Dime A Quién Amas (NaruHina, SasuNaru, ShikaTema)
Lo que el cuerpo no puede callar
El primer rayo de sol se coló entre las rendijas de la cortina, iluminando suavemente el interior del apartamento. Naruto abrió los ojos con lentitud, sintiendo el crujido de su espalda al estirarse. Tardó un par de segundos en recordar dónde estaba. Luego lo asimiló.
La casa de Sasuke…
Giró la cabeza y vio la manta cuidadosamente acomodada sobre él. Parpadeó. Alguien lo había cubierto. No, Sasuke lo había cubierto.
Una oleada de calor le recorrió el rostro.
Se incorporó lentamente y se sentó en el borde del sofá, frotándose los ojos. La noche anterior volvió a su mente poco a poco: la conversación, el sake, las risas… el beso en la frente.
No lo había sentido del todo en el momento, pero ahora lo intuía. No había forma de que se lo hubiera imaginado. El tacto leve, cálido. Intencional. Inconfundible.
Se levantó y caminó con cuidado por el pasillo, sintiéndose extrañamente nervioso. Se detuvo frente a la puerta del dormitorio de Sasuke, entreabierta. Dudó unos segundos.
Naruto
¿Sasuke…? ¿Ya estás…?
No terminó la frase. Desde su ángulo, pudo ver la habitación a media penumbra, y en la cama, la figura de Sasuke dormido boca arriba. Solo vestía un pantalón corto oscuro que dejaba al descubierto su torso.
Naruto se quedó inmóvil. Su mirada se perdió en los músculos definidos pero suaves, en la forma elegante de su cuello, en la ligera elevación y descenso de su pecho al respirar.
No era la primera vez que lo veía sin camisa, pero nunca había mirado de esa forma.
Su garganta se secó. Un nudo se le formó en el estómago. Trató de apartar la vista, pero sus ojos se negaban a obedecer. Sintió un cosquilleo subir desde el abdomen. Un calor incómodo. Su cuerpo reaccionaba antes que su mente.
Naruto
*No, no, no, ¡no ahora!*
Naruto sintió cómo la incomodidad crecía entre sus piernas y entró en pánico. Justo en ese momento, Sasuke movió la cabeza y abrió los ojos lentamente. Tardó un segundo en enfocar la figura que lo observaba desde la puerta.
Murmuró Sasuke, con voz rasposa de recién despertado.
Naruto dio un paso atrás, cruzando rápidamente las manos frente a su entrepierna.
Naruto
¡Ah! ¡Buenos días! ¡Ya… ya es hora de levantarse! Kakashi… ¡sí! Kakashi me espera. Reunión. ¡Temprano!
Balbuceó Naruto, retrocediendo torpemente hasta tropezar con el marco de la puerta.
Sasuke se incorporó con lentitud, mirándolo sin decir nada.
Naruto giró en redondo y salió a toda prisa del cuarto.
Sasuke lo siguió con la mirada y, cuando escuchó el golpazo contra la pared del pasillo, soltó una sonrisa discreta. Sacudió la cabeza, aún medio dormido.
Sasuke
*Entonces no soy el único que siente esto. Vaya manera de confirmarlo.*
No dijo nada. No lo mencionaría. No ahora. No mientras Naruto no estuviera listo para enfrentarlo.
⸻
En la cocina, Naruto se echaba agua fría sobre la cara.
Naruto
¡Estúpido, estúpido, estúpido!
Se murmuraba Naruto , golpeándose suavemente la frente contra el gabinete.
Naruto
¿Cómo voy a mirarlo a los ojos ahora? ¡Qué vergüenza! ¡Qué desastre!
Respiró hondo. Decidió que lo mejor era actuar como si nada. Como si nada hubiera pasado. Como si no lo hubiera visto dormido, medio desnudo, como un maldito modelo de revista. Como si no hubiera sentido ese… impulso.
Sacó huevos, arroz sobrante, unas cebollas verdes y comenzó a cocinar. Quería distraerse. Lo necesitaba.
Sasuke apareció poco después, ya vestido con su camisa habitual de cuello alto y pantalón oscuro, el cabello aún húmedo por la ducha. Se detuvo en el umbral de la cocina, observando cómo Naruto movía la sartén con más fuerza de la necesaria.
Dijo Sasuke finalmente.
Naruto pegó un pequeño salto, pero no se dio vuelta.
Naruto
¡Ah! Sí, bueno… es lo que había. No me atreví a hurgar demasiado en tu cocina. Pero encontré arroz y huevos. Y… cebolla. Te gusta la cebolla, ¿no?
Sasuke se sentó a la mesa sin decir más.
Naruto sirvió el desayuno y se sentó frente a él. El ambiente era raro. No tenso… solo extraño. Como si los dos supieran que algo había cambiado, pero ninguno quería ser el primero en señalarlo.
Naruto
Gracias por dejarme quedarme.
Dijo Naruto, rompiendo el silencio.
Respondió Sasuke, con una sombra de diversión en su voz.
Naruto bajó la vista, masticando un trozo de arroz sin sabor.
Naruto
Y gracias por… la manta.
Comieron en silencio unos minutos. Sasuke observaba de reojo cómo Naruto evitaba su mirada, cómo sus orejas aún estaban un poco rojas.
Sasuke
No tienes que estar tan nervioso.
Naruto se atragantó con un bocado.
Naruto
¿Qué? ¿Nervioso? ¡Yo no estoy nervioso!
Respondió Sasuke con una sonrisa leve, tomando un sorbo de té.
Naruto lo miró, entre avergonzado e irritado.
Naruto
No piensas decir nada, ¿verdad?
Sasuke lo observó un segundo más, luego desvió la vista hacia la ventana.
Sasuke
Tenemos que irnos pronto. Kakashi dijo que sería puntual.
Naruto asintió, agradecido por el cambio de tema.
⸻
Caminaron juntos hasta la torre del Hokage. El aire fresco de la mañana les despejó la cabeza, y poco a poco, la normalidad volvió a instalarse entre ellos. Aunque ninguno lo decía, ambos sabían que algo nuevo se había abierto entre los dos.
Algo que el cuerpo reveló antes de que las palabras se atrevieran a nombrarlo. El camino hacia la torre del Hokage se sintió más largo de lo habitual. Naruto caminaba al lado de Sasuke, con las manos en los bolsillos y el rostro notablemente más rojo que de costumbre. Aunque intentaba parecer relajado, sus movimientos eran torpes y evitaba mirar directamente a su compañero.
Sasuke, por su parte, iba en silencio, con las manos cruzadas tras la espalda. De vez en cuando, giraba ligeramente la cabeza para mirar a Naruto, como si intentara descifrar lo que pasaba por su mente. No dijo nada. No aún.
Cuando llegaron a la oficina de Kakashi, ya estaban allí esperándolos Shikamaru, Sakura, Hinata y Kiba. La sala tenía ese aroma a pergamino y té que siempre lo acompañaba, junto con el inconfundible aire relajado del Sexto Hokage, quien hojeaba un informe con una mano mientras tomaba café con la otra.
Comentó Kakashi sin levantar la vista.
Hinata le sonrió con calidez, pero frunció ligeramente el ceño al verlo.
Hinata
¿Estás bien, Naruto-kun? Tienes las mejillas rojas… ¿Tienes fiebre?
Naruto
¿Eh? ¡No! ¡Estoy bien!
Exclamó Naruto, apartando la mirada rápidamente.
Naruto
Es solo… ¡mucho sol esta mañana! ¿Verdad, Sasuke?
Sasuke lo miró con la comisura del labio apenas levantada.
Shikamaru alzó una ceja, cruzándose de brazos. Observó atentamente a Naruto, que seguía sin poder estar quieto. Algo no encajaba.
Shikamaru
¿Te sientes mal?
Naruto
¡Estoy perfectamente!
Aseguró Naruto, demasiado rápido.
Kiba se echó a reír.
Kiba
Parece más nervioso que cuando le tocó hablar en la ceremonia del festival.
Sakura le lanzó una mirada curiosa.
Sakura
¿Pasó algo esta mañana, Naruto?
Naruto
No, no, no! Nada. Todo está bien. Tranquilo. Normal.
Kakashi finalmente cerró el informe y se acomodó en su silla.
Kakashi
Bueno, ahora que todos están aquí y aparentemente sanos.
Dijo Kakashi mirando de reojo a Naruto.
Kakashi
Tengo una misión para ustedes. Una caravana de suministros necesita escolta hacia la Aldea de la Lluvia. Han tenido algunos problemas con bandidos en el camino y necesitan refuerzos shinobi.
Todos asintieron. Era una misión estándar, pero requería coordinación y vigilancia constante.
Sakura
¿Quién liderará el equipo?
Kakashi
Shikamaru, como siempre.
Kakashi
Él se encargará de la estrategia. Kiba se encargará de rastreo. Hinata lo apoyará con su Byakugan. Sakura en caso de emergencia médica. Naruto y Sasuke, fuerza principal en combate.
Naruto tragó saliva. De reojo, vio cómo Sasuke simplemente asentía, sin mostrar emoción. Él, en cambio, sentía que las orejas le ardían.
Kakashi
Partirán mañana al amanecer, así que tienen el resto del día para descansar, preparar sus cosas y… calmarse.
Añadió Kakashi mirando directamente a Naruto.
Naruto
¡¿Qué?! ¡Yo estoy calmado!
Dijo Naruto, enderezándose en su asiento.
Hinata volvió a mirarlo con preocupación.
Hinata
Naruto-kun… realmente deberías descansar esta noche. Te ves agitado.
Dijo Naruto, pero lo murmuró tan bajo que casi nadie lo escuchó.
Shikamaru entrecerró los ojos, como si estuviera resolviendo un acertijo. Su mirada fue de Naruto a Sasuke y luego de vuelta. La expresión de Naruto era imposible de ocultar: labios apretados, mejillas rojas, mirada esquiva. Sasuke, en cambio, parecía demasiado sereno. Y eso era sospechoso por sí solo.
Kiba
Nos vemos mañana a las seis, en la puerta este.
Todos comenzaron a levantarse. Naruto fue el último en moverse, aún sin saber cómo soportaría pasar los siguientes días en misión junto a Sasuke después de lo ocurrido. Shikamaru pasó junto a él y murmuró:
Shikamaru
Si me cuentas qué te pasa, tal vez evites que lo descubran todos antes del almuerzo.
Naruto abrió los ojos, sorprendido.
Naruto
¿Qué… qué quieres decir?
Shikamaru solo resopló y siguió caminando.
Shikamaru
Solo dime antes de hacer algo problemático.
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