Cap 17: Una llamada de ayuda

Hola mi vida felicidades dijo Vanesa feliz.

Que hola mi vida ni que carajo, acabo eres idiota, bipolar, mongólica o bruta le dijo con rabia.

Cuantas veces te voy a decir que me caes peor que una patada en las bolas, que prefiero arrojarme de un puente a tener algo con un ser tan frívolo, despreciable, caprichoso y egoísta como tú, me asqueas, me repugnas, tú perfumen provoca arcadas de asco en mi, tenerte cerca es el peor de los suplicios y por si no te queda claro con todo esto y sigues con tu obsesión no solo voy a decir palabras.

Vanesa lloraba a moco tendido del otro lado, estaba petrificada sus labios temblaban y aunque intento decir algo, no le fue posible emitir sonido alguno.

Te lo voy a decir una sola vez, espero y captes, aléjate de mi hermana y de mi familia si algo le llegara a pasar a alguno de ellos, te la verás conmigo.

Puedo parecer un manso cordero, pero si te metes con lo que amo me convertiré en una bestia, el demonio de Tasmania quedara pendejo a mi lado.

Si tocas un solo cabello de Niki no te la acabas, así que dile al imbécil de tu padre que le baje a sus amenazas porque no estoy dispuesto a ceder ante sus chantajes y mucho menos a complacer tus estúpidos caprichos si tanto quiere comprarte un marido que busque a otro, porque yo no estoy en venta y mucho menos me interesa pasar mi vida al lado del ser más vil y despreciable que he conocido en la vida.

Todos estaban atónitos, sus mandíbulas casi llegaban al suelo de la impresión.

Paul temblaba incontrolablemente de la rabia que lo embargaba.

Nadie se atrevía siquiera a hablarle.

Fernando tomó su celular había memorizado el número de Camila pues pensaba cortejarla, bueno antes de saber que estaba embarazada y comprometida.

Marcó y espero que alguien contestara.

Estaban terminando el postre cuando entro la llamada.

Aló dijo Camila.

Señorita Camila soy Fernando Molina, disculpe que la llame a esta hora, pero necesito pedirle un favor se notaba angustiado incluso desesperado, a lo lejos se escuchaba una discusión.

Era Paul quien discutía nuevamente al teléfono, pues al Vanesa salir del shock le devolvió la llamada.

Fernando que ocurre dijo preocupada.

Es la voz de Paul la que se oye, que es esa discusión.

Luisana se puso alerta de inmediato.

Señorita Paul tiene problemas, él es muy bueno jamás lo vi tan molesto, está fuera de sí, ayúdeme por favor si no le van a quitar las medallas y posiblemente pierda hasta la beca.

Ya voy para allá, trata de calmarlo.

Imposible nadie se le acerca me dio un empujón que si no me sostengo me hubiera golpeado fuerte.

Camila tenía el teléfono en altavoz a pedido de Luisana.

Quien corrió por una gabardina que guardaba en el armario de la entrada.

Yo voy contigo Lu.

Camila mi amor tú te quedas no quiero que te expongas en tu estado.

Camila asintió.

Miguel condujo seguido por dos camionetas de guardaespaldas.

Al llegar al hotel ya el gerente estaba informado de la situación y querían llamar a la policía.

Miguel con una sola mirada le dijo que no.

Luisana subió por el ascensor hasta el noveno piso donde los deportistas colombianos estaban ubicados.

Paul acababa de colgar la llamada y estaba llorando desconsolado y lleno de ira e impotencia.

Martin lo amenazó con dañar a su familia incluso le envió varias fotos de Nicole en clase, en las prácticas de gimnasia, de su papá en la pizzería y de su mamá haciendo compras.

Luisana corrió por el pasillo hasta la habitación donde estaba.

El estado de Paul era lamentable y nadie se atrevía a acercarse.

Le partió el corazón verlo así de frágil de vulnerable, sin pensarlo fue hacia él.

Paul cariño soy Luisana, mírame corazón.

Paul levantó la mirada, sus manos estaban maltratadas pues había golpeado el piso con impotencia.

Los ojos de Luisana se llenaron de lágrimas, dio unos pasos más y se prendió de él en un fuerte abrazo.

Paul la envolvió y lloro aferrado a ella, como si de un salvavida se tratara, sentía que se ahogaba en un mar de problemas y su ruta de escape era la hermosa mujer que tenía en sus brazos.

Dañará a mi familia, solo para complacer a la desgraciada caprichosa de su hija, quiere obligarme a casarme con ella.

Mis padres y mi hermanita si algo les ocurre por mi culpa no podre con esta culpa.

Decía entre sollozos.

Debes calmarte cariño, mírame mi rey, tú me salvaste estoy en deuda contigo, no voy a permitir que dañen a tu familia lo prometo, pero debes calmarte.

Gracias mi ángel hermoso, acaricio su mejilla dejando un poco de su sangre en ella.

Por instinto, Luisana tomo su mano y la beso.

La calidez de sus labios, sobre la piel golpeada le daban tranquilidad.

Los ojos miel llenos de lágrimas le daban paz y esperanza.

Junto su frente a la de ella y susurro me gustas mi damisela.

Y tú a mí, mi hermoso salvador le dijo de igual manera.

Sin poder evitarlo sus labios se unieron en un suave y cálido beso, lleno de ternura.

Miguel le hizo señas a todos de dejarlos solo y una vez salieron cerro la puerta.

Aquí no ha pasado nada, usted infórmele a todos que esto fue un inconveniente que tuvo uno de los atletas, que su familia fue asaltada, pero que están bien, tranquilice a los demás huéspedes y preocupe que nada se filtre a la prensa de lo contrario se enfrentaran a nuestros abogados entendidos.

El gerente asintio asustado.

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