Cap 8: Panico.

Rodrigo sacó un arma y tomó a Luisana como rehén sacándola de la sala de juntas mientras le apuntaba con el arma.

Él por ningún motivo pensaba ir preso y si lo hacía lo haría después de hacer aquello que tanto anhelaba tener a Luisana en su cama y poseer su cuerpo hasta el cansancio.

Los guardias fueron avisados, pero nadie intentó nada para no poner en riesgo la integridad y la vida de Luisana.

Miguel estaba aterrado de que algo le pasara a su hermana miraba la angustia y la desesperación en el rostro de su único familiar cercano y sentía un sinfín de emociones en su interior.

Déjala ir Rodrigo arreglaremos esto, no la lastimes por favor decía en total angustia.

Jamas habia experimentado tanto miedo como en ese momento.

Rodrigo la obligó a salir de la empresa y subir a su auto y les advirtió que si alguien lo seguía no dudaría en darle un tiro en medio de la frente.

El caos era tal en la empresa que ya la policía venía en camino y estaban cerrando varias calles aledañas a la compañía automotriz.

Una de esas calles era la principal vía por la cual debían transitar los autobuses con los atletas al gimnasio central donde realizarían las prácticas previas a las eliminatorias olímpicas.

esa también era la vía más rápida hacia la casa de Rodrigo una alcabala de la policía hizo que los atletas colombianos quedaran detenidos y por seguridad los mandaron a bajarse del vehículo y buscar un lugar seguro.

Las calles de la ciudad eran monitoreadas y el auto de Rodrigo se diría a esa calle.

Los jóvenes atletas permanecieron juntos en una cafeteria, pero Paul y Fernando salieron a buscar el morral que lo habían olvidado y no tenian dinero para pagar unas bebidas.

Justo en ese momento venia el auto de Rodrigo quien al verse acorralado decidió bajarse e intentar cruzar a pie con Luisana como escudo.

Minutos antes en el vehiculo.

Rodrigo Ya déjate de estupideces y déjame libre.

Cállate no puedo pensar bien y eso no pasará llevo mucho tiempo soñando con hacerte mía y ese día por fin llegó.

Eres un cerdo asqueroso escúchame jamás me acostaré contigo antes prefiero morir, me das asco y lo escupió en la cara.

Rodrigo enfureció con las palabras de Luisana se limpió la saliva de su rostro con furia.

Después le dio un golpe en el rostro haciendo que brotara sangre de su labio inferior.

serás mía por la buena o por las malas pero será mía.

Luisana comenzó a llorar su labio sangraba y su mejilla comenzaba a hincharse le dolía muchísimo donde había recibido el golpe.

Eres un poco hombre maldito infeliz lo vas a lamentar le dijo tocando su rostro.

Ya verás que tan poco hombre soy cuando te tenga gritando de placer lindura.

Luisana miraba aterrada como se alejaban de la empresa y se dirigian y a la calle que daba hacia la residencia del demente que la tenía amenazada con un arma.

Papitos donde quieras que esten no permitan que me lastime, Diosito sé que no soy la persona más devota, pero por favor ayúdame, que este tipo no sé salga con la suya pedía en su pensamientos.

Parecia que Dios escucho sus plegarias porque la calle estaba cerrada por un convoy de la policía y una patrulla apareció detrás impidiendo que retrocediera.

Internamente Luisana sonrío había un rayo de esperanza, pero con este demente nada podía darse por hecho.

Rodrigo abrió la puerta y la Halo hasta el haciendola pasar por encima obligándola a bajarse primero.

Luisana estaba aterrada y Rodrigo la usaba como escudo, mientras le apuntaba con el arma en la cabeza.

Los policías lo rodearon y le pedían que se calmara y bajara alarma pero estaba fuera de sí y prefería morir antes que dejar libre a luisana sin lograr su cometido.

Sabia que mientras la tuviera no atacarian y ella era su boleto para salir de esta.

Comenzo a caminar para alejarse de los oficiales.

Casualmente en medio de todo el disturbio generado por Rodrigo y la policía el autobús quedó en el lado de la calle aledaño lugar donde Rodrigo paró su vehículo y caminaba hacia el.

Paul vio la angustia que reflejaba el rostro de la que a sus ojos era la mujer más linda que había visto en su vida.

Tomó una de las mancuernas rosadas que una de las atletas usaba en sus entrenamientos y dejó en el autobús caminó con sigilo haciéndole señas a los oficiales que distrajeron al hombre.

Rodrigo no se percató de nada y cuando Paul estuvo detrás de este le propinó un fuerte golpe en la nuca dejándolo inconsciente en el acto.

Paul al ser estudiante de medicina sabía el lugar indicado donde golpearlo sin causarle la muerte.

Una vez Rodrigo inconsciente Luisana por impulso se refugió en los brazos del joven quien le había salvado.

Temblaba como una hoja al viento y lloraba en el pecho de su salvador agradeciéndole.

Paul la consolaba con ternura acariciando su hermosa cabellera.

Si de lejos le pareció bella de cerca lo era aún más, aún con lágrimas en los ojos y un golpe visible en la mejilla que comenzaba a oscurecerse formando un moretón.

Estás bien, estás herida preguntó Paul luego levantó su rostro y se perdió en el color miel de sus ojos, eran como luceros ámbar que hipnotizaban.

Toco suavemente su labio donde tenía el corte y le impresionó lo suave que era y por su mente pasó el pensamiento de qué se sentiría besar esos labios.

Un ligero quejido de dolor alertó a todos.

Necesita un poco de hielo y un analgésico con antiinflamatorio como diclofenaco eres hipertensa preguntó.

Luisana negó.

Fernando en mi mochila saca agua y un bolso con medicamento en el ahi diclofenaco sódico.

Miró al oficial a cargo y le dijo soy estudiante de medicina sé lo que hago.

Fernando le alcanzó la cosa y sacó una pastilla y se la dio, también aplicó un poco de gel para los golpes en la mejilla golpeada.

Otros policías esposaban a un aturdido Rodrigo que decías seras mía Luisana tarde o temprano sería mía.

Luisana Comenzó a llorar asustada y se refugió nuevamente los brazos de Paúl.

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