La noche envolvía la ciudad como una manta de silencio. Solo el eco de mis pasos rompía la quietud mientras me dirigía a casa. Las calles estaban desiertas, apenas iluminadas por farolas que lanzaban una luz tenue, distorsionada por la neblina. El aire estaba cargado de una inquietud que no podía explicar.
Había tenido días agotadores, y todo lo que deseaba era llegar a mi apartamento, encerrarme en la seguridad de mis cuatro paredes y dejar atrás las preocupaciones. Sin embargo, una sensación extraña me invadía, como si algo estuviera fuera de lugar, algo que no debía ignorar.
Liora
Y entonces lo vi.
Bajo la luz de una farola parpadeante, una figura yacía en el suelo. Mi corazón dio un vuelco, y mis pies se detuvieron. No podía distinguir detalles desde la distancia, pero el cuerpo parecía inmóvil. Un escalofrío me recorrió la espalda, y mi mente comenzó a formular las preguntas que no quería hacerme.
Liora
¿Alguien lo habría atacado?
Liora
¿Estaba vivo?
Liora
¿Debería acercarme?
Inspiré profundo, y poco a poco, me fui acercando con cautela. A medida que mis pasos me acercaban, los contornos del cuerpo comenzaron a hacerse más claros. Un hombre, con el rostro oculto en sombras, parecía estar atrapado en una escena congelada. Sus ropas estaban desordenadas, y en el aire flotaba una sensación de fragilidad, como si su vida pendiera de un hilo invisible.
La farola, en su titubeo, iluminó brevemente su rostro, y algo en él me resultó perturbadoramente familiar. No era solo su apariencia física, sino una vaga sensación de haber visto su rostro en algún lugar antes. Mi mente comenzó a trabajar frenéticamente, y de repente, la imagen me golpeó. El rostro del hombre coincidía con el que había aparecido en los recientes noticieros.
Era el hombre que buscaban, el sospechoso de una serie de crímenes que habían dejado a la ciudad en estado de alarma.
Comments
Muy intrigante 😯
2024-10-11
2
Noeli Rodriguez
Qué siga el misterio
2024-10-06
3