Llegaron.

Estoy profundamente dormida y siento un fuerte dolor en mis entrepiernas, trato de pararme y no puedo, siento unas fuertes contracciones, me levanto como puedo y voy en busca de ayuda, cuando voy saliendo del cuarto mi tío me ve llorando del dolor y me dice que me pasa y yo le digo ya vienen, me carga y le grita a mi madre que me lleva al hospital, ella sale corriendo a buscar las dos maletas la mía y la de los niños, llegando al hospital me esperaba la doctora Aide, me pasa a sala de parto y mi tío pasa conmigo.

A la media hora nació mi primer hijo, luego la niña y por último el otro varón, ver a mis hijos fue algo maravilloso, sacaron a mi tío y quedé ahí, sola pensando en lo que no pudo ser.

Hoy, ya han pasado veinte años de que estos traviesos nacieron, les tenemos una sorpresa, él tío les tiene de regalo sus carros propios.

Mañana es su acto de grado, Mi hija Luisa Elena se gradúa de Abogado, Luis Manuel de Administración de empresas y Luis David de administración Hotelera y turismo.

Les vamos a celebrar su cumpleaños y su graduación en un restaurante que acaba de abrir sus puertas y que está muy cotizado en la ciudad.

Llegamos al restaurante como a las ocho de la noche, ya teníamos reservado, Manuel su dueño es muy amigo nuestro y nos dió una reservación. Manuel, aunque no lo diga está enamorado de Luisa Elena y a ella el no le es indiferente.

Fuimos todos a festejar, la noche fue muy divertida, a Manuel le gusta Luisa Elena y trata de demostrárselo a cada momento a ella no le es indiferente, pero hay algo que no deja que ella decida, yo no me meto en sus decisiones ya son mayores de edad y son unos muchachos muy responsables, durante la cena sentí una incomodidad, no sabía por qué, pero trate de no preocuparme, seguí disfrutando la noche, en un momento que me pare para ir al baño, vi al señor Dionicio sentado en una mesa con una mujer que no era su esposa, el se quedó viéndome y yo apure el paso y luego sali sin ver hacia su mesa. Luego que me senté les dije a los muchachos que era hora de irnos. La presencia del señor Dionicio me incómodo.

Nos fuimos a la casa, pero estaba preocupada de que Dionisio no se haya dado cuenta del parecido de mis hijos con Deivis, eso sería fatal para mi.

Le conté a mi tío y me dijo quédate tranquila, tus hijos te protegerán, el no los vio, solo te vería a tí.

Paso una semana y todo estaba normal, realmente no se dio cuenta.

Pero una visita inesperada a mi oficina me dio a entender lo que se avecinaba.

El señor Dionisio llegó a las oficinas y pidió hablar conmigo , no podía negarme a recibirlo eso fue lo que hice.

Lo hice pasar y al entrar me dijo sin ningún protocolo¿Ellos son mis nietos? Yo solo le dije que son mis hijos, el me volvió a preguntar y le respondí lo mismo. El solo me dijo sabes que no me los puedes negar, son la viva imagen de su padre.

Yo solo le dije, no quiero problemas con su familia, no quiero que dañen a mis hijos. El solo me dijo, ellos serían la salvación del mío. No pregunte por nada, no quería saber nada.

Él se sentó y me contó por todo lo que pasó Deivis, cuando lo querían obligar a casarse, cosa que no sabia y me dijo lo amargado y déspota que era ahora y me pidió que fuera hablar con él, yo solo le pedí tiempo, para pensarlo y con lágrimas en los ojos me rogó que hablara con él, yo le dije que lo haría, pero después del acto hotelero del día de mañana.

Me preguntó si yo iría y le dije que si que estábamos nominados, el se despidió y salió de mi oficina.

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