Capítulo 10

Nadie habló después del pequeño enfrentamiento entre Aziel y la Señora Ember, tanto el asistente, los guardaespaldas y el doctor, se mantuvieron callados.

"¿Qué piensas hacer ahora?", preguntó primero la Señora Ember luego del largo silencio.

"Continuar con mi vida, por lo que necesito mis documentos para poder moverme con libertad", dijo Aziel dejando sobre la mesa su taza de café.

"¿Moverte con libertad?, ¿qué pretendes decir con eso?, ya le has causado bastantes problemas a mi hijo y a mi familia, ¿qué planeas hacer ahora?"

Las palabras de un omega como Aziel, no tenían credibilidad, dada su actitud, el omega sería capaz de hacer cualquier cosa en cualquier momento, por lo que se debía ser bastante cuidadoso con él.

"No creas que voy a permitir que te vuelvas a acercar a mi hijo, ese juego de una actitud controlada, no la voy a creer, es cuestión de tiempo que tu familia se vea en la ruina, cuando ese momento llegue, no habrá nada que puedan hacer", expresó la Señora Ember señalando a Aziel.

La familia de Aziel era bastante influyente gracias al buen desempeño de su difunto abuelo, gracias a esta influencia, Aziel pudo acercarse a Hadrian.

Sin embargo, después de la muerte del abuelo, el poder cayó en manos del padre de Aziel, un mal administrador que poco a poco llevaba a la ruina la empresa que había construido con tanto esfuerzo su padre.

Por esa razón, sabiendo de la inevitable ruina de su empresa, el padre de Aziel encontró una solución, hacer que Aziel tuviera un heredero para la familia Roosevelt para así formar una alianza, aprovechando la obsesión de su hijo por el alfa de la familia Roosevelt, el padre de Aziel hizo todo lo posible para que ambos tuvieran un encuentro cercano en dos ocasiones.

Pero todos sus planes se vinieron abajo cuando Aziel dio a luz a una niña beta y un niño omega, aceptando al final una gran cantidad de dinero por el ingreso de su hijo a un centro especializado.

Ahora que Aziel se encontraba en esta situación, le resultó desafortunado el final que tuvo el Aziel en el libro, era cierto que el personaje tenía una pésima personalidad y varias falencias, pero no podía evitar sentir lástima por él.

"Como dije, planeo continuar con mi vida, de ser necesario y si la hace sentir tranquila, estoy dispuesto a firmar un documento que certifique que no me acercaré a su hijo ni a su familia"

"De ser hecho, así como yo estoy dispuesto, espero que usted también firme un documento en el que asegure que no tomará ninguna acción contra mis hijos", puso Aziel de condición para que en un futuro los pequeños niños no se vieran involucrados con esa familia ni se vieran en peligro por ello, un acuerdo justo y conveniente para ambas partes.

Aziel esperaba el acuerdo por parte de la Señora Ember, cuando llegó una petición inesperada por parte de ella.

"Quítales el apellido de la familia Roosevelt"

Fue una petición que tomó por sorpresa a Aziel por la manera tan tajante de decirlo, era más que claro que la Señora Ember no quería a sus nietos, ni siquiera quería que los niños tomaran el apellido de su familia.

"Es algo que no tiene que pedir, es por eso que necesito mis documentos", sonrió Aziel con calma.

¿Qué futuro podía esperarle a los niños con el apellido de una familia que no los quiere?, Aziel no sabía que debía hacer como padre, pero algo era seguro, debía mantener la seguridad de los niños.

Oyendo la respuesta sin titubeos de Aziel, la Señora Ember sonrió con sarcasmo.

"No lo creeré hasta que lo vea, una vez les quites a los niños el apellido de la familia Roosevelt, firmaré el documento"

"En cuanto a tu promesa de no acercarte a mi hijo, espero que lo cumplas, no pienses que creo en ti, solo quiero ver que tan ciertas son tus palabras", dijo la Señora Ember levantándose del sofá para retirarse.

"Oh, lo olvidaba, una vez retires los apellidos de los niños, no obtendrán más el apoyo monetario que solía brindarles, es lo justo, y ya que ese guardaespaldas te ayudó, puedes quedarte con él, claro que el que tendrá que pagarle serás tú"

Dicho lo que debía, la Señora Ember arrojó sobre la mesa los documentos personales de Aziel y dejó la casa junto con su asistente quien fue el único en despedirse, seguida de sus guardaespaldas y el doctor.

Cuando la casa quedó vacía, Aziel tomó los documentos sobre la mesa para revisarlos, la foto en la identificación era algo que debía cambiar, debido a que en la foto el joven Aziel llevaba puesto un atuendo demasiado llamativo.

Con los documentos en mano, Aziel se dirigió a la cocina en donde Larry platicaba entre risas con Sophia.

"Oh, ¿ya acabó la reunión?", preguntó el distraído Larry al ver a Aziel.

"Larry, a partir de ahora puedes trabajar para mí, es tu decisión al final, pero quiero que sepas que serás bienvenido si decides quedarte"

"... Me quedo, te ves confiable, así que me quedo", decidió Larry.

No sabía que tanto problema tenía la familia Roosevelt con Aziel cuando el omega era alguien de quien sentirse orgulloso de tener como nuera, era verdad que los videos de Aziel circulando en Internet eran vergonzosos, pero bastaba hablar con Aziel para saber que era un buen tipo, además, todos tienen una segunda oportunidad.

"Pero debes pagarme bien", señaló Larry.

"Ja ja ja, me haré cargo de eso", rió Aziel.

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Desde muy temprano, Aziel salió a correr por las calles como solía hacerlo en su vida pasada.

Tener una buena condición física era lo que más le agradaba a Aziel, así que trabajaría este cuerpo delgado para tenerlo en forma.

Lo próximo que haría Aziel, era ir a la casa de su ahora familia para pedir los papeles de los niños y así poder quitar el apellido de la familia Roosevelt de sus certificados de nacimiento.

En esa visita, Aziel planeaba ver el estado de cuenta de la herencia que dejó el difunto abuelo para él, y de ser permitido, también quería ver el estado de la empresa familiar.

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