Capítulo 4 Familia imperial

—¡tío! ¿Cómo puedes ser tan cruel? ¿No prometiste cuidarme? Ahora me abandonas pero está bien “juro que te encontré y te haré pagar por haberme abandonado ya lo verás me suplicarás que no me vaya de tu lado”—sus pequeños ojos están llenos de determinación absoluta.

La mujer y el hombre avanzaron contentos es como si el cielo los haya bendecido pero lo que no saben es que esa acción los llevará a su desgracia.

—¡maestro! Se la han llevado esa pareja no tienen buenas intenciones ¿lo dejaremos ir con la pequeña señorita?—preguntó Enzo mirando a su maestro.

—¡no! Déjalos ir, seguiremos sus pasos si le hacen algo los mataremos, Vamos Enzo—sus palabras son tan frías al igual que sus ojos obisdinana que recorren con indiferencia la pequeña figura.

La figura del hombre enmascarado se mantiene en calma sobre la cima de la copa del árbol mientras continúa siguiendo con su mirada a la pequeña niña.

—¿cuando llegaremos?—preguntó la niña con un tono impaciente.

—¡hemos llegado a nuestro destino!—lo dijo con una sonrisa mientras baja del auto.

El hombre se bajó para cargar a la niña entre sus brazos solo que al sentir la mirada de disgusto de la niña su cuerpo se volvió rígido.

—¡señor nunca le pedí que me cargara! La única persona que puede sostenerme en esta vida es mi tío ¡por favor le ordeno que me baje ahora!—su voz lechosa está envuelta en arrogancia.

—¡lo entiendo!—titubeó bajando a la niña de sus brazos.

La niña se arregló el cabello desordena para avanzar con pasos tan nobles—¿Dónde está mi tío?—preguntó mirando con inocencia a la mujer.

—¡tu tío está en este hermoso castillo! ¿No quieres entrar a encontrar a tu tío?—preguntó.

—¿señorita crees que soy una tonta? ¡Tu nunca me trajiste aquí para encontrar a mi tío! Tú jamás lo has conocido ¡como te atreves a mentirme!—murmuró acercándose paso a paso a la mujer con una sonrisa traviesa sin apartar la mirada de su rostro.

Por alguna razón la mujer sintió una sensación que suprime todo su cuerpo incluso puede sentir una mano invisible que sostiene con fuerza su cuello esto hizo que la mujer derrama lágrimas al instante cayó al suelo temblando de miedo.

—¡no, aléjate de mi monstruo!—gritó agitando su mano con desesperación.

—¡no tengas miedo!—murmuró nuevamente hasta llegar hacia su oído—¡no creas que con esto tu hija se salvará! “cuando llegues a casa jamás encontrarás a tu hija porque se la han llevado para experimentar con su cuerpo” ¿tiene 15 años cierto?—susurró con burla.

—¡no!—gritó.

—¡pequeña!—gritó el hombre intentando agarrar el cuerpo de la niña que estaba por caer de los escalones.

—¡cielos nunca pensé que me lanzaría!—lo pensó cerrando lentamente sus ojos.

—¡maestro la pequeña se va a caer!—habló Enzo sintiendo pánico.

La mano blanca como el jade del hombre se levantó, Enzo detuvo sus palabras al mirar la figura que salía de la puerta principal del palacio dorado.

—“Les pedí que me trajeran a su hija como sirvienta en cambio me han traído una niña que robaron”—Resonó una voz dominante.

El pequeño cuerpo de la niña que iba a caer fue detenido por una fuerza invisible sus pequeños ojos no pudieron apartarse de la mujer que está vestida de dorado su rostro es hermoso teniendo incluso una aura de emperatriz.

La mujer vestida de dorado dio dos pasos al frente mirando la figura de la niña que flota sobre el suelo—¡Déjame ver cómo puedes escapar!—murmuró estirando su mano.

La mano delgada de la mujer tocó los mechones de la niña su sonrisa orgullosa se convirtió repentinamente en incredulidad absoluta.

—¡imposible!—murmuró para sí misma mientras bajaba su mano—¿cómo está niña puede escapar de mi poder de canalizar? “Nunca nadie ha salido de mi alcance ni siquiera los dioses bueno a excepción del señor dios y esa persona” ¡no puedo dejarla ir hasta que sepa que tesoro esconde en su cuerpo!—pensó muy detenidamente.

La mujer que se encontraba sobre el suelo se levantó sus manos temblaban más que nunca en su vida aunque sí podía decir que es lo que le causa más miedo no podría compararse la emperatriz con la aura tiránica de la niña pequeña—¡sé que estuvo mal! Esta niña no tiene a nadie, pensé que si se quedaba tal vez podría vivir bien ¡por favor emperatriz tenga piedad de mi familia!—se arrodilló sin atreverse a levantar su mirada.

—¡si, por favor! Emperatriz hemos conseguido una sirvienta—dijo el hombre.

—¡niña! ¿Realmente no tienes algún familiar que te busque?

La pequeña niña que se mantiene firme miró con ojos aburridos a la mujer vestida de dorado quien es conocida como la emperatriz de este país—¡Si! ¡Mi familia ha muerto! “Yo no tengo a nadie solo a mi misma”

—¡eso es bueno! Mi pequeña de ahora en adelante te cuidaremos, entra conmigo te daré tu habitación—la emperatriz usos su poder atrayendo su cuerpo cargándola entre sus brazo—¿tienes hambre?

—¡ni un poco!

La emperatriz que estaba por entrar al palacio se detuvo mirando a la pareja—¡mátenlos!

—¡no su majestad emperatriz! Yo he traído a la niña no me mates—gritó la mujer forcejeando.

—¡hum! ¿Crees que puede engañarme? ¡No dejaré que nadie sepa que trajiste ha esta niña! Tu esposo y tú lo llevarán a la tumba es más ya no tienes que preocuparte por tu amada hija ya ha sido llevada por la mafia rusa para los experimentos de engendrar poderes sobrenaturales superiores a los dioses ¡sáquenlos de mi vista!—sonrió con maldad entrando a su palacio.

—¡Qué mujer más cruel! “Lo único que puedo hacer por ahora es fingir ser una tonta incluso si quiero escapar esta mujer no me dejará ir” ¡papá tengo un poco de miedo! ¿Porque has muerto?—lo pensó cerrando sus pequeños ojos esperando que sea un mal sueño.

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