Llegando a Nueva York.

Luego de salir de Canadá para no volver, me hago cargo de las oficinas de mi padre, era un edificio de cinco plantas, en la planta baja había cinco locales comerciales, en la primera y segunda planta sus oficinas en la cuarta planta las oficinas de Laudelina con todo su lujo y esplendor como era ella y en la última planta un gran departamento de concepto abierto con cinco habitaciones un gran estudio y una gran terraza que daba la vista al mar desde donde se veía el impresionante monumento a la libertad 🗽.

Llegué familiarizado con todo, mi tío se vino conmigo, para ponerme al corriente de todas las negociaciones que tenían ellos, rápido tome el control de todo, le propuse a mi tío cerrar Canadá y vender todas las propiedades y traernos a los abuelos, él estuvo muy de acuerdo, pero quería hablarlo con los abuelos, me pidió un plazo de tres meses mientras cerraba negocios allá, después de tener aquí quince días, comencé a sentirme mal, vivía con mucho sueño y todo me daba asco y sentía muchos mareos sobre todo al levantarme, pensé que era el mucho estrés del trabajo, mi mamá me pidió que fuera al médico, yo le dije que no era necesario que era cansancio.

De todos modos yo le iba a hacer caso y pediría una cita para un médico.

Revisando unos documentos en la oficina de Laudelina me encuentro un documento de propiedad de un hotel, donde tenía sociedad con el padre de Deivis, llamo al señor Dionicio y le pido una reunión con mi abogado para entregarle su hotel y es cuando me dice que la única dueña soy yo, ya que él había pasado las acciones a mi nombre, que eso se lo debía a Laudelina, me quede paralizada, ya que después que me dijo eso me colgó.

Llamé a mi tío y le conté todo y me dijo eso es tuyo, llama al abogado y pregúntale, eso hice y fue cuando me dijo el Licenciado Guillermo que eso era cierto que yo era la única dueña y que él ya tenía los documentos en sus manos, que estaba por venir para traerlos. Trate de pararme del escritorio y todo me daba vueltas, sentía caer a un gran hueco negro y profundo.

Cuando despierto estoy en un cuarto muy blanco y con mucha luz y un fuerte olor a desinfectante, a mi lado mi secretaria Esther Maria que al verme desmayada me trajo a la clínica y es donde una joven doctora me dice que estoy embarazada de cinco meses y que son trillizos, la noticia me asustó y me hizo llorar la historia se repite pero está vez yo sola enfrentare este reto y a su padre no le diré nunca nada, ellos serán solamente míos, la doctora me dice que tengo un alto índice de desnutrición y que debo ponerme en control por el bienestar de los trillizos. Yo le pido una cita con una ginecóloga y ella me dice que ella es ginecóloga y que es con ella que voy a tratar a partir de hoy, me mandó un complejo vitamínico de quinta generación para levantar mis valores, el cual debo tomar por un mes, que ella luego me lo cambia.

Salí de la clínica y le pedí a Esther Maria que se hiciera cargo de todo que yo me iba a mi departamento que luego la llamaba, eso hice y al llegar abrace a mi madre y le conté todo, ella me abrazo y me dijo yo estoy contigo tu no estás sola como lo estuve yo, juntas vamos a criar a esos niños que vienen a llenar tu vida de alegría, Ellos serán tu felicidad y siempre estaré a tu lado, recuerda hija tu ya no estás sola. Con esas palabras de mi madre, subí a mi cuarto y pude descansar tranquila.

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