Mentiras.

Justo detrás de él había llegado su hermano Benet quien parecía estar feliz de verlo - ¡Oliver tanto tiempo sin verte! Ven pasa pasa- Benet puso una de sus manos en la espalda de su hermano menor y con la otra abrió la puerta de la entrada, dentro se encuentra Odesa la esposa de Benet quien los saluda con una cálida sonrisa, Oliver se sentía un poco incomodo porque nunca había hablado tanto con su cuñada así que no sabía cómo comportarse ante ella, Benet le ofrece sentarse en un sillón a Oliver y este accede de forma tímida.

* ¿Qué te trae por aquí? No eres muy de salir de casa de mamá y papá

* Es que... Necesito tu ayuda.

* ¿En qué? ¿Alguien te molesta otra vez?

* No es eso esta vez, solo necesito ponerme en forma.

* ¿Por qué tan de repente? Seguro es porque te gusta una chica.

* ... Si es por eso...

* ¡Lo sabía! Nunca nos presentaste a una novia pero yo sabía que algún día aparecería una chica para ti, mamá incluso creía que eras más del otro tipo ya sabes de los que les gusta los chicos, pero yo le dije que tenga un poco de paciencia.

-Ah... No sabía que mamá pensaba eso de mí.

* ¿Quién es la chica? ¿La conozco?

* Es una chica llamada... María, trabaja conmigo.

* ¿María? Suena a que es muy guapa, conocí a varias chicas lindas con ese nombre, pero no se lo digas a mi esposa es un poco celosa, empezaremos esta noche así que mejor descansa un poco.

* Gracias Benet.

* No me lo agradezcas, hazlo cuándo tengas una bonita esposa como yo.

Luego de la conversación Oliver va a su casa, al llegar no habla mucho con su madre solo toma algo de comida y se encierra en su habitación para poder pensar en cómo continuar con su mentira sin involucrar a María hasta que unos fuertes dolores de cabeza lo azotan sin aviso, el dolor es tanto que hace que pierda el equilibrio y cae al suelo, pasa varios minutos tirado hasta poder recuperarse, por un momento se había olvidado de su delicada condición médica por lo tanto deberá esforzarse pero sin descuidar mucho su salud sino su vida podría acortarse más de lo esperado pero ahora no podía renunciar.

Llegada la noche Oliver se viste y va a la casa de su hermano, en el camino no podía evitar sentir las miradas de la gente sobre él y los susurros se volvían insoportables así que opta por cubrirse la cabeza con la capucha de su buzo y avanza más rápido con la cabeza, continua así hasta chocarse con un hombre muy alto que estaba en su camino debido al choque se sale la capucha de Oliver y el hombre voltea para verlo, al notarlo pone una expresión llena de rabia, el pequeño chico levanta su cabeza para ver al enfurecido hombre y no sabe como reaccionar ante él por lo que retrocede unos pocos pasos, al percatarse de la apariencia de Oliver el hombre grita en repetidas ocasiones la palabra ¨Necrófago¨ por lo que todos en la cercanía se alteran y buscan un escondite, Oliver estaba preocupado pero antes de que pueda reaccionar el hombre lo sujeta fuertemente con una mano mientras apronta la otra para darle un golpe afortunadamente para Oliver se escucha la voz de otro hombre intentando detener el ataque y se acerca rápidamente, era Benet, quién llegó justo a tiempo para salvar a su hermano –Todo está bien solo es mi hermano, no es un necrófago- el hombre furioso sigue a Benet con la mirada mientras este se le acerca para intentar soltar a su hermano menor, el hombre no esta muy convencido pero finalmente lo suelta en ese mismo instante Benet pone su mano detrás de la espalda de Oliver y se alejan del lugar lo más rápido que pueden, ya en otro lado pueden respirar tranquilos pero Oliver no se ve muy feliz inmediatamente Benet nota eso se sientan en el suelo un momento para descansar.

-Bueno, esa es otra de las razones por las cuales debes estar en forma, así sí aparece otro sujeto como ese le dices, yo no soy un necrófago, y luego le golpeas en la cara.

-Si...

-Sé que no estas muy animado ahora ¿pero sabes que sería bueno? Entrenar un poco, eso me hace sentir mejor, debes dejar salir toda esa frustración haciendo algo bueno para tu cuerpo.

-Está bien...

-Bueno... Nunca fuiste muy hablador de todas formas, empecemos corriendo un poco, necesitas cardio, es realmente muy importante, incluso más que la fuerza principalmente cuando recién comienzas a hacer deporte.

Benet se levanta y extiende su mano para que Oliver la tome, ya los dos levantados comienzan a correr sin un destino específico, debido a la falta de ejercicio a Oliver le cuesta seguir el ritmo de su hermano pero logra completar toda la rutina de cardio que Benet le había preparado, finalmente llega a su casa exhausto y cae rendido a su cama, a la mañana siguiente se despierta adolorido por las exigencias de su hermano y a duras penas llega hasta su trabajo, él esperaba que sea como siempre y por el momento lo era, María como siempre estaba en la entrada y los otros chicos hablaban como siempre hasta que Sam se percata de la presencia de Oliver.

Este mueve a los otros chicos hasta llegar frente al pequeño chico rubio cerca de la puerta y lo toma por el cuello de su remera –Ya van dos veces que me metes en problemas por tus estupideces la próxima vez que hagas una tontería de esas de mato ¿Oíste necrófago rarito?- Al escuchar esas palabras Oliver recuerda lo que le dijo su hermano y toma el valor suficiente para enfrentarse a Sam –Yo no soy un necrófago- Dice Oliver para luego aprontar su puño y golpearle la cara a Sam, el golpe da justo en el blanco pero gracias a que no tiene tanta fuerza ese golpe lo único que hace es hacer enojar aún más a Sam quien le da un puñetazo en el estómago tan fuerte que hasta pierde el aliento por un instante –La próxima vez que hagas eso te mato- la ira se podía notar con claridad en el rostro de Sam quien luego empuja a Oliver al suelo y finaliza pegándole otra patada en el estómago, Oliver permanece en el suelo y se retuerce mientras intenta ponerse de pie mientras lo intenta ve a su alrededor, sus compañeros no solo no hicieron nada para detener a Sam sino que también se burlaban y murmuraban cosas respecto a él, con las pocas fuerzas que le quedaban logra ponerse de pie mientras sujeta su estómago y se aguanta la rabia e impotencia que tenía en su interior mordiendo su labio, después de todo no había nada que él pudiera hacer, solo continuar su horario laboral como sí nada hubiera pasado, incluso pudo reflexionar sí de verdad iba a lograr poder ser miembro del ejercito ya que no podía ni enfrentarse a una persona normal como Sam ¿Como iba a enfrentarse a alguna criatura del yermo? Cada día se siente más débil y los mareos constantes que sufre también lo motivan más a renunciar.

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