Narrador Omnisciente
La invitación llegó a las seis y cuarto, cuando Mariana estaba guardando los documentos del día.
Un correo interno, con el asunto:
“Cena con los socios — 20:00 hs. Restaurante Lúmen. Asistirá conmigo.”
No había firma, pero no la necesitaba.
Solo él escribía así: directo, sin fórmulas de cortesía, como si cada palabra fuera una orden que nadie se atrevería a discutir.
Por un segundo dudó. No estaba segura de si aquello era estrictamente laboral o si había algo más detrás.
Pero las dudas se disiparon pronto: en el mundo de Keynel Brant, los límites se difuminaban con una facilidad inquietante.
A las ocho en punto llegó al restaurante. El lugar era elegante, de luces tenues y música de fondo casi imperceptible.
Llevaba un vestido negro sencillo, de tela suave que rozaba sus rodillas, con un escote apenas insinuante.
Sencillo, pero suficiente para sentirse segura.
El mozo la condujo hasta una mesa junto a un ventanal.
Él ya estaba allí.
Traje oscuro, reloj plateado, la postura relajada de quien sabe que domina el espacio.
Cuando la vio llegar, se levantó.
—Puntual —dijo, con una media sonrisa—. Ya empiezo a acostumbrarme a eso.
—Y espero no tener que romper su costumbre —respondió ella, dejando que la mirada se encontrara con la suya.
Durante un instante, no hubo palabras. Solo ese reconocimiento silencioso, como si ambos recordaran el último enfrentamiento en la oficina.
Se sentaron.
El camarero se acercó, y Keynel pidió sin consultar la carta:
—Dos copas de vino tinto y el menú degustación.
Mariana arqueó una ceja.
—¿Ni siquiera me pregunta si me gusta el vino?
—No me gustan las decisiones innecesarias —replicó él—. Pero si no le gusta, puedo cambiarlo.
—No es necesario —dijo ella, con una sonrisa leve—. Tal vez me sorprenda.
—Eso espero.
El vino llegó, y el silencio entre ambos era todo menos incómodo.
Había algo eléctrico en el aire, una tensión que se sostenía entre las palabras.
Cada vez que él levantaba la vista del vaso, ella sentía su mirada recorrerla como un roce invisible.
—¿Suele invitar a sus secretarias a cenar con los socios? —preguntó ella finalmente.
Él apoyó el vaso.
—Solo cuando la secretaria en cuestión es lo suficientemente capaz para seguirme el ritmo.
—¿Y eso es un cumplido o una advertencia?
—Depende de cómo quiera tomarlo.
La conversación con los socios fue breve. Mariana habló poco, pero observó mucho.
La seguridad con la que Keynel se movía era hipnótica: medía las pausas, elegía cada palabra como si anticipara la respuesta del otro.
Y cada tanto, su mirada volvía hacia ella, apenas un segundo, pero suficiente para recordarle que estaba allí por algo más que trabajo.
Cuando los socios se retiraron, él se quedó un momento mirando la copa vacía.
—No te imaginaba así —dijo, sin levantar la vista.
—¿Así cómo?
—Tranquila, pero desafiante. Sutil. La mayoría intenta impresionar. Tú no.
Mariana se recostó ligeramente en la silla.
—Tal vez porque no vine a impresionarlo, sino a trabajar.
—¿Y eso te resulta fácil?
—Depende del jefe —contestó, devolviéndole la frase de la entrevista.
Él sonrió.
—Citas tus propias palabras. Me gusta la coherencia.
Un silencio se instaló entre ambos.
El tipo de silencio que solo ocurre cuando hay demasiado que no se dice.
Ella desvió la mirada hacia la ventana; la ciudad brillaba más allá, bajo una lluvia fina que empezaba a caer.
Keynel la observó en silencio. Había algo en esa mujer que lo desconcertaba. No era la belleza, aunque la tenía. Era la calma con la que sostenía su propio terreno.
La mayoría se desarmaba frente a él. Mariana, en cambio, parecía desafiarlo solo con existir.
—Deberíamos irnos —dijo ella, cuando notó que su mirada se había vuelto demasiado intensa.
Pagó la cuenta sin mirarla.
Salieron juntos al aire húmedo de la noche.
La lluvia caía con suavidad, y las luces del restaurante se reflejaban en el pavimento brillante.
—¿Le molesta si la llevo? —preguntó él.
—No es necesario. Vivo cerca.
—Insisto.
El tono no admitía réplica.
Caminaron juntos hasta el auto.
El silencio entre ellos era más elocuente que cualquier conversación.
Dentro del vehículo, la música era tenue.
Durante unos minutos solo se escuchó el sonido de la lluvia golpeando el parabrisas.
De pronto, él habló:
—¿Por qué aceptaste el trabajo, Mariana?
Ella lo miró de reojo.
—Porque lo necesitaba.
—No me refiero a eso. KB no es un lugar fácil. Yo no soy fácil. Y sin embargo, decidiste quedarte.
Ella lo pensó un instante.
—Porque hay algo en este lugar que me reta. Y porque, aunque no lo parezca, me gusta cuando alguien me exige más de lo que creo poder dar.
Él sonrió apenas.
—Eso puede volverse peligroso.
—Solo si uno olvida por qué empezó —respondió.
El auto se detuvo frente a su edificio.
Ella desabrochó el cinturón, pero no bajó de inmediato.
Él la miró en silencio, con una expresión que no había usado antes.
No era arrogancia, ni curiosidad. Era algo más humano, más contenido.
—Gracias por venir —dijo finalmente.
—Gracias por invitarme.
El silencio volvió, espeso, cargado de algo que ninguno se atrevía a nombrar.
Ella bajó la mirada hacia sus manos, luego hacia él.
Sus rostros quedaron demasiado cerca.
Un solo movimiento habría bastado para romper la distancia.
Pero ninguno se movió.
La respiración de ambos era lenta, medida.
Finalmente, Mariana sonrió con suavidad.
—Buenas noches, Keynel.
—Buenas noches, Mariana.
Ella abrió la puerta y salió bajo la lluvia, sin paraguas.
El aire fresco la envolvió, y con cada paso que daba hacia la entrada de su edificio, sentía el corazón latir con una fuerza extraña.
No era solo atracción. Era la certeza de que algo había empezado esa noche.
Algo que ninguno podría controlar.
Dentro del auto, Keynel la observó hasta que desapareció tras la puerta de cristal.
Luego apoyó la cabeza en el respaldo y cerró los ojos.
No debería sentir eso.
No con ella.
Pero ya era demasiado tarde.
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Updated 60 Episodes
Comments
Haidee González
fotos de los personajes gracias por su atención y muy buena la novela , así es Mariana no se deja que se cree que por ser rico tiene que humillar
2025-01-21
3
Nomi Ukara
esto es un WOW 🤭
2025-02-11
1
Dayana Fuchs
🤣🤣🤣🤣🤣🤣🤣🤣🤣🤣🤣🤣🤣🤣🤣🤣🤣🤣🤣🤣🤣🤣🤣🤣🤣🤣Qué cómica.... Creo que el que está haciendo que a ella no la contraten es su anterior Jefe. 🤨🤨🤨🤨🤨🤨🤨🤨🤨🤨🤨🤨🤨🤨🤨🤨🤨🤨🤨🤨🤨🤨🤨🤨🤨🤨
2025-01-28
2