Capitulo XX Ira

En el salón de fiestas los invitados disfrutaban de una agradable velada, las risas y el baile eran los protagonistas de la noche y para Isabella e Ignacio el toque romántico del lugar los hizo sentir en paz.

— Te gusta cómo quedó todo?. — pregunto Ignacio con su espectacular sonrisa, dejando a Isabella como hipnotizada.

Al ver que Isabella no contestaba Ignacio la acercó a él y le dio un suave beso en la boca, Isabella recibió sus caricias de manera natural y ante todos se veían muy tiernos, ellos estaban sumidos en su mundo perfecto, hasta que la voz de una mujer resonó en el gran salón.

— Qué hiciste Ignacio Hernández?, me puedes explicar quien es esta mujer!. — los gritos de Leticia se escucharon en cada rincón del lugar.

— Para empezar baja la voz, estás en fiesta de bodas y para terminar eso no es tu asunto y como no estás invitada te exijo que te retires inmediatamente. — Ignacio estaba realmente molesto, era extraño verlo actuar de esa manera.

— Soy tu madre, me debes respeto!. — volvió a gritar la mujer.

— Valiente madre, tú no eres más que una aparecida o es que acaso ya olvidaste que me dejaste botado — la molestia de Ignacio era muy evidente.

Isabella solo fue espectadora en aquella discusión, se sentía incómoda, ya que la discusión había empezado por ella, Isabella intento calmar a Ignacio, solo que no esperaba la reacción que él tuvo.

— Amor, por favor cálmate, mejor salgamos al jardín. — dijo Isabella en voz baja.

— Isabella no te metas en esto, mejor siéntate y quédate ahí callada. — la manera en la que Ignacio le hablo a Isabella fue bastante brusco y aunque su tono no era tan alto para que todos los presentes lo escucharán, fue lo suficientemente alto para que algunos invitados lo escucharán, entre esos estaba Roberto y su hijo Andrés.

Isabella bajo la mirada y decidió salir de aquel lugar, Ignacio estaba tan molesto que no se dio cuenta de lo que había hecho, una vez Isabella se encontró sola en el jardín, dejo salir sus lágrimas, en ese momento pensó que casarse con Ignacio había sido un error, desconsolada lloraba sin cesar, lo que ella no sabía era que su verdadero infierno apenas empezaría.

— No llores. — dijo Andrés dándole un pañuelo a Isabella para sus lágrimas.

— Gracias, pero mejor déjame sola. — dijo Isabella mirando a todos lados.

— Si buscas a tu esposo, aún está discutiendo con su mamá. — agrego Andrés.

— Igual no quiero malos entendidos, mejor déjame sola. — pidió Isabella en tono de súplica entregándole a Andrés su pañuelo.

En ese momento Ignacio salió al jardín y vio a Isabella tomando la mano de Andrés, bueno eso fue lo que él pensó ver, su ira creció mucho más ante aquella escena, acercándose a ellos de manera violenta.

— Te dije que no te acercaras a mi mujer. — dijo Ignacio dándome un golpe en la cara a Andrés.

— Ignacio que te pasa!, nosotros no estamos haciendo nada. — grito Isabella exasperada.

— ja, ja, ja eres como todas las mujeres, solo esperas el momento indicado para engañar. — Ignacio hablaba con tono de desprecio hacia Isabella.

— Vete al diablo Ignacio, sabes que olvídate de este matrimonio y olvídate de mí, en este momento me largo. — grito Isabella lanzando el anillo de bodas a la cara de Ignacio.

Ignacio ardió más en ira y agarró a Isabella de la mano y la arrastró a la parte de atrás del salón, Andrés no ayudó a Isabella, pues él sabía que después de esa noche la joven dejaría para siempre a Ignacio.

— Ignacio me lastimas, por favor suéltame. — suplicaba Isabella llorando.

— Eres una mentirosa, seguramente me has estado viendo la cara y quien sabe con cuentos, por eso Álvaro se burló de ti, no eres más que una fácil.

Las palabras de Ignacio taladraron el corazón de Isabella, ella ya no dijo nada más, simplemente se limitó a llorar, ella solo quería desaparecer y que nadie supiera de ella nunca más, Ignacio la dejo sola y se fue a tomar aire fresco, él después de media hora recapacito y se dio cuenta de que había actuado por impulso y que Isabella le había demostrado que ella no era igual a Ingrid, así que decidió buscar a su esposa y pedirle perdón, cuando regreso a aquella habitación donde había dejado a Isabella, solo que no la encontró, la buscó por todas partes, pero no había rastros de ella, Isabella había desaparecido.

— Busquen a mi esposa por todo el lugar y por fuera también, tráiganla conmigo inmediatamente. — Ignacio ordeno a los hombres de seguridad y además contrato a otros hombres para qué la buscarán.

Después de dos horas de haberse ido de la fiesta Isabella llegó a la casa de Ignacio, ella quiso huir, pero no podía dejar a su mamá atrás, Ignacio se encontraba en la sala en su mano había un vaso de whisky y tenía la mirada perdida.

Ignacio volteó a ver a la entrada de la casa y se encontró con el rostro sombrío de Isabella, su primer impulso fue caminar hasta ella y pedirle perdón, pero Isabella lo rechazo y siguió su camino hasta la habitación, una vez ahí se quitó el vestido de novia y se metió al baño, estando sola descargo toda su rabia llorando, estaba desconsolada, Ignacio está vez había llegado muy lejos y no lo perdonaría jamás.

Una vez se sintió más tranquila salió de la habitación encontrándose con Ignacio sentado en la cama con las manos en la cabeza.

— Qué hace en mi habitación?. — pregunto Isabella molesta.

— Vine a ver cómo estabas. — respondió Ignacio apenado.

— Estoy bien, ahora puede irse. —

Isabella fue a buscar su ropa de dormir e ignoro a Ignacio, el hombre se sintió muy mal por haber arruinado su noche de bodas y por haber tratado tan mal a su esposa.

El salió de la habitación dejando a Isabella sola, la muchacha se acostó en la cama y empezó a llorar de nuevo, ella quería ser fuerte, no quería que los demás la siguieran lastimando.

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