Durante la cena, los Lewis no se presentaron, a mi padre no se le hizo raro, pero a mí algo bien adentro me decía que quizás directamente los vería la noche siguiente durante la cena de compromiso, pero mi corazón se amedrentaba pensando en que quizás debería haber esperado a que regresaran solos o haberlos acompañado para evitar mandarlos al frente. Mi hermano no me dirigía la palabra, decía que por mi culpa habían castigado a Isabella, que porque en vez de ir a preguntarle a los Lewis como llegar al viejo convento, no le había preguntado a algún otro y si no necesitaba que él me dijera que había hecho mal, yo mismo me condenaba.
¿Tienes celos verdad? Te da envidia la buena relación que tengo con Isabella- me pregunto hecho una furia Aníbal.
No deberías ser tan considerado con ella, recuerda que es mi prometida- le contesté sin mirarlo.
tú sigue en este juego, que perderás épicamente- sentenció antes de desaparecer del hotel donde cenábamos.
Desearía tanto que se llevarán bien- dijo mi padre quien hasta ese momento no había emitido una sola palabra.
No me culpes por esto, él es el tonto- le dije bufando.
Claro ¿por qué al desconfiar de él te hace más inteligente? Ellos son amigos, hijo, y si no dejas esa actitud tan posesiva, los perderás a los dos- dijo terminando de comer su filete.
sabía que en cierta forma sus palabras eran ciertas, pero esa cercanía entre ellos me molestaba, o quizás era porque lo envidiaba. Nunca sentí envidia de nadie, siempre conseguí lo que quise sin que nadie lo dijese nada, pelee por aquello que deseaba y ahora me sentía como extraño con la mujer que debía casarse conmigo en un año. Quería demostrarle que realmente la amaba, pero como hacerlo si todo el mundo decía que era como un bloque de hielo. Nunca había tenido que esforzarme con las mujeres, muchas se me tiraban encima con solo verme, la idea de ser romántico no me molestaba, pero siendo sinceros no sabía como llevarla a cabo, era un hombre de dar órdenes y que se cumplieran y hasta ahora me doy cuenta de que ella no quiere que le ordenen, quiere que la amen.
El resto de la noche la pasé pensando en cómo demostrarle mis sentimientos, ya sabía de la reunión y donde se llevaría a cabo, solamente tenía que ver como poder decirle de frente y sin miedo todo lo que su sola presencia me hacía sentir, no voy a mentir los nervios me ganan, a pesar de ser 7 años más grande que ella, me siento pequeño a su lado. Espero que me deje aunque sea hablar, porque sino, ya no sé que hacer para poder llevarme bien.
Durante el día acompañé a mi padre a ver sus diferentes negocios, Aníbal jamás se unió a nosotros, ni en el desayuno ni en el almuerzo, sé que quizás esté en casa de los Lewis, aunque pensando en cómo lo veía con desaprobación la madre de Isabella, la idea de su visita a la mansión me duró poco.
Durante la tarde salí al mercado, quería conseguir algo que fuese digno para mi prometida, a pesar de que siendo sinceros, no tengo idea de lo que le gusta. Varias cosas llamaron mi atención, pero me decidí por un collar de plata con un dije de media luna.
Buenos días, Teniente- esa voz tan aguda que me rompe los tímpanos, imposible que sea otra persona.
Dirá buenas tardes, señorita Gisel- había algo en esta mujer que me desagradaba, pero por más que lo intentaba no podía descifrar que.
¿Comprando regalos para su prometida?- me pregunto curiosa mientras veía como el vendedor colocaba el collar en una fina cajita de cuero azul.
Nadie le dijo que no debería meterse donde no es llamada- le contesté fríamente y sin mirarla.
Y a usted nadie le dijo que no puede obligar a alguien a amarlo por intermedio de regalos- sus palabras eran como dagas.
No sé dé que está hablando- le contesté.
Si lo sabe, teniente, esa chiquilla jamás lo amara a usted como ama a su hermano. Se encuentra en boca de todos lo que ocurrió ayer, se escapó con el y los encontraron danzando con poca ropa en el viejo convento- dijo escondiendo una sonrisa burlona detrás de su abanico.
Si sabe algo que yo desconozca la invito a contarme, si no deje de hablar por detrás de las personas, solamente la hace de un nivel más bajo- le dije dando media vuelta para irme. Esa mujer podía sacar lo peor de mí.
Es bien sabido por todo el pueblo, que cada vez que su hermano viene, se internan por horas en el bosque y pasan más tiempo que una pareja normal juntos, pero si a usted le es más cómodo hacer como que no sabe nada, allá usted. Lamento si en algún tiempo o ahora mismo se le ríen- dijo retirándose.
Sabía lo que ella quería, pero también sabía las intenciones de mi hermano con Isabella, así que no debería preocuparme por nada ¿verdad?
Supongo que no tiene nada mejor que hacer y por eso decide molestarme con su presencia- dije fríamente sin mirarla.
Soy la hija del alcalde, merezco respeto de su parte, Teniente Black- me dijo como dándome una orden.
No se equivoque señorita Gisel, mi respeto se termina en el momento en el que usted se atreve a faltarle el respeto a mi prometida- clavar mi mirada fría en sus ojos le hizo dar un sobresalto bastante notorio. A veces disfruto de hacer sentir de esa manera a la gente, y es muy raro que me arrepienta.
Se fue casi tan rápido como llegó, debería haberla tratado de esa manera así no tenía que soportar su presencia durante mucho tiempo. Ahora me sentía ansioso por que la noche llegara pronto, ya tenía un presente para poder declararle mis sentimientos a Isabella y esperaba con muchos nervios que ella me correspondiera.
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Comments
Carolina Acosta
mira estúpida para exigir respeto hay que darlo así que calladita
2024-06-12
3
Carolina Acosta
desgraciada 😠 y lengüetera 😠 no te muerdas la lengua porqué te envenenas
2024-06-12
2
Carolina Acosta
una de las soluciones que tienes es dejar de ser un temprano de hielo
2024-06-12
2