LA NIÑERA DE MIS HIJAS INDICACIONES

INDICACIONES

Conductor

Y ahí está la señorita.

Conductor

Esta en la sala de cine, es donde se encuentra la señorita Romina.

Sara

Ehh.!!?? *sorprendida*

Mientras el conductor trataba de indicarle donde quedaba el cine en el centro comercial, ella se perdía más.

Era la primera que veía uno y ahora de pensar que debía entrar en busca de Romina...

.... Sabía muy bien que se iba a perder.

Sara

D-de acuerdo...

Conductor

De acuerdo mi señora, yo buscaré un lugar donde poder estacionarme.

Conductor

Recuerde que cualquier cosa puede llamarme.

Sara

Muchas gracias. *sonríe*

Sara se bajó del auto y con el papel en mano empezó a adentrarse por el centro comercial.

En cada paso veía el mapa que el conductor gentilmente le había dibujado.

Pero mientras se encontraba caminando, no sé dio cuenta de la persona que se acercaba.

Elisa

¡AUCH! *totalmente exagerada*

Sara

Mm... *dolor*

Elisa

¿QUIÉN CREES QUE ERES PARA INTERFERIR EN MI CAMINO? *molesta*

Sara

*sorprendida*

Y simplemente.. ¡Chocó!

Pero no era el problema el simple golpe, el verdadero problema era con quien se había golpeado.

Elisa

¡POR DIOS!... ¿ACASO ERES CIEGA?

Elisa

¿QUIÉN TE CREES QUE ERES?

Elisa subió su tono de voz, provocando que las personas a su alrededor se acercaran a ellas.

¿Acaso esa chica acaba de chocar con la millonaria Elisa, la magnate de la industria empresarial?

Se preguntaban, mientras Sara se ponía de pie sin reconocer quien era la que se encontraba ante ella

Sara

¿Disculpa?

Elisa es una persona muy...

¡Astuta!

¡Exagerada!

¡Orgullosa!

¡Adinerada!

No permitía que nadie la pisoteara, al contrario, ella los pisoteaba a todos.

Ya sea a un niño, a un adolescente, a un adulto o a un anciano.

Ella no tenía respeto por las personas a su alrededor

Elisa

¿ACASO ERES SORDA? *molesta*

Sara

(¿Acaso está idiota acaba de gritarme?)

Aunque Sara no era una chica fácil de tratar.

Elisa

¡Oh, dios mío!... ¿Qué persona a permitido que una chica de clase baja entrara a éste centro?

Elisa

¿Acaso no pueden ver los sucios trapos que....

Un golpe sordo se hizo presente.

Todos se quedaron con la boca abierta y totalmente perplejos.

Sara

Primero, prefiero permanecer a una clase baja que tiene valores a que a una clase como la tuya.

El segundo golpe sordo se hizo presente.

Sara

Segundo, nunca vuelvas a decir que traigo trapos sucios.

Y por último un tercer golpe sordo se hizo presente.

Sara

Y por último, nunca me levantes el tono de voz sin razón.

Elisa se encontraba arrodillada en el suelo, con sus dos cachetes totalmente rojos.

¡Así fue!

Elisa

*lágrimas en los ojos*

Tres cachetadas le había marcado Sara a Elisa.

¡Sin importar quien era!

¡Sin importar cuanto poder tenga!

¡Sin importar cuanto dinero tenga!

Sara

Bien, gracias. *sonríe*

Sara

Ten una linda tarde.

Tomó el pequeño mapa y siguió su camino.

Mientras se sacudía un poco la falda y se acomodaba la camisa.

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