Asesino Moderno, Semidiós Antiguo....
Capítulo 1 — La Concubina en Desgracia
Época Antigua, Imperio Chu
El Palacio Frío era un lugar de silencio y frío, un castigo disimulado con el lujo de las piedras de mármol y las estatuas de piedra que adornaban los pasillos
Allí, Rong Qiuju, vivía aislada, lejos de la vida vibrante de la corte imperial
Qiuju era una mujer de gran belleza, de cabellos largos oscuros, como la misma noche y el cual le llegaba hasta por debajo de las caderas, piel blanca, como una muñeca de porcelana, y un par de hermosos ojos amatista, como las mismísimas joyas
Era conocida por todo el imperio como "la concubina en desgracia"
Se decía que Qiuju había sido responsable del aborto de la emperatriz, acusación que la marcó y la condenó a una vida de aislamiento total en el Palacio Frío
La verdad, sin embargo, era muy diferente
La emperatriz del Imperio Chu, envidiosa de la gran belleza y amabilidad de la mujer del clan Rong, además de que la odiaba por tener el amor del emperador, había sido la verdadera autora de su propio aborto, eliminando a su propio hijo de su vientre, haciendo que las intrigas de palacio hayan sido lo suficientemente fuertes como para sellar el destino de la vida de Qiuju y así quitarla de su camino
El nombre de Qiuju había sido arrastrado por rumores crueles y mentiras tejidas por la emperatriz, quien había manipulado los hechos para arrebatarle su lugar en el palacio junto al afecto del emperador, haciendo que su desgracia fuera mayor, destruyendo completamente su reputación junto a la de su clan
El emperador del Imperio Chu, quien amaba profundamente a Qiuju, sabía que la vida de su amada corría peligro debido a las intrigas y acusaciones, así que no tuvo otra opción que enviarla al Palacio Frío bajo el pretexto de protegerla y así protegerla de una ejecución
Allí, Qiuju, vivió en completa soledad junto a su desgracia, con el corazón roto, pero con una calma imperturbable que, a pesar de todo, no se quebró
Nadie, ni siquiera el emperador, sabía que algo mucho más poderoso que la política estaba a punto de alterar el curso de su vida
Una tarde, mientras el viento gélido soplaba por los pasillos vacíos del palacio, un visitante inesperado llegó a las puertas del Palacio Frío
Era un hombre cuya presencia parecía helar aún más el ambiente
El hombre era un hombre sumamente atractivo, de cabellos largos de color blanco, el cual le llegaba hasta por debajo de la cintura, piel clara, sin rastro alguno de imperfecciones, y un par de ojos rojos, como un par de rubíes o la sangre misma
Este hombre era Asura, el Dios de la Matanza, conocido por su poder incomparable y su feroz dominio sobre la vida y la muerte, había decidido aparecer en el mundo mortal
Su mirada era como un océano profundo de oscuridad infinita, sin rastro alguno de brillo o emoción, y su aura era tan intensa que hacía que el mismo aire temblara a su alrededor
Qiuju, sumida en sus pensamientos, estaba sentada junto a una ventana que daba al jardín nevado, contemplando la fría belleza del paisaje, hasta que la puerta de su habitación se abrió sin previo aviso, por lo que, cuando sus ojos se alzaron, se encontraron con un ser que, en su corazón, no encajaba con el mundo mortal
Asura la observó con una intensidad que podría haberse considerado una amenaza, pero en sus ojos brillaba algo más
No era solo el poder de un dios, sino una fascinación casi palpable
Había algo en ella que lo llamaba, algo que despertaba una parte de él que pensaba dormida hacía siglos
El silencio entre ellos fue pesado, como si el destino mismo hubiera decidido reunirlos en ese preciso momento
Qiuju, sintiendo que una presencia estaba además de ella, lo miró, sorprendida por la presencia del dios
Su corazón se detuvo por un segundo ante la presencia tan imponente
A pesar de su apariencia de dureza y frialdad, había algo en él que le atraía irremediablemente
Su poder era palpable, pero lo que la hizo temblar no fue solo eso
Era la profundidad de su mirada, algo que parecía entenderla, incluso en su dolor más profundo
Rong Qiuju
¿Quién eres tú?
A pesar de que el tono de voz de Qiuju era suave, pero firme, había un leve temor que se asomaba en su tono, ya que no esperaba que alguien apareciera en el Palacio Frío y menos a altas horas de la noche
Asura (Dios de la Matanza, padre)
Soy Asura, el Dios de la Matanza, quien ha cruzado los cielos y la tierra
La voz del dios fue profunda y resonante, como un eco que nunca desaparecía, causando un estremecimiento en Qiuju
Asura (Dios de la Matanza, padre)
Y tú, mortal... ¿quién eres tú?
Qiuju, quien lo miraba fijamente, estaba un poco sorprendida por la declaración, pero también sintió que había algo en él que la llamaba
Rong Qiuju
Mi nombre es Rong Qiuju
Asura dio un paso adelante, acercándose un poco más a Qiuju, como si la distancia entre ellos fuera nada, mientras su mirada se volvía aún más penetrante, como si tratara de desentrañar la verdad detrás de la mujer que tenía enfrente suyo
Asura (Dios de la Matanza, padre)
¿Y qué te ha traído a este lugar?
Asura (Dios de la Matanza, padre)
¿Por qué estás atrapada aquí?
Qiuju, que había estado preparada para enfrentar más reproches y falsedades, no se vio afectada
Rong Qiuju
Fui acusada de algo que no cometí
Rong Qiuju
Me inculparon de causar el aborto de la emperatriz, cuando en realidad en realidad no fue así
Quiju habló con demasiada calma, su voz firme a pesar de la tristeza que aún llevaba consigo, bajando levemente la mirada
Asura la miró fijamente, estudiando cada palabra
No era un dios que confiara fácilmente, pero había algo en Qiuju que le inspiraba una confianza instantánea, tal vez no era solo la verdad que él podía percibir en sus palabras, sino algo más, algo en su esencia que resonaba con él
Asura (Dios de la Matanza, padre)
Entonces, eres una víctima de las intrigas de los mortales
Asura se acercaba cada vez aún más, su presencia envolviendo la habitación como una sombra, mientras su tono de voz era bajo y estaba cargado de una mezcla de curiosidad y desdén hacia los mortales
Asura (Dios de la Matanza, padre)
Un ser tan hermoso como tú, atrapada en el juego sucio de los demás
Qiuju no pudo evitar sentir un estremecimiento al escuchar esas palabras, pero también había algo en él que la atraía
Rong Qiuju
No me importa lo que digan los demás
Levantó la mirada con un semblante sereno, mirándolo, directamente, a los ojos
Rong Qiuju
He aprendido a no vivir según los juicios ajenos
Asura (Dios de la Matanza, padre)
Tienes una fuerza admirable, Rong Qiuju
Asura se acercó aún más, y en un movimiento casi imperceptible, tomó su mano con suavidad, pero de manera posesiva
Asura (Dios de la Matanza, padre)
Esa es la razón por la que no puedo dejar que alguien como tú se quede atrapada en este lugar
Asura llevó la mano de Qiuju hacía sus labios y dejó un suave beso sobre el torso de esta, sorprendiéndola, para luego besar la palma de la mano
Asura (Dios de la Matanza, padre)
No me importa lo que hayas sido para ellos
Asura (Dios de la Matanza, padre)
Para mí eres mucho más que eso
La cercanía de Asura hizo que el corazón de Qiuju latiera más rápido de lo normal
Un dios, poderoso y temido por todos, le estaba hablando con una suavidad y una intensidad que jamás había experimentado y, a pesar de la distancia de su mundo mortal, sentía una conexión inexplicable con él
Rong Qiuju
Dios Asura... *murmura*
Asura (Dios de la Matanza, padre)
No
Asura interrumpió a Qiuju, inclinándose hacia ella, sus ojos ahora ardiendo con una pasión inesperada, mientras rodeaba su cintura con uno de sus brazos para atraerla a su cuerpo
Asura (Dios de la Matanza, padre)
No me llames así
Asura (Dios de la Matanza, padre)
Desde este momento, serás mía, Rong Qiuju
Asura (Dios de la Matanza, padre)
Nadie más podrá tocarte
El aire se llenó de tensión mientras Asura atraía a Qiuju cada vez más hacia él, sus labios a pocos centímetros de los suyos
Qiuju, que había vivido toda su vida marcada por el dolor y la soledad, no pudo evitar sentirse vulnerable y al mismo tiempo protegida por su presencia
Asura, finalmente, unió sus labios con los de Qiuju, besándola, un beso que fue feroz y lleno de deseo
La pasión de un dios, se encendió con una fuerza incontrolable, se volcó en Asura, ardiendo dentro de él, y Qiuju, sorprendida por la intensidad de sus emociones, se entregó sin reservas
Asura (Dios de la Matanza, padre)
Eres mía, Qiuju *murmura*
Asura (Dios de la Matanza, padre)
Nadie te hará daño mientras yo esté aquí
Asura alzó a Qiuju en sus brazos, cargándola en modo nupcial, como si su cuerpo no pesara más que un pensamiento, mientras ella enrollaba sus brazos alrededor de su cuello
Asura (Dios de la Matanza, padre)
Ven conmigo... el mundo mortal ya no merece tocarte... *susurra*
Qiuju no dijo ni una palabra, pero cuando unió sus labios con los de Asura, formando un beso cálido y lleno de deseo, además de su mirada determinada fueron respuesta suficiente para el dios y sin dejar rastro, desaparecieron en un torbellino de pétalos carmesíes, dejando al Palacio Frío más vacío que nunca, pero con una inmensa paz que nadie se esperaría
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