Isabella decidió esa noche aceptar la propuesta de Ignacio, ella no podía seguir en aquella ciudad, a la mañana siguiente le notifico a su mamá la decisión tomada y espero a que Ignacio llegará para contarle su decisión.
Después del desayuno Ignacio llegó a la casa de Isabella, al verla con otra actitud se sintió feliz en su corazón.
— Buenos días, disculpen que llegara tan temprano, pero es que necesito una respuesta de Isabella, para poder hacer la reservación del vuelo. — explico Ignacio apenado.
— No se preocupe profesor, por favor pase que Isabella tiene algo que decirle. — dijo Miranda con sentimientos encontrados.
— Espero y sean buenas noticias. — dijo Ignacio viendo a Isabella.
— Así es profesor, he decidido viajar con usted, espero y no se haya arrepentido de su propuesta. — contesto Isabella.
— Claro que no, mi propuesta sigue en pie, ahora mismo hago la reservación de los dos. — dijo Ignacio emocionado.
Miranda sabía que aquel hombre tan apuesto estaba interesado en su hija y eso le daba algo de alivio a su corazón de madre, aunque también estaba triste pues su hija se iría lejos de ella y quien sabe cuándo la volvería a abrazar.
— Quería preguntarle si usted también quisiera venir con nosotros, es decir, mi apartamento en Nueva York es lo suficientemente grande y cabemos los tres. — explico Ignacio.
— Pero no tenemos dinero para pagar dos pasajes, a duras penas podemos pagar el de Isabella. — comento Miranda.
— No señora, usted no se preocupe por eso, yo pagaré los boletos de ustedes dos. — respondió Ignacio.
— Profesor, ya bastante está haciendo por mí no puedo aceptar lo que está proponiendo. — respondió Isabella.
— No quiero que se sientan mal, por eso les digo que puedo llevarlas a las dos, les haría bien un cambio. — insistió Ignacio.
— Profesor, muchas gracias de verdad, pero no puedo aceptar, si lo hago sentiría que me estoy aprovechando de usted. — dijo Isabella honestamente.
— Y si lo ves como un préstamo y cuando puedas me devuelves el dinero. — alego Ignacio.
— Veo que es muy insistente, está bien profesor acepto que sea un préstamo, entonces díganos cuando nos vamos. — dijo Isabella más animada.
— Déjame hacer una llamada y confirmar la hora. — respondió Ignacio.
Isabella vio cuando Ignacio salió del pequeño departamento, mientras ella se quedó pensativa, unos minutos después entro Ignacio y confirmo la hora de salida del vuelo.
— Nos iremos mañana en la noche, deben tener todo listo para este viaje. — dijo Ignacio tranquilamente.
— No tenemos mucho que llevar, así que por eso no hay problema. — dijo Isabella deprimida de nuevo.
— Y como está el estado de sus documentos?. — pregunto Ignacio preocupado por ese asunto, con todo lo ocurrido no había pensado en eso.
— Mi hija y yo tenemos todos los documentos en regla, por eso no hay problema. — respondió Miranda con una sonrisa.
En realidad Miranda había obligado a su hija para que hicieran los documentos legales necesarios para que pudieran viajar cuando ellas quisieran.
El día lo pasaron arreglando sus cosas, Miranda llamo al encargado del edificio y le dijo que le entregaría el apartamento al día siguiente en la tarde, ya casi todo estaba listo y la nostalgia de dejar su vida atrás llegó a Isabella, ella siempre pensó que una vez se graduará podría ejercer en el país, pero ahora resulta que tendrá que irse del país sin siquiera graduarse de su carrera.
— Sé que este cambio es brusco, pero pienso que es lo mejor para ti hija. — comento Miranda acariciando la cabeza de Isabella.
— Eso espero mamá, sabes que me parece extraño que el profesor quiera ayudarnos, eso no es normal. —
— Yo no le veo nada extraño, pienso que el profesor es una buena persona y además ve en ti lo buena profesional que llegaras a ser.
Miranda no le iba a decir a su hija sus sospechas sobre Ignacio, lo menos que ella quería era que su hija se espantara y terminará rechazando la ayuda del profesor.
Llegada la noche Isabella se fue a descansar, por curiosidad agarró su teléfono y en este había varios mensajes de Álvaro y además algunas llamadas.
Isabella abrió el primer mensaje para ver que decía el imbécil de Álvaro.
— "Donde estás?, te necesito." — fue el primer mensaje que Isabella vio.
— "Me gustaría hacerte mía de nuevo, veámonos en mi casa". —
Y así siguieron unos cuantos mensajes más, hasta que Álvaro volvió a mostrar su verdadero rostro y empezó a enviarle mensajes ofensivos.
— "Quien te crees que eres para no contestar mis mensajes ni llamadas".
— "Eres menos que nada, responde ahora mismo mxxxxxx sea".
— "Eres una cualquiera que anda con uno y con otro, que asco me das".
Isabella decidió no seguir leyendo esas estupideces, así que bloqueo el número de Álvaro y borro el historial de mensajes que el muy bastardo le había dejado, las lágrimas volvieron a hacerse presente y la desilusión volvió a llenar su corazón, esa noche Isabella se juró a sí misma no volverse a enamorar y que de ahora en adelante solo viviría para ser feliz ella misma.
— Algún día volveré a este país y todos aquellos que me humillaron me las pagarán. — dijo Isabella para sí misma frente al pequeño espejo que tenía en su habitación.
Después de asearse Isabella se fue a dormir, ella solo quería olvidar todo lo malo que vivió en los últimos años y más aún olvidar que alguna vez conoció a Álvaro y a Lucero.
Llegada la mañana Miranda se encontraba preparando el desayuno, no era nada elegante y nada del otro mundo, pero su comida está realmente buena, mientras ella estaba en lo suyo alguien estaba tocando a la puerta.
— Tranquila ma' yo voy. — dijo Isabella mientras salía de su habitación.
— Gracias Isa. — respondió Miranda mientras buscaba los platos para servir el desayuno.
Mientras tanto Isabella fue a abrir la puerta encontrándose con los profundos ojos negros de Ignacio.
— Buenos días, Isabella, espero no ser inoportuno. — dijo Ignacio mostrando una gran sonrisa.
— Como cree profe, por favor pase esta es su casa. — respondió Isabella amablemente.
— Huele muy rico, siento importunar a la hora de su comida. — dijo Ignacio apenado.
— Nada de eso, profesor, por favor siéntese y desayuné con nosotras. — respondió Miranda llevando los platos a la mesa del comedor.
Los tres se sentaron a desayunar y hablaron del viaje y de lo bueno que es vivir en aquella ciudad. La nueva vida de Isabella estaba por comenzar.
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Comments
Giovanna Vásquez Medina
Me alegro que haya aceptado irse lejos de esa gente malvada !!!
Sigamos apoyando con me gusta publicidad comentarios y 🎁 💝
2025-01-05
2
silvia
Esta bueno q vaya respire otros aires y regrese como toda una ganadora empoderada y sin dejarse de nada y nadie
2024-09-09
2
Omirsa Benites
Espero que Isabella pueda encontrar su norte, terminar su carrera y ser una excelente profesional, ya le han hecho demasiado daño
2024-09-08
1