Mariano

Dos semanas después.

Un lujoso carruaje estaba llegando al ducado Alborán. Aquel carruaje tenía el emblema del ducado, y ese quien llega, no es otro que Mariano Alborán, padre de Anastasia. Él no llegó solo, sino que traía consigo a una mujer.

Los soldados le dieron aviso a la joven sobre ese hecho, y ella sola salió a recibir a quien dice ser su padre.

❤️Mariano

Cuando llegó fuera de la mansión, su padre, quien resultó ser muy guapo, apenas se bajaba del carruaje y tras él una mujer muy bella, como de unos treinta años.

❤️Talia

El hombre al verle sin pelos, sintió ver a su difunta esposa y su corazón se llenó de ternura.

Él no se quedó ahí, sino que salió corriendo y sin que Anastasia se lo esperara, le abrazó y besó el cabello.

—Mi pequeña Ana, qué felicidad siento al verte bien, cuando me escribiste, estaba ocupado en algo muy importante, y conseguí la solución a tus problemas, pero veo que estás perfecta— dice él con una sonrisa mientras llora, Anastasia sintió deseos de llorar, pues aquel hombre estaba siendo muy cariñoso y ella recordaba a sus padres de la vida pasada.

Ella se aferra al hombre por un rato y lloró hasta que así lo quiso.

La mujer recién llegada, va a ellos y solo se queda mirando a padre e hijas, hasta que sintió en la joven, algo muy peculiar y ese es un ligero olor, ella escudriña a la joven, y no le ve nada raro.

Parece que va a tener que investigar qué está pasando, pero por el momento solo se limita a ver.

Luego de un rato, padre e hijas se separaron, fue entonces cuando el duque decide presentar a la mujer con la que llegó.

—Hija, te presento a Talia, ella es mi amiga, espero y te lleves bien, ella es una bruja y la idea de traerla aquí, era para purificar tu cuerpo, pero parece que ya no es necesario, aun así, me gustaría que ella te revise para estar seguro— dice el hombre con preocupación y ella accede a la petición del hombre.

—Está bien, vamos dentro de la casa— dice ella y todos inician con la caminata a la mansión, de camino, la joven le explica a su padre algunos asuntos, y este no la cuestiona, más solo le pide decir las razones de sus acciones y ella decide contarle todo a su padre, todo lo que ha pasado, omitiendo el hecho, de que ella no es la verdadera Anastasia.

Mariano sintió cómo su corazón se rompió. Escuchar cómo ha sufrido su hija, es algo muy fuerte.

Él sentía mucho enojo en esos momentos, y desea matar a esas dos mujeres, y como si la joven leyera sus pensamientos, le dice.

Ya en la sala de espera, Anastasia dice.

—Ya estoy tomando venganza en contra de ellas, tus viejos empleados ya no están en esta mansión y, como te dije, ese par estaba robando y no puedo simplemente eliminarlas, sin que antes paguen— dice ella con malicia.

—Si deseas, yo puedo eliminarlas por ti; después de todo, los accidentes ocurren cuando menos los esperan— afirma el hombre.

—Sí, pero quiero ser yo quien me dé el gusto de eliminarlas— responde la joven, y el hombre no vuelve a hablar, pero no se quedará de brazos cruzados, y en cuanto tenga la oportunidad, va a eliminar a ese par.

Talia solo negaba con la cabeza, y mejor propuso revisar el cuerpo de la joven, y así ver si ya estaba limpia o no.

Para hacer eso, ella le pidió acostarse en el mueble y quitar sus zapatillas y, cuando ella lo hace, verifica el cuerpo de Anastasia.

Pero nada más tocarla, una visión la invade, y en ella ve a la joven en medio de una feroz pelea con lobos.

Incrédula, ella sigue revisando a la joven, y fue entonces donde descubrió algo.

Es imperceptible, pero está ahí, y por lo que nota, aquella joven no se ha dado de nada y eso es, que ella hace poco estuvo con un hombre lobo, el cual le dejó rastro de que él estuvo con ella, tal parece, que aquel hombre, quiere alejar a los pretendientes que quieren intentar algo con la joven, pues ningún hombre que sienta ese olor, deseara estar con la joven, ella también sentirá lo mismo.

La mujer con disimulo sonríe, para luego terminar de revisar a la joven.

—Ya no tienes la maldición, y me gustaría proponer algo. Yo en estos momentos en este imperio, no tengo a dónde ir, me gustaría quedarme aquí y si es posible, ser la doncella personal de la señorita— dice la mujer con sinceridad, pues le gustaría estar ahí cuando esta joven le rompa el trasero a esos lobos, y aún más ver lo que pasará con ella y ese lobo que le dejó dicho olor. Talia es una mujer muy tranquila, curiosa y también aguerrida, pero ama el chisme como nadie.

El duque quiso protestar, pero la mujer nuevamente siguió con su oferta.

—Hago esto, por si en un futuro alguien quiere intentar nuevamente algo en contra de la señorita, y quiero protegerla— vuelve a decir ella y el duque entró en razón.

—Qué pena contigo, llegaste por una cosa a esta mansión, y te quedas por otra— dice el hombre un poco apenado.

Talia ayuda a Anastasia a reincorporarse nuevamente y ella habla.

—Bueno, si no tienes a dónde ir, puedes quedarte aquí, y más por ser amiga íntima de mi padre, no tienes que servirme, eres la invitada de honor de la familia— dice la joven con una sonrisa. Mariano y Talia estaban un poco apenados, pues la relación que ambos tienen, no es para nada como piensa la niña.

Iban a protestar, pero una mujer con pinta de mala entró al lugar. Ella entró haciendo un escándalo.

—Mariano, por fin estás aquí, no sabes todo lo que he pasado, tu hija casi me mata con unos bichos peligrosos, solo mira cómo estoy— dice la mujer creyendo que el hombre no está enterado de sus malos actos.

Con mala cara, Mariano va hasta Rosina y la tomó bruscamente por el cuello, y la levanta en el aire.

Las dos mujeres abren los ojos como platos, pues no esperaban tal reacción de un hombre tan pacífico como lo es Mariano Alborán.

—Escucha desvergonzada infeliz, ya estoy enterado de todos tus malos actos, y déjame decirte algo, no te mato en estos momentos, porque mi hija es quien lo hará, por mí ya te hubiera quitado la cabeza de su lugar — dice el hombre, y deja caer a Rosina al suelo, quien estaba con el rostro casi morado, pues el hombre casi la mata.

Ella cuando se recuperó quiso rogar por su vida, y se aferró a las piernas de Mariano, pero este le dio una patada que la mandó a volar lejos de él.

Luego de eso, él llamó a algunos guardias y la mandó a dar 20 azotes para que conozca su lugar.

Al finalizar esa acción, se fue otra vez a dónde estaba su hija y le abrazó.

—Mi pequeña Ana, si tan solo este viejo no fuera tan tonto, no hubieras sufrido tanto ¿Qué dirá tu madre si sabe lo que ha pasado?—dice el afligido, un par de lágrimas salieron de sus ojos.

—No te atormentes por cosas así, no tenías manera de saber lo que estaba pasando, eres un buen padre, madre desde el cielo, debe de estar orgullosa de ti— dice ella consolando a su padre.

Una doncella de la mansión, trajo té y postres para todos, por orden de Talia, quien al ver el ambiente tan tenso, salió en silencio y fue a las doncellas y pidió algo para pasar el rato.

Estos al verle entrar, dejaron de abrazarse y ella aprovecha para servir todo.

Mientras que Rosina, ya había sido azotada y llevada a su habitación, allí su hija solo lloraba al verle, pues había imaginando tantas cosas con la llegada del duque, menos lo que está pasando, ella siente que la vida se le irá pronto y no se equivoca en lo absoluto.

Después de todo, el que a hierro mata, a hierro muerte.

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Nota.

Feliz inicio de semana, muchas bendiciones para todos.

Llegó Mariano Alborán, y llegó bravo.

Chicas, he estado ocupada en algunos asuntos, pero ya ven que yo como quiera vengo a cumplir con ustedes. Solo pido que apoyen esta historia, ya que si eso no pasa, no seré tomada en cuenta por esta app.

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