...DAPHNE...
—Y bien, Daphne, ¿qué te parece mi propuesta? —después de diez largos minutos escuchándolo por fin decide retroceder, ofreciéndome mi espacio.
—Eres un ser repugnante, depravado y maldito —espeto, limpiándome todo rastro de lágrima—. Mi respuesta es no. ¿En qué cabeza cabe que me acostaría contigo con el fin de que luego me ayudes a enamorar a Travis? No soy sorda, oí cuando dijiste que matarías a tu hermano. No me engañarás otra vez, desgraciado. A ti no te creo ni el nombre.
—Eres igual de tonta que tu hermana —suspira cansado, pasándose las manos por la cara para luego volver a mirarme a los ojos—. Hagamos algo, Daphne, seguro esto te convencerá de una vez por todas. Te doy mi palabra de que, si te quedas aquí, y me complaces en mis necesidades de hombre, no tocaré a Travis; pero si haces algo que me desagrade no dudaré en darle marcha a mi plan de asesinarlo.
—¿Y esperas que te crea luego de notar que el infeliz de Dawson también se muere por matarlo?
—Tu padre no le hará nada, alardea mucho, pero por dentro es un cobarde que en más de una ocasión se le ha escondido a Travis.
—No vuelvas a decir que el cabrón de Dawson es mi padre, esa basura no es nada mío —bajo del escritorio—. Mi respuesta se mantiene; no me acostaré con un depravado como tú que lleva deseándome desde que tengo quince años.
—Como quieras. Con esa actitud tampoco ganarás nada, eh. Esperaba que cedieras por las buenas, pero negándote me doy cuenta que te gusta todo a la mala. Vas a quedarte en esta mansión hasta que yo así lo quiera, y Nolan no vendrá a salvarte.
—¡Eres un desgraciado…!
—Veremos qué tanto tiempo mantienes esa ridícula dignidad. Cuando cambies de opinión búscame —con una sonrisa que me hierve la sangre se retira.
—¡Maldito! ¡Mil veces maldito! —boto al suelo todo lo que encuentro a mi alrededor, incluidas las pinturas que estaban en las paredes y que logré alcanzar—. ¡Hijo de puta! ¡Ojalá te mueras!
¿Dónde me vine a meter? Esta es otra de las razones por las que odio al bastardo de Nolan, todo es su culpa.
Nada de este infierno estaría viviendo si no hubiera traicionado a Dusan, si tan solo hubiera regresado a su casa a rendirle explicaciones. No, nada de esto estaría pasándome si tan solo no hubiera conocido al enfermo de Andrew esa noche.
...RAHAB...
Detesto cuando me toman por sorpresa en mi momento más vulnerable. Mi seguridad y orgullo de rechazar la invitación de Travis se fueron al carajo, al final terminé saliendo sola de la mansión para dirigirme a la carretera, donde Travis me dijo que un carro estaría esperándome, y de saber que el que manejaría la camioneta sería nada más y nada menos que el imbécil de Arlo no hubiera salido jamás de casa. En esta ocasión no me puso una venda para que no reconozca el camino a la mansión, tampoco tardamos mucho en llegar a la casa de ese demonio en donde viví cosas desagradables en poco tiempo.
—Bájate —me pide Arlo abriéndome la puerta del carro, y es extraño este acto de caballerosidad viniendo de este tipo.
—¿En dónde está tu jefe? —inquiero descendiendo y siguiéndolo hasta la puerta de la mansión.
—Ya lo vas a ver, no comas ansias.
Pisando la antesala alcancé a ver a Travis fumándose un cigarrillo en el sofá, pasando su mirada fija de la copa que sostenía a mis ojos.
—Sabía que no te negarías a venir.
—Vine a oír la estupidez con la que propones manipularme, no porque extrañara verte —sin esperar su invitación a sentarme eso hago—. Habla ya.
—¿Alguien sabe que estás aquí?
—No soy tan idiota para abrir la boca.
Con un gesto le indica a Arlo que nos deje a solas.
—¿Has cambiado de opinión acerca de lo que hablamos esa noche? Digo, ¿no te surgieron dudas que te arrastraran a investigar la verdad sobre tu madre?
—¿Y eso a ti en qué te concierne? ¿Me citaste para atormentarme con ese tema?
—No, pero me dejaste preocupado cuando oí tu voz esta mañana —palpo su ironía—. Como sea, si aceptaste venir fue porque también te interesa lo que tengo para proponerte, pues de alguna manera quieres beneficiarte, ¿o no?
—Ve al grano, Petrov.
Sonríe, abandonando su copa en la mesita que hay entre los dos.
—Quiero que trabajes para mí, quiero que seas quien me notifique cada paso y negocio que realiza tu padre.
—Qué ridiculez —me pongo de pie—. No voy a traicionar a mi padre.
—¿Entonces qué haces aquí conversando con su enemigo? Los ojos no mienten, y los tuyos me reflejan el rencor que está naciendo por tu padre. Hey, tu madre fue asesinada en manos de ese pedazo de mierda, ¿no vas a tomar cartas en el asunto?
—Haga hecho lo que haga hecho, yo no soy como él. Yo le soy leal a los míos.
—Suenas tan patética —ríe, cerrando los ojos y recostándose en el sofá—. Te hace falta malicia, por eso estás como estás, rodeada de puros cabrones manipuladores que te han hecho daño.
—¿Así como tú?
—Yo no lastimo a nadie por placer, esa es la diferencia, yo lo hago por desquite. Te recomiendo que medites en lo que te dije.
—¿Y yo qué gano ayudándote?
—Ah, conque ese es el problema —suspirando me dedica una de esas tantas miradas inquietantes—. Si me ayudas no solo te revelaré quiénes son tus hermanos, también te mostraré algunas cosas interesantes sobre tu pasado.
—¿Mi pasado? ¿Eso qué significa?
—Perdiste la memoria, ¿no es así?
—¿Cómo lo sabes?
—Nosotros ya nos conocemos desde hace mucho antes, pero veo que aún me quedan muchas cosas que hacer para que recordemos viejos tiempos.
—No estoy entendiendo —aclaro mi garganta—. ¿A qué te refieres con “viejos tiempos”? ¿Yo qué tenía que ver contigo antes de perder la memoria?
—Eres muy preguntona, cansas —se pone de pie—. No te voy a responder a menos que trabajes para mí. Estas ofertas no se ven dos veces en la vida, Rahab, piénsalo.
Él tiene el don de manipularme con facilidad, sabe cómo darles la vuelta a sus palabras y hacer que mi vulnerabilidad luche contra ello, por eso lo detesto.
Después de nuestra conversación, no le di una respuesta clara, pero tampoco expresé un rotundo “no”.
Al llegar a casa, vi a mi padre y a Andrew sentados en la mesa cenando; me di cuenta que perdí la noción del tiempo, ya ha anochecido y recién lo noto.
—¿Qué horas son estas de llegar, Rahab? —y aquí vamos con las interrogaciones de papá—. ¿En dónde estabas y por qué no saliste con uno de mis hombres?
—No lo vi necesario si solo fui a dar un paseo en la ciudad para despejar mi mente de tanto estrés gracias a lo que me aconteció recientemente, te lo explico por si te ha olvidado.
—¿Y no te llevaste uno de los carros?
—¿Cuál es la manía tuya de interrogarme como si esta casa fuera una prisión?
—Cuida el tono en el que me hablas, Rahab. Muestra un poco de decencia con Andrew presente y siéntate a comer.
—¿Y este tipo no tiene casa o qué? Solo se la pasa de metiche aquí —volteo a ver a Andrew que ríe por mi comentario que solté con toda la intención de hacerlo molestar, pero ya vi que no sirve.
—Andrew tiene algo importante que hacerte saber. Siéntate a la mesa y no me hagas enfadar, Rahab, ya hemos hablado del tema.
—No la obligues, Dawson —y el metiche interviene—. Seguramente Rahab viene comiendo de afuera. No es necesario que se siente en la mesa para informarle lo que debe saber —con esa expresión de que está a punto de arruinar mi vida me ve—. Rahab, en vista a que hemos vivido enfrentamientos últimamente, me vi en la necesidad de acelerar la boda, por eso decidí que nos casaremos en cinco meses.
—¿Es una broma?
Decir que estoy sorprendida es poco, esta noticia me vino como balde de agua fría.
—No es una broma. De hecho, ya iniciaron los preparativos.
—¡No pienso arruinar mi vida casándome contigo, imbécil! Vayan desistiendo de esa estúpida idea de que pueden manejarme como les da la gana, estoy harta de ser el juguete de ambos y complacerlos en todo. Me rehúso a llevar el asqueroso apellido Petrov.
Desoyendo los gritos y llamados de mi padre, camino hacia mi habitación y cierro la puerta con llave. Estoy agotada, ya no puedo seguir siendo su marioneta ni permitir que negocie conmigo. Entre lágrimas, me siento al borde de la cama, reflexionando profundamente sobre lo sucedido hace un momento; no me arrepiento de nada.
Sin darme un respiro para pensar las cosas, llamo al mismo número de esta mañana, con el que me comuniqué con Travis. Si está mal o no es lo que menos me importa ahora.
—Es de admirar que te contactes conmigo mucho antes del tiempo previsto —es lo primero que dice al contestar—. ¿A qué se debe tu grata llamada, Rahab?
—Acepto.
—¿Qué aceptas? Explícate.
Lo hace a propósito porque sabe que no tengo el suficiente valor.
—Acepto trabajar para ti.
—Eso fue más rápido de lo que pensé.
—¿Cuándo podemos vernos?
—Acabamos de vernos hace unas horas ¿y ya me extrañas?
—No seas idiota, Petrov, hay algo que me place añadir a nuestro trato.
***¡Descarga NovelToon para disfrutar de una mejor experiencia de lectura!***
Updated 53 Episodes
Comments
jzfkfxlgcl
jajaja
2024-12-01
0
Adela Zenobi
chau. voy a buscar otea novela esta está muy densa 👎👎👎👎
2024-11-20
0
🤩🍀Claudia🍀🤩
que manipulador eres 🤬🤬🤬🤬🤬
2024-03-27
1