No haga nada estúpido

Dicho y hecho, la mujer al ser una concubina del emperador y acusar a la emperatriz por un supuesto maltrato, hizo que la guardia real fuera por Alana a su pequeño palacio, el emperador exigía su presencia en el palacio principal.

Sin oponerse, Alana fue con la guardia y al llegar, ahí estaba ese hombre, que para nada era guapo, a los ojos de la emperatriz, pero que su presencia si imponía.

—A su servicio majestad— haciendo una reverencia, Alana saludó

—¿Cómo te atreves a atacar a una de mis favoritas?, no tienes ningún derecho sin importar que seas la emperatriz— rojo del coraje, el hombre se expresó

—No lo hice por mi majestad. Cómo sabrá tenemos dos hijos si es que ya se enteró, uno de ellos es un niño con un Pegaso en el hombro derecho, tengo entendido que aquel con la marca será el heredero a la corona y por ende un emperador desde su nacimiento, la mujer que me acusa, llamó engendro a mi pequeño, no puedo permitir que nadie le falte el respeto de esa manera al ser el legítimo heredero, claro que si quiere castigarme y defender a su zorra, lo puede hacer, siempre y cuando esté presente la comitiva ministerial, a ellos les permitiré castigarme por defender a un heredero, a nadie más—

Terminando de dar su explicación, se dio la vuelta y se preparaba para retirarse.

—Me importa poco lo que pienses, pagarás por lo que le hiciste a Rose— molesto gritó y dio la orden de detener a Alana

Nadie se dio cuenta de lo que sucedió, pues apenas intentaron atacar a la emperatriz, está redujo a los hombres y quedaron tendidos en el piso del salón, se movió tan rápido que llegó a la parte trasera del trono.

—No debería hacerme enojar emperador de pacotilla, ahora hay quien pueda sustituir su puesto, por esa razón debería cuidar mucho mejor sus acciones y palabras, no soy la misma estúpida que rogaba su amor. Estoy dispuesta a utilizar mi poder si es que te metes conmigo, espero que quede claro— Le susurró en el oído, nadie se dio cuenta pues utilizó solo un poco de su magia oscura para crear niebla por unos segundos.

Cuando la niebla se dispersó por completo, el emperador se encontraba pasmado por todo lo que había escuchado de Alana, pero sobretodo por un pequeño corte hecho en su cuello, la prueba de que aquella mujer sería capaz de lo que sea.

—Majestad, ¿de verdad no castigará a esa maldita mujer?— se quejaba la concubina atacada

—Te prohíbo que vuelvas a cruzarte en su camino, ahora ella es la madre de los príncipes y mi heredero, yo haré lo mismo y la evitaré lo más que pueda—

Esas fueron las últimas palabras del emperador, antes de salir del salón. Estaba renuente a creer que aquella mujer era la que aceptó todo lo que le hizo anteriormente. No se podía quedar de brazos cruzados y buscaría la manera de separar a su hijo de su madre, para que pudiera deshacerse de ella.

—Majestad, ¿cómo le fue?— temerosa preguntó Sara

—Mal, realmente mal. «¡Carajo! Debí contenerme, ahora está en riesgo mi pequeño príncipe e incluso la princesa, debo hacer algo lo más pronto posible»—

Sabía que había cometido un grave error y le dio motivos a aquel emperador para que quisiera separarla de sus hijos o al menos del heredero.

—Sara, ¿conoces a alguien que pueda tratar con el emperador y le haga caso?— cuestionó

—Pues su padre, el archiduque Vorgues. He visto que el emperador siempre toma en cuenta la opinión de él, no se porque, aunque tal vez se deba a la línea de sucesión, ya que si el emperador llegase a morir, quien tomaría su lugar sería el archiduque al no tener un heredero— explicó

Alana comenzó a reír fuertemente, sus conjeturas por fin estaban unidas. Por lo que había estado investigando, quién tenía el apoyo del pueblo y la mayoría de los nobles era el emperador, por esa razón el archiduque se empeñó tanto en casar a su única hija con ese hombre. Siempre buscaba poder, pero matar al emperador no era opción, crearía muchas dudas y no lo aceptarían, casar a Alana con el emperador fue su mejor jugada, pues ella al tener un heredero y ser manipulada por su padre, sería más fácil deshacerse del emperador, ya que habría un heredero.

—Vaya jugada la del viejo— decía aún riendo. —Sara has que un guardia lleve una nota al emperador— dijo esto, mientras escribía en un trozo de papel.

La chica así lo hizo y continuaron con lo que debían hacer.

El guardia llegó al palacio principal y entregó la nota al secretario general, éste se encargó de entregar la nota al emperador y al leerla comenzó a golpear las paredes.

“Su vida está en las manos de mi padre, pero él aún no sabe que un heredero ha nacido y no pienso informarle, siempre y cuando, usted se mantenga alejado de mí y mis hijos, su vida depende de que no se le ocurra hacer algo estúpido. Majestad”

La nota era específica, Alana no estaba dispuesta a dejar que alguien la separara de sus hijos y utilizaría esa carta para mantener controlado al emperador, no obstante sabía perfectamente que el hecho de que su padre se enterara sobre el príncipe, haría todo para quedarse con él y manipularlo a su antojo, Alana también era una herramienta de la que podrían deshacerse en cualquier momento.

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Comments

Marta Ines Gonzalez

Marta Ines Gonzalez

pobrecita la verdadera emperatriz todos a su alrededor son unos hijos dekuka

2024-03-17

28

Gina Rodríguez

Gina Rodríguez

el miedo no nada en burro no que no le bajabas 3 rayitas a tu ego emperador de pacotilla me encantó

2024-04-19

8

Marlucha💋

Marlucha💋

A ver si ahorA se te bajan esos humos Emperador! /Facepalm//Facepalm//Facepalm//Facepalm/

2024-05-08

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