CAPÍTULO 1
El Reino de TOX
En un tiempo muy lejano, en el mundo paralelo de una realidad alterna, existió el reino de Tox. Sus habitantes eran pobladores muy dotados en las artes y el comercio, además, tenían vínculos muy estrechos con los reinos vecinos y, de esta manera, fue durante años, décadas y siglos hasta la actualidad, pasando de rey a rey. Cada uno de ellos, dejó grandes aportes a su país. Sin embargo, cuando Cipriano VI ascendió al trono, comenzaron una serie de calamidades y actos extraños a infectar el reino, empezó por una caza de brujas y la violación masiva a aquellas mujeres que ejercían tal profesión, pues, por razones desconocidas, esa antigua y respetada profesión en Tox se transformó en una conducta muy mal vista ante la sociedad del reino.
Con el paso de los años, una poderosa hechicera los maldijo y luego su cuerpo fue encontrado sin vida en el trono del rey. Después, al correr del tiempo, empezaron leyendas que contaban que cuando el rey fue sepultado volaron cuervos por todo el cielo y que la luna se tiñó de rojo. Sin embargo, al seguir pasando los años, el reino tuvo altas y bajas debido al gobierno inestable de los siguientes reyes, cayendo algunos en la locura y otros quemándose vivos ellos mismos. Todo esto incrementó los rumores de que el alma del rey Cipriano VI vivía junto al trono e influía en la conciencia de los reyes actuales, susurrándoles cómo debían gobernar; siendo que en la mayoría de los casos los consejos parecían adecuados y traían buenos resultados al reino; pero a la larga terribles consecuencias salían a flote, trayendo hambrunas y enfermedades desconocidas a la época. Por ello, muchos jóvenes escapaban por los bosques a reinos cercanos, pero nunca lograron llegar, pues sus cuerpos desaparecían en la intensidad y espesor de la noche, ganándose dicha selva el nombre del bosque de las lágrimas perdidas…
***
«¡Dios los mantenga a salvo de todo mal!».
Ciento treinta años después, el reino mantiene un flujo constante, apaciguado y más calmado. La guerra y la muerte es lo único que ha visitado al reino de Tox en este gobierno del rey William. La reina desapareció misteriosamente y muchos miembros del consejo de notables que gobernaban junto a la corona, afirman que el mismo rey se la comió porque veía en ella un enemigo potencial.
Su hijo, el príncipe heredero Fabio, está a cargo de las relaciones exteriores y comerciales con las costas Gregorianas y, por ello, el número de soldados en el ejército se ha incrementado fuertemente, manteniendo, de este modo, uno de los ejércitos más numerosos y mejor entrenados hasta entonces. Los bailes en sociedad son escasos, pues nadie desea dar en cortejo a sus hijas a un soldado que podría quizás nunca volver a casa; y los pocos que se atreven, sufren la desgracia del desamor mucho antes de siquiera probar la miel de un romance sólido.
«¡La pena embarga los corazones de las doncellas que entregan sus lágrimas con regocijo y devoción!».
Por todo esto, el rey decretó que toda viuda en plena juventud tenía que entregar su cuerpo a los soldados y, por ello, se fundó la Casa de las Lobas, un burdel donde mujeres de escasos recursos y damas jóvenes viudas entregaban su cuerpo al placer de los caballeros, que traían honor al reino al regresar de la guerra. Por lo tanto, este era un lugar muy popular entre los caballeros que venían a admirar a las jóvenes danzar en diminutos trajes y pintar los recuerdos de su alma en juventud en un lienzo. Es decir, ellas eran artistas que narraban historias durante el día y compartían hermosas poesías llenas de recuerdos nostálgicos, al igual que melodías con una agradable y suave voz como si del canto de una sirena fuera; pero de noche, tenían que mostrar su arte en privado a los soldados sedientos de placer y emoción.
«¡Ante todo, ser una loba significa ser una artista en cualquier campo!».
El rey William visitaba esta casa con regularidad, comentándose que, cuando el rey visitaba a las lobas, la casa cerraba por días enteros solo para poder complacer al viejo rey en su frustración. Al príncipe Fabio, esta acción le parecía repulsiva y le daba un asco profundo tener que tocar a una mujer que todos los soldados ya habían tocado, era simplemente repugnante para él. Prefería estar solo y ahogar sus más bajas pasiones frente a un espejo consigo mismo, disfrutando de su éxtasis como mejor creía que le convenía.
Pronto el rey enfermó y la cosecha de muchos agricultores comenzó a perderse misteriosamente y, sin más, el rey se encerró en la sala del trono. Hablaba consigo mismo, reía y lloraba, pedía piedad y perdón; pero ante todo lo hacía solo, pues había prohibido la entrada a dicha sala, incluso a su propio y único hijo, el príncipe Fabio. Así, los ventanales fueron cubiertos por una espesa manta oscura, no obstante, el llanto del rey se podía sentir haciendo vibrar las paredes. Por su parte, el príncipe Fabio, al enterarse de la locura de su padre, regresó de las fronteras donde se encontraba hasta el castillo, solo para ver como su padre agonizaba ante sus ojos, lo cual dibujó en su rostro una inmensa sonrisa de satisfacción; pues el rey William acababa de suicidarse en el trono tomando un poderoso veneno, por lo que los médicos de la corte nada pudieron hacer para ayudarlo ante tal tragedia.
Pronto en todo el reino se hizo presente la noticia de que el rey William había muerto por causas desconocidas, todo esto para cubrir que el propio rey había acabado con su vida. El ejército rindió honores al rey fallecido y comenzaron la preparación para la coronación del rey Fabio, sucesor al trono de Tox, quien de inmediato invitó a reyes cercanos para celebrar su ascenso al trono y organizar un gran baile donde jóvenes doncellas del reino de Tox podrían unirse en casamiento con caballeros de aquellos reinos. Pero algunos delegados enviados personalmente por aquellos reyes, le hicieron saber que en este momento de guerra y dolor no podían ir a rendirle honores y felicitarlo por su coronación como nuevo rey, por lo tanto, la idea del baile entre los reinos quedó desechada de manera inmediata.
Un acontecimiento extraño sucedió cuando el sumo pontífice estaba colocando la corona al príncipe Fabio, pues varios cuervos se acercaron a la catedral y una lluvia de meteoritos podía verse a plena luz del día. Muchos astrónomos de la época decían que los meteoritos representaban a los antiguos reyes, celebrando que había llegado al poder un rey sabio, tolerante y con visión de futuro positivo para el reino. Sin embargo, algunos bufones y comediantes hacían alusión a los tiempos de Cipriano VI, diciendo que él había sido elegido para continuar el linaje real y poderoso que aquel antiguo y poderoso rey había tenido.
No obstante, los ciudadanos y feligreses no contentos con estos comentarios decían que era una blasfemia y prácticamente una herejía, decir eso en un momento tan importante cómo era la coronación del Rey Fabio. De inmediato, el consejo que gobernaba junto al rey comenzó a sugerirle que debía desposar a alguna joven doncella para que el reino pudiera tener una reina que fuera sabia, que tuviera conocimientos en las artes y la literatura, que fuera buena en la economía y respetara las tradiciones de la memoria del reino. Así, el rey Fabio se comprometió asistir a bailes para de este modo encontrar una candidata perfecta para ser su reina, de modo que, cuando esta noticia corrió por todo el reino, las jóvenes casaderas, que no habían vuelto a aparecer en el tristemente famoso baile, comenzaron a aceptar las invitaciones porque querían, sobre todo, cazar al rey. Pero los pensamientos de Fabio eran diferentes, ya que a él, no le gustaba ninguna mujer del reino porque sabía que todas las mujeres compartían cuerpo, alma y mente con los soldados y esta situación las hacía desagradables ante sus ojos. Por lo tanto, él sabía perfectamente que la mujer digna de él sería aquella cuyo primer encuentro fuera algo ingenioso porque él no deseaba que cualquier mujer diera a luz a su primogénito, así tuviera que esperar muchos años en búsqueda de su reina. De manera que el rey Fabio confirmó que mientras eso sucediera, él dedicaría todos sus esfuerzos a trabajar de la mano con el pueblo para que el crecimiento del reino fuera dinámico y próspero y, por ende, trajera alegría y abundancia suficientes que permitieran al reino de Tox abrir y fomentar las relaciones necesarias para formar lazos sólidos, tanto con los reinos vecinos como con los reinos lejanos.
«¡Un reino que vería la luz de la esperanza!».
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