—¿cómo puede ser posible?—se preguntó a sí mismo el pequeño pajarito.
Los pequeños pasos se hicieron más cercanos, Aying camina alrededor del pajarito con una sonrisa astuta.
—¡has perdido! “Ahora solo podrás ser mi esclavo por la eternidad”—resonó la pequeña de manera dominante.
Estiró su brazo con tanta gracia, una luz plateada apareció sobre su mano convirtiéndose al instante en una cuerda la cual atado con velocidad al pajarito sobre su cuello blanco.
—¿qué esto? ¡Mocosa! ¿Qué me has hecho?—le gritó mientras observo las antiguas escrituras en la cuerda plateada.
El pajarito al ver que no decia nada en absoluto uso sus alas aletando con fuerza tratando de salir de las ataduras.
—¡una bestia debe comportarser!—susurró Aying apretando con fuerza la cuerda hasta que la jaló.
El pajarito ni siquiera tuvo tiempo de mostrar una expresión ya que fue jalado de manera brusca, lo que matiene bloqueado su poder desapareció pero tuvo otro problema está encadenado.
Una mano delgada pequeña acarició las plumas con suavidadida.
—¡malvada niña!—expresó en sus pensamientos al encontrarse con esos ojos plateados tan tiránicos.
La sonrisa malvada pero encantadora de Aying floreció sin soltar la cuerda colocó una gota de su sangre en la frente del pajarito.
Esa luz brillante que apareció cubrió tan repentinamente toda la habitación hasta que al desaparecer solo se pudo ver a simple vista una marca antiguo sobre el pajarito.
—¡tu! ¡Me has convertido en tu bestia! Voy a matarte niña—rugió.
—¡las mascotas deben seguir a sus amos! “Entiéndelo”—susurró Aying.
Una fuerza de descarga poderosa recorrió el cuerpo del pajarito esto hizo que se volviera obediente sin refutar nada.
Las alas blancas del pajarito se abrieron, al ya no sentir la cuerda voló colocándose sobre el hombro de Aying.
—¡maestra, no se enoje! “Era una broma, yo su bestia lo seguiré siempre no tiene que actuar tan cruel conmigo”—complació Aying con tanta calma.
—¡es bueno que lo entiendas! Vamos, es hora de ir al comedor, la emperatriz debe haber estado tramando algo—camino al frente.
Anna quien estaba observando todo se sorprendió por la astucia de Aying sin decir nada avanzó nisquiera refutó las palabras que hablaron mal de la emperatriz tal vez incluso ella misma pensaba lo mismo de esa mujer venenosa.
—¡maestra! Los pasillos son demasiado largos, ¿cree que se algún tipo de habilidada?—preguntó el pajarito.
Los ojos azules de Aying observaron con frialdad cada pared que recorría su expresión seguía siendo solemne para una niña de su edad debería ser aterrador pero Aying no es una niña cualquiera.
—¡pajarito! ¿Acaso no eres el líder de los espíritus? ¿Como es que no puedes encontrar el problema?—resonó con desdén en su mente.
—¡maestra! No se burle solo dígalo por favor.
La pequeña expresion de Aying se volvió un poco llena de ironía con una voz débil se burló del pajarito—¡Habilidad de ilusion! Hay pocas personas que nacen con esta habilidad aunque esta habilidad tiene sus defectos.
—“Habilidad de ilusión” realmente es sorprendente ¿los mortales creen que con esto podrían atraparnos?—se preguntó.
—¡no! Mientras encuentres el defecto esto no será nada, nuestra mente y corazón debe saber sobre que es verdad e incluso cuál es falso si te dejas llevar por la ilusión morirás por ti mismo.
El pajarito escuchando sus palabras se sorprendió que salió volando de su hombro hasta llegar a lo más alto, repentinamente sus ojos se volvieron verdes esmeralda.
La visión del pajarito se volvió mucho más aumentada hasta que pudo notar algo inusual.
—¡lo encontré! Maestro, el hombre que está enfrente de nosotros está haciendo esto ¡tenga cuidado!
—¿hombre? Acaso alguien está haciendo que me quede aquí ¿quién podría? “No la emperatriz no puede si fuera así desde el principio no haría que me comprometiera con su hijo, ese molesto príncipe tampoco es nisiquiera el propio emperador” ¿quién puede ser?—lo pensó recargando su barbilla sobre sus dedos.
Anna quien estaba atrás no hizo nada solo miró a Aying esperando ver el siguiente plan.
—¡déjeme esto a mí! Maestra no la decepcionaré nunca—habló el pajarito volando a gran velocidad.
El pajarito que aparecía tan feliz de poder entrar en acción fue detenido por una fuerza sobrenatural.
—¿qué está pasando?—se preguntó mirando atrás.
Era Aying quien estiró su mano, una misteriosa energía plateada se filtró rodeando al pajarito.
—¡telekineis! Tu pequeña niña ¿cómo puedes tener la habilidad de telekinesia?—le preguntó sin rodeos.
Aying ignoró sus palabras solo avanzó al frente mirando con atención a un punto fijo en específico—¡quién trate de matarme morirá!—murmuró estirando su brazo derecho.
Una gota de su sangre salió suspendida en el aire nadie se había dado cuenta cuando se mordió el dedo solo observaron con atención la escena frente a sus ojos.
Le arco plateado apareció es el mismo con el cual Aying asesino a sus padres, su mano pequeña jaló la cuerda del arco hasta que se formó una flecha blanca plateada la cual está rodeada de luz infinita, soltando la flecha no hubo ningún tipo de energía.
Del otro lado.
—¿cómo vas con lo que te pedí?—dijo una voz dulce.
—¡señorita, no se preocupe esta niña morirá hoy mismo!—es voz proviene del mismo hombre que creó la ilusión.
Antes de que la dulce voz hablara un sonido como vidrios rotos se escuchó al instante.
El hombre que controlaba la ilusión miró sorprendido como una flecha atravesó su ilusión acercándose a gran velocidad.
—¡no!—gritó el hombre.
De repente un escudo se formó sobre el hombre esperando evitar que la flecha pasara aún así fue en vano, la flecha plateada atravesó directamente el escudo sin romperlo en absoluto, la flecha atravesó su corazón sin piedad.
Un sonido inminente se escuchó fue el hombre que cayó al suelo muerto.
—¡uhm!—expresó Aying mientras las camisurasde sus labios se levantaron de manera dominante.
—¡dio en el blanco! ¡Es una genio maestra!
El arco en la palma de Aying desapareció solo dejando su figura parada con arrogancia, si alguien hubiera visto esto no podrían creer que la persona que destruyó aún hombre veterano en la guerra fácilmente sería a manos de una niña de 8 años de edad.
La vista de Anna que se había vuelto borrosa volvió a la normalidad.
—¿señorita qué sucedió?—le preguntó a Aying con seriedad.
Aying juntó sus manos detrás de su espalda, con una expresión inocente habló—¡no lo sé Nani!
Anna devolvió su mirada al frente, la expresión en su rostro cambió repentinamente al ver miles de fragmentos de vidrio caer aun más al ver la figura de un hombre en suelo y la flecha clavada en su pecho.
—¿cuando sucedió esto? Recuerdo que la pequeña señorita hablaba con el pájaro no sé qué decían exactamente esta vez después de eso mi vista se volvió lo borrosa ¿porque?—lo pensó sin creer lo que sucedía.
—¡bien hecho pollo!—le guiñó al pajarito de manera traviesa.
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