaste lo mejor para el final -dijo el hombre analizándola- es perfecta cumple con los requisitos según el informe que nos ha entregado, solo por el detalle de su vestimenta, aun así la tomaremos no creo que sea de importancia también estas otras 10 chicas nos llevaremos.

—Esta bien -dijo en encargado del orfanato y se dirigió hacia la chica- ven conmigo tenemos que hablar.

Ella lo siguió molesta por que la trataran como un producto, como si fuera ganado que podían vender cuando se les antojaba pero ¿qué podía hacer o decir? No podía precipitarse así que sin decir una sola palabra camino atrás de el y una vez que llegaron a donde debían el hombre hablo:

—Mei esta puede ser o no una oportunidad de que salgas, nada mas recuerda que no puedes dejar ver la marca en tu espalda,-suspira y sigue hablando- también he escuchado rumores de que tienes un tatuaje, ¿alguien ha visto la marca ya?

—Si, una envidiosa lo vio -contesto al instante sin dudar- pero no vio su forma ellos piensan que es solo un tatuaje, se dice que de bebé me lo hicieron para darme deshonra ya que es uno horrible, también dicen que una vez me escape para hacerlo.

—¿Cuándo sucedió esto?- preguntó el hombre

—Hace cinco años por una chica que entro en mi habitación- suspiro y continuó- pensó que lo había seducido para que me tratara de una forma especial a la de ellos y que así obtuve la habitación individual, ella solo entro para buscar información sobre este tema.

—Quien fue la chi…-fue interrumpido

—No importa quien fuese, a mi me da igual -se vio sus ropas y dijo- ahora si no es mucha molestia me iré ha alistarme.

—Antes de que te vallas, sabes bien porque tuviste ese trato ¿verdad? -le dijo sin expresión alguna.

—Lo se, fue para que no la descubrieran, ahora si adiós -dijo mientras se daba la vuelta- y gracias por todo.

Al decir la última palabra salió corriendo sin darle tiempo al hombre de pensar y contestar. Ella iba a su habitación ha recoger sus cosas y a cambiarse con unas ropas mas comodas, cuando llego busco un conjunto cómodo y se lo puso después hizo una mochila con sus cosas y se sentó en su cama a pensar, ella se preguntaba si el encargado le entregaría su carta, la carta que le escribió su madre, tenia muchas ganas de ver su contenido desde siempre, pero no se la podía pedir, pero hoy ella se iría el tendría que entregarla ¿no?, si no lo hacia ella se la pediría de todas formas se iría y quizás no volvería.

Después de unas horas fue llamada para irse, ella tomo su mochila y se dirigió al patio donde todas estarían, una vez ahí el señor encargado del lugar se acerco a Mei y le dijo:

—Toma, esto estaba en tu canasta cuando te encontramos, no la leímos no te preocupes, después de todo es para ti.

—Muchas gracias señor -dijo haciendo una reverencia- en verdad se lo agradezco.

—No es necesario después de todo te pertenece, ahora levanta tu cabeza, ya vienen por ti me tengo que ir no olvides se una buena chica y respetar a tu majestad.

Después de decir eso llegaron unos hombre junto con las demás chicas y uno de estos dijo:

—Hey niña por qué te has cambiado te veías mejor con tus otras ropas- este estaba mirándola de arriba abajo

En cambio ella lo ignoró y siguió la fila tomando el ultimo lugar de esta. Llegaron a donde los esperaban unas carretas y todas subieron, Mei en todo el camino observo el exterior contemplando el paisaje he ignorando a las demás chicas que hablaban a su lado aunque estuvieran murmurando sobre ella.

En un rato llegaron al reino del este entonces todas bajaron y las llevaron a una sala donde el rey las vería y les daría sus tareas, también en esta sala el rey diría si podían quedarse o no y servirle. Las que no eran escogidas serian asesinadas, casual lo de cada día ¿verdad? Y eso era que él no era tan despiadado.

En seguida llegaron todas formaron una fila horizontal frente a este hombre tan ”temible”, ella lo hizo poniéndose en una de las orillas donde le tocaría ser analizada asta el final. Pasaron cada una de las chicas las observo sin decir nada asta llegar a Mei a la cual le dijo:

—Tu muchacha ¿por qué te presentas vestida así frente a mi? ¿Qué no sabes como deberías vestirte? ¿No me respetas en lo más mínimo?

—La plebeya Mei lo saluda…- suspiro y dijo- le pido disculpas mi señor, pero esta humilde servidora se presento ante sus ojos de esta forma ya que pienso que no me es favorable otras ropas mas arregladas, aun así si he ofendido a su majestad recibiré el castigo que viene con ello.

Todos los presentes mostraban una expresión de sorpresa y preocupación de la forma en que hablo después de que término no el rey dijo

—Al parecer que te educaron algo -con una sonrisa en su rostro siguió hablando- esta bien lo permitiré solo porque me recordaste a alguien que era algo parecida a ti, bueno les daré el día libre para que se instalen les mandare sus deberes después, ya pueden retirarse.

Al decir esto todos hicieron una reverencia y escoltaron a las chicas a sus habitaciones según el orden que fueron reclutadas, cuando llegaron a la habitación de Mei esta entro, dejo sus cosas y salió a recorer el lugar sin un rumbo fijo. Ella iba recorriendo todo el lugar buscando escondites y posibles salidas o lugares que no fueran concurridos para poder practicar, en su recorrido encontró el palacio que estaba muy vigilado entonces se alejo para no ser vista, ella antes había escuchado que estaría dentro del terreno del palacio, así que prefirió no interferir en eso.

Termino de dar su paseo después de unas horas entonces regreso a su habitación, en cuanto entró al minuto llamaron a la puerta, eran unos subordinados que venían a entregar información de las tareas entre otras cosas, una de ellas era avisar que empezarían con un entrenamiento y depende de su progreso les darían otro tipos de tareas, cuando terminaron cerro la puerta, tomo asiento y se puso a pensar… “Por el momento solo seria el hacer la limpieza según esto, y si me esfuerzo ¿me cambiaran el trabajo? ¿Qué recompensa es esto?, aquí dice que el primer puesto que ocupare es un tipo de prueba esto es solo es hacer el aseó básico, en el siguiente seria lavar las ropas de los practicantes y soldados, en el segundo el planchado, en el tercero atender la cocina y comedor y en el último podrías servir dentro del palacio, también puedes pasarte algunos trabajos según tu esfuerzo ¡¡Patrañas!! ¡¡Todo es lo mismo solo cambia el trabajo!! ¿Y quién quería estar en el último trabajo? yo paso, me quedare en lo primero y ya no quiero servir como sirvienta así no podría hacer mi planta siguió hablando con ella misma y después de quejarse un rato fue hora de cenar, una de las chicas que llevaban más tiempo en el lugar fue a buscarla por ser el primer día según ella, en el camino al comedor de las sirvientas después de alimentar a sus señores seguidos de los soldador, ellas fueron charlando.

La joven era llamada Emi, era de la misma edad que Mei y ya estaba en el puesto del comedor, era una chica tímida y muy adorable, asta el punto de querer protegerla, le contó que ella había llegado ya hace un año y medio, fue reclutada del pueblo del sur y dejo a su familia, ella la extrañaba y quería escribirles pero no estaba permitido, y mucho menos dejaban salir a las asistentes, eso para Mei no era importante pues ¿a quién visitaría? No podía ir con sus padres, no era el momento pero aún así podía llegar a entender un poco como se sentía Emi.

Ellas siguieron hablando en el camino y una ves en el comedor cenaron al terminar se dirimieron a su dormitorio pero sin antes recibir un paquete con un uniforme, Mei se dirigió a su dormitorio a revisarlo una ves ahí lo abrió, al parecer era el uniforme el cual no era tan decorado y tenia un diseño cómodo, simple y elegante así que no se opuso y decidió aceptar ponérselo, entonces lo alisto y se fue a dormir.

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