Capítulo 6: ¡¿El Sargento tiene miedo?!

—Quédate quieto... 

Con cada intento, las cosas parecían empeorar; su herida sangraba más con cada movimiento. No importaba lo que dijera, él no me escuchaba; su instinto le impulsaba a luchar y alejarse de todos, incluso cuando necesitaba ayuda.

—Quieto... —repitió impidiendo su movimiento

Rick continúo resistiéndose, su respiración era agitada, parecía que su corazón iba a explotar.

«Tiene miedo, se va a lastimar más...»  tendré que ser más drástica

—¡Suelta! —dijo interrumpiendo su voz abruptamente

Retuve su cuello con una suave mordida, como lo haría un animal con su cachorro y funciono, el Sargento había parado de moverse, seguía agitado, asustado obviamente, pero al menos su cuerpo podía descansar para que yo revisara de una vez por todas su herida. 

Su respiración se nivelo hasta que solo quedo el silencio.

Doy unos pasos atrás e inspecciono la gravedad del asunto, un corte de tajo, músculos rasgados y seguramente varios puntos de por medio. 

—Ups... —creo que me he sobrepasado

Rick se había desmayado.

Bueno, solo podía compensarlo de una forma. Regresé a mi original y corrí en busca de las mochilas en busca de los materiales de curación: unas cuantas vendas y un antiséptico. La herida era grande, incluso dejaba ver las capas de la piel, con hilo y aguja era seguro que detendría el sangrado, aunque necesitaría más vendas.

Tendría que retomar esos vagos conocimientos médicos que poseía y realizarle algunos puntos.

Las horas pasaron y el cansancio había hecho de las suyas, el Sargento apenas se había movido durante la sutura. Toque su rostro, luego su cuello, el pulso estaba bien y respiraba, eso era lo único que importaba en ese momento. Solo basto unas gotas del alcohol de curación para levantarlo. 

Sus parpados se alzaron con lentitud, hasta que poco a poco, recobro la consciencia.

—Gracias a dios, pensé que no despertarías —agradezco mientras corté el nudo con los dientes— no sé cómo lograste soportar toda esa caminata con una herida así.

—No era tan grave, ¿Cuánto tiempo estuve inconsciente? —dijo aun desconcertado

—No lo sé, pero si llevas algunas horas durmiendo. ¿Cuánto tiempo llevabas sin dormir? Caíste como tronco —Bromeo y miro sus ojos, eran marrones otra vez, extrañamente me tranquilizaba, parecía descontrolarse cuando cambiaban de color

—Como un día, tardo en regenerar. —dijo restándole importancia al asunto— hay que continuar.

—¡Vamos! deja de fingir que no te duele —doy un toque a su herida, pero él ni siquiera se inmuto— no lo entiendo, ¡te estabas desangrando hace un instante! ¡debe doler! No finjas

—¿Qué no entiendes? Ya estoy bien, gracias. Continuemos con el trayecto, no hay tiempo que perder—al parecer no entendió mi preocupación, la tomaba como excesiva— por cierto, lamento lo de anoche...

—¿Cómo que, que no entiendo?... ¿Cómo puedes comportarte así, cuando ayer te estabas muriendo? —su mirada cambio por un segundo, como si intentara recordar lo que le había hecho — No te preocupes, lamento haberte asustado ¿seguro que puedes seguir así?

—He tenido peores días Jones, pero deberías familiarizarte, si quieres estar con nosotros. Sobre lo de anoche, no te preocupes, no recuerdo mucho de lo que sucedió. Continuemos, estamos muy retrasados —dijo Rick levantándose del suelo sin problemas, listo para continuar

—Como nuevo —comentó impresionada de su tolerancia al dolor

—Vamos.

...

Un ruido cortaba el aire sobre nuestras cabezas, levantando el polvo, sacudiendo la tranquilidad de la copa de los árboles. 

—¿Eso fue un helicóptero? —pregunto, aunque he reconocido el sonido

—Si, fue un helicóptero. 

—Por tu tono, supongo que no es nada bueno ¿verdad? 

—No creo que sea algo bueno, pero tampoco es peligroso. Al menos no para nosotros. No se dirige a ningún lugar de importancia —dijo Rick, restándole importancia al asunto mientras mantenía su mirada fija en el camino.

Caminamos por horas y el sol volvía a ocultarse en el horizonte, los sonidos del helicóptero no se volvieron a escuchar más, al igual que nuestras voces. Ya ni siquiera recordaba la última vez que había probado bocado, la escena del recinto llego a mi mente, pero eso había sido unos días atrás. Saco una barrita de cereal y le doy un mordisco, solo así me caigo en la cuenta de que estoy hambrienta y cansada, sin darme cuenta termino arrastrando los pies. 

La prueba se sentía eterna, teníamos tanto tiempo caminando y no se veía la base por ningún lado.  

—¿Estamos muy lejos todavía? —digo sintiendo que me ahogaría, era la comida más seca que había probado

—Si, ¿puedes cerrar la boca al masticar?... —se quejó el Sargento— estamos a 194 millas

—Que delicado, lo siento —digo claramente sorprendida— ¿Cómo es que sabes con tanta exactitud la distancia que recorrimos?

Con un movimiento de muñecas muestra su reloj, debajo de la hora, había un contador de distancia.

—Eso lo dice todo... —dijo terminándome la barrita de un mordisco— ¿Cómo va tu herida?

Rick miró inconscientemente el lugar de su herida.

—Bien, no eres tan mala suturando... —respondio con un dejo de ironía

—Vamos, no quedo tan mal. Si no fuera por mí, tus intestinos hubieran salido volando —bromeo y dramatizo la escena, juego con mis intestinos falsos saliendo de mi abdomen

Milagrosamente una sonrisa apareció en la dura facción del soldado, que permanecía entretenido con el espectáculo, aunque la felicidad no duro demasiado en sus labios.

—Tienes una sonrisa hermosa; es curioso que te esfuerces en ocultarla —comento, dándole un ligero golpe amistoso en el brazo— como decía mi madre: "Las sonrisas alegran el alma".

—Era una buena madre —afirma Rick con un tono que parece de condolencia.

—Sí, la mejor. Pero no te preocupes, ni siquiera la conociste —respondo, percibiendo la cercanía en su comentario.

—No necesito conocerla...

—Siempre tan misterioso. ¿Puedo hacerte una pregunta? —pregunto, enfocándome en evitar los baches del camino.

—Por supuesto, de todas maneras, lo harías, aunque me opusiera.

—Me alegra que finalmente hayas aceptado, seré directa. La primera vez que te vi, me pareciste un presumido imbécil —admito, insegura de cómo tomará mis palabras.

—Gracias. Entonces lo hice bien, aunque eso de presumido es novedad... —responde con un dejo de orgullo.

—Imbécil, ¿por qué tratas a la gente de esa manera? Eres hiriente, no creo que seas una mala persona, pero haces que los demás piensen lo contrario. ¿Por qué? —pregunto, incapaz de contener mi curiosidad, nunca había conocido a alguien como él.

—No puedo controlar lo que los demás piensen de mí, Jones. Además, ya te lo he dicho, soy Sargento, parte de mi labor es presionarte para mejorar tu rendimiento —replico Rick con obviedad saltando un pequeño riachuelo

—Ajá, parte de tu labor ¿Y la paranoia viene en el paquete? —insinuó brincando el riachuelo, alcanzando el paso

—No es paranoia, es instinto de supervivencia —corrigió con cierto fastidio 

—¡No te creo nada! Aquí hay un gato encerrado. ¡Estamos solos en medio de un enorme bosque, no entiendo cuál es el inconveniente de que hablemos como simples seres humanos y no como militares! 

El Sargento regreso rápidamente y me tapó la boca con su mano. Hable muy fuerte.

—Por el amor de Dios, ¿es realmente tan difícil entender que no estamos aquí para charlar? Hay personas dispuestas a matarnos, animales salvajes... porque, ¡oh sorpresa!, estamos en un maldito bosque, Carrie. Y eso sin mencionar a la maldita criatura que encontramos en el camino, que probablemente sea un experimento fallido que también intentará asesinarnos. —evidentemente, había agotado su paciencia.

—¿Me acabas de llamar por mi nombre? —exaltó llevándome las manos a la boca, sorprendida

Rick me mira extrañado como si en realidad no llegara a comprenderme, la verdad es que yo tampoco comprendía porque se esforzaba en ser hostil. Finalmente, pareció haberse rendido conmigo, por lo que decidió que lo mejor era darme la espalda y continuar con su camino.

—Ey, Rick. —digo tratando de llamar su atención

—¿Qué sucede? —respondió el Sargento con cierto fastidio en sus palabras

—¿Crees que lleguemos a tiempo si seguimos a este paso? 

Él alzó la mirada, estaba razonándolo.

—Tal vez, pero es más probable que lleguemos con un día de retraso.

—¿Y si tomamos un atajo? —sugerí.

—Negativo, debemos rodear el acantilado... —indiqué, observando la caída de la cascada que se aproximaba.

—Sé que sonará extraño, pero ¿tienes problemas cardíacos? —preguntó Carrie mientras hacía unos estiramientos improvisados desde su lugar.

—No, ¿por qué?

—Perfecto, ¡sujétate! —digo tomándolo de la mano

—¡Jones! —gritó al darse cuenta de que lo llevaba hacia el acantilado, justo a la cascada, pero era tarde, ya había saltado.

Caída libre, aunque pareciera lo contrario, aun no me acostumbraba al pánico del primer paso, la sensación abrasadora de la caída, las mariposas en el estómago. Pego los brazos al cuerpo para ganar velocidad en la caída, mientras que Rick gritaba aferrándose a mi mano con todas sus fuerzas.

Solo necesitaba un par de segundos para cambiar de forma, nada más, aunque era divertido verlo asustado. 

—Rick.

El no abrió los ojos, el miedo seguía latente en él.

—Rick, abre los ojos. Todo está bien, no es la primera vez que hago esto —digo con serenidad

Sin haberse dado cuenta, había terminado abrazado a mi cuello, bueno al cuello de una gigantesca águila albina. Sus brazos temblaban al darse cuenta, tratando de aferrarse con todas sus fuerzas para no caer al vació, aunque era lo suficientemente grande como para que eso no pase, aun así, eso no podía desaparecer el miedo del Sargento a las alturas.  

—¡Estas, loca! —vocifero abrazándome con todas sus fuerzas

Luego regresamos a los silencios, los latidos del Sargento en mi espalda, la fresca ventisca de las alturas y sus fuertes brazos que, por momentos, me robaban el aire. 

Al menos al fin podía ver el avance de nuestros esfuerzos. 

Ahí, en medio de toda la arboleda, a varios kilómetros a pie se encontraba la base de Tuscarora forest.

La prueba había terminado. 

Capítulos
1 Prólogo
2 Capítulo 1: El día en que todo comenzó
3 Capítulo 2: El joven científico
4 Capítulo 3: Supervisor estrella
5 Capítulo 4: Misterios del bosque
6 Capítulo 5: ¿Te gustan las rosas?
7 Capítulo 6: ¡¿El Sargento tiene miedo?!
8 Capítulo 7: Mi nombre es Carrie Jones
9 Capítulo 8: Jena McCarthy
10 Capítulo 9: ¿Misión cumplida?
11 Capítulo 10: Nueva oportunidad parte I
12 Capítulo 11: Nueva oportunidad parte II
13 Capítulo 12: De vuelta en la acción
14 Capítulo 13: De vuelta en la acción II
15 Capitulo 14: Días de café
16 Capítulo 15: De vuelta en la acción III
17 Capítulo 16: De vuelta en la acción IV
18 Capítulo 17: Phil Davids
19 Capítulo 18: Investigar desde las sombras
20 Capítulo 19: La hipótesis del sandwich
21 Capítulo 20: Investigar desde las sombras II
22 Capítulo 21: Investigar desde las sombras III
23 Capítulo 22: Llámame Shadow
24 Capítulo 23: Doble A
25 Capítulo 24: La vida no es un cómic
26 Capítulo 25: Danza mortal
27 Capítulo 26: Lenin Fischer
28 Capítulo 27: Lenin Fischer II
29 Capítulo 28: Un viejo amigo, que también es un buen consejero.
30 Capítulo 29: Encuentro inesperado
31 Capítulo 30: ¿Qué recuerdo de papá?
32 Capítulo 31: No bajes la guardia
33 Capítulo 32: ¿No confías en mí?
34 Capítulo 33: ¡Hoy es el dia!
35 Capítulo 34: Oh, Lenin. No puedo decirlo, sino dejara de ser un secreto.
36 Capítulo 35: Hola, Dr. Phil Davids.
37 Capítulo 36: Silvestre Vansua
38 Capítulo 37: Silvestre Vansua II
39 Capítulo 38: Silvestre Vansua III
40 Capítulo 39: Silvestre Vansua IV
41 Capítulo 40: Silvestre Vansua V
42 Capítulo 41: La verdad duele
43 Capítulo 42: Juega su juego
44 Capítulo 43: Gracias, Jena.
45 Capítulo 44: Solo un chico enamorado
Capítulos

Updated 45 Episodes

1
Prólogo
2
Capítulo 1: El día en que todo comenzó
3
Capítulo 2: El joven científico
4
Capítulo 3: Supervisor estrella
5
Capítulo 4: Misterios del bosque
6
Capítulo 5: ¿Te gustan las rosas?
7
Capítulo 6: ¡¿El Sargento tiene miedo?!
8
Capítulo 7: Mi nombre es Carrie Jones
9
Capítulo 8: Jena McCarthy
10
Capítulo 9: ¿Misión cumplida?
11
Capítulo 10: Nueva oportunidad parte I
12
Capítulo 11: Nueva oportunidad parte II
13
Capítulo 12: De vuelta en la acción
14
Capítulo 13: De vuelta en la acción II
15
Capitulo 14: Días de café
16
Capítulo 15: De vuelta en la acción III
17
Capítulo 16: De vuelta en la acción IV
18
Capítulo 17: Phil Davids
19
Capítulo 18: Investigar desde las sombras
20
Capítulo 19: La hipótesis del sandwich
21
Capítulo 20: Investigar desde las sombras II
22
Capítulo 21: Investigar desde las sombras III
23
Capítulo 22: Llámame Shadow
24
Capítulo 23: Doble A
25
Capítulo 24: La vida no es un cómic
26
Capítulo 25: Danza mortal
27
Capítulo 26: Lenin Fischer
28
Capítulo 27: Lenin Fischer II
29
Capítulo 28: Un viejo amigo, que también es un buen consejero.
30
Capítulo 29: Encuentro inesperado
31
Capítulo 30: ¿Qué recuerdo de papá?
32
Capítulo 31: No bajes la guardia
33
Capítulo 32: ¿No confías en mí?
34
Capítulo 33: ¡Hoy es el dia!
35
Capítulo 34: Oh, Lenin. No puedo decirlo, sino dejara de ser un secreto.
36
Capítulo 35: Hola, Dr. Phil Davids.
37
Capítulo 36: Silvestre Vansua
38
Capítulo 37: Silvestre Vansua II
39
Capítulo 38: Silvestre Vansua III
40
Capítulo 39: Silvestre Vansua IV
41
Capítulo 40: Silvestre Vansua V
42
Capítulo 41: La verdad duele
43
Capítulo 42: Juega su juego
44
Capítulo 43: Gracias, Jena.
45
Capítulo 44: Solo un chico enamorado

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