SÍ... ¿Y QUÉ?

Era la última cita para qué dictará sentencia el juez respecto a la custodia.

Juez: Dadas las pruebas y viendo que no se ponen de acuerdo, tendrán la custodia compartida el señor Díaz lo tendrá los fines de semana y las vacaciones y la señora Santoro de lunes a viernes, si quieren saber del país háganlo saber a sus abogados para que avisen antes, eso es todo y comienzan desde este fin de semana.

Para mi hijo fue difícil todo el proceso y traté de compensarlo, el viernes yo lo recogí en la escuela y lo dejaba en la casa de mi mamá pues ella y mi hermana me ayudaban con él, saliendo del trabajo llegaba por él y nos íbamos a la casa.

Alex: ¿Tienes hambre hijo?

Dylan: Sí papi un poco, mi abuela y mi tía me dan de comer y me gusta lo que me dan, pero me gusta más como cocinas tú.

Alex: Jajajaja, no se lo digas a tu abuela, haré de cenar, pero antes siéntate quiero hablar contigo.

Dylan: ¿Es de mamá?

Alex: Sí hijo, es sobre mamá

Dylan: ¿Ya no quieres a mamá?

Alex: Mira Dylan, a veces los papás gritan mucho, no se entienden e incluso duermen en cuartos separados y toman la decisión de separarse y por eso es mejor que cada quién vivan en casas diferentes.

Dylan: ¿Fue por mi culpa papi?

Alex: No hijo, claro que no yo te voy a amar siempre, eres lo más importante para mí, daría mi vida por ti.

Dylan: Te quiero mucho papi.

Alex: Y yo a ti hijo, te amo y siempre contarás conmigo, anda vamos a cenar.

Dylan: Sí papi ¿te ayudo?

Alex: Claro vamos a cocinar.

Así comencé a convivir con mi hijo, compré dos delantales y dos gorros de chefs, así que cada que yo lo tenía y quería cocinábamos él ya iba para los 9 años y le hice su fiesta pues ya tenía amigos donde vivíamos.

Mi hijo igual que yo éramos muy queridos por los vecinos, mí, tiempo con mi hijo era siempre lo primero, siempre tenía tiempo de calidad con él y por más cansado que llegará o me sintiera él era lo primero, pescamos en el lago, lo llevaba al béisbol era su deporte favorito y le compre un guante y jugaba con el cuándo venía, creaba aventuras para él no importaba que no tuviera dinero me la ingeniaba para que fuera divertido como lo hacía mi papá conmigo cuándo vivía, nos fuimos de pícnic y cuándo Dylan a los 10 años me dijo que su mamá ya tenía novio.

Dylan: Oye papi, quiero decirte algo.

Alex: Dime te escucho.

Dylan: Mi mamá... ella ya tiene novio.

Alex: ¡Ah sí!, pues que bueno tu mamá merece ser feliz y rehacer su vida.

Dylan: ¿Tú también tendrás novia?

Alex: Tú siempre serás lo más importante para mi Dylan.

Dylan: Yo te quiero mucho y quiero verte feliz como mi mamá.

Alex: No sé, tal vez algún día.

Dylan: ¿Y me seguirás queriendo aunque tengas hijos con otra señora?

Alex: Tu siempre serás lo más importante para mi, y si tuviera que escoger entre tu y una mujer en mí vida, pues me quedaría con mi hijo sabes que eres mi prioridad.

Dylan: Te quiero mucho papi y tú también eres lo más importante para mí.

Alex: Oye Dylan ¿y la persona con la que sale tú mamá te trata bien?

Dylan: Sí papi.

Alex: Si algún día no te trate bien o te diga algo que no te gusta solo dime.

Dylan: Sí papi lo haré.

No me dolió que Dylan me dijera que Mayra salía con alguien pues ya no sentía nada por ella mi hijo era lo más importante y solo eso me unía a ella, Dylan era bueno, noble y de buen corazón, pero el destino me mostró una realidad que no vi venir y es que poco a poco Dylan fue distanciándose de mí había fines de semana que no venía y me daba cualquier pretexto, cuándo llegaba a venir conmigo se la pasaba hablando del novio de su mamá y llevaba juguetes que él le regalaba y no eran nada baratos, la ropa de moda y muy costosa que yo no podía darle, lo último que le compró fue un iPhone de última generación eso ya ni me gusto, pero no lo privaría de algo que yo no puedo darle, se lo llevaban de viaje ahora sus visitas eran cada 15 días, después una vez al mes y fue entonces que noté que Dylan era frío conmigo apenas me hablaba solo se la pasaba en el teléfono, cuándo llegaban por él salía corriendo feliz y abrazando a su mamá y a ese hombre, mi hijo abrazaba a otro hombre que no era su papá y me partió el corazón era mi hijo y me lo estaban cambiando, lo compraron con viajes y lujos no lo culpe a él era un niño, pero si le mande un mensaje a su mamá.

Alex: Oye Mayra, te agradecería que me consultes primero si le van a hacer un regalo al niño pues no me parece bien que le hayas comprado un iPhone pues es muy chico solo tiene 11 años, gracias de antemano.

Mayra: Yo no tengo la culpa de los regalos que yo y mi pareja le hagamos al niño no seas ridículo Alejandro.

Alex: Te estoy hablando del móvil Mayra.

Mayra: Yo no tengo la culpa que sigas siendo un pobre diablo que ni regalos le puedas dar estúpido.

Y no le mande mensajes, y Dylan cada que venía se veía fastidiado se enojaba por todo y su mirada fría cada vez me pegaba más, un día dejo de venir solo lo veía por las redes sociales tomándose fotos de todo lo que hacía y los viajes a donde iba, aún guardaba la esperanza que si hablaba con él las cosas volverían a ser como antes, pero la realidad me golpeó cuándo Mayra me mandó un citatorio del juzgado para pelear otra vez la custodia de Dylan iba luchar para recuperar a mi hijo y contrate a un abogado para el caso, pero no podía creer lo que Dylan hacía cada que llegaba al juzgado ni siquiera me miraba y si lo hacía era de manera fría y hasta con odio y desprecio, de cuándo en cuándo se le acercaba para hablarle al oído él sonreía, después de todas las pruebas aún hasta hoy me taladraban.

Juez: Dadas las pruebas por ambas partes y el testimonio en privado con el niño con autorización de sus padres...

¿Sus padres, la autorización de sus padres?, pero si su padre soy yo y jamás me llamaron para verlo en privado.

Juez: La custodia total se concede a la señora Mayra Santoro y por una petición especial del mismo niño, este caso ha concluido.

Los dos abrazaron al niño y él estaba feliz, me pregunté si ya no recordaba nuestro tiempo juntos, yo sé que no le daba lujos cómo Mayra y su pareja, pero lo amaba y le daba lo que podía vi que no se movían y Dylan se sentó junto a la pareja de Mayra y sus abogados y el mío se acercaban.

Abogado 1: Señor Díaz, hablando con los abogados de la señora, tienen dos propuestas que hacerle y como su abogado le aseguro que es beneficioso para usted señor Díaz.

Abogado 2: La señora Santoro nos dice que no le importa la manutención de niño pues ella lo puede mantener sin problema, pero si usted no acepta tendrá que pagar más de la cantidad acordada pues la señora pide el 75 % de su sueldo.

Abogado 3: La otra... la otra opción es que usted... que usted renuncie a sus derechos como padre del niño.

Abogado 1: A mi me parece bien señor Díaz, cómo su abogado yo...

Alex: Jamás voy a renunciar a mí hijo, jamás.

Abogado 2: Señor Díaz, no quería decirle esto, pero la petición especial del niño de la que habló el juez, el niño pidió que ya no quería ser su hijo y que el novio de su mamá estaba dispuesto para adoptarlo.

Lo escuchaba a lo lejos, pero aún con todo eso pedí hablar con mi hijo, media hora después los abogados de Mayra dijeron que el niño accedió con los abogados presentes, nos pasaron a una sala privada, entró Dylan y note odio en su mirada y se volteó se sentó al otro extremo, había dos carpetas y con todo el amor que puede comencé hablar con mi hijo.

Alex: Mira hijo, es estas dos carpetas hay unas decisiones que yo tengo que tomar, pero quiero que me ayudes, en esta carpeta dice que podríamos vernos los fines de semana y todo volverá a ser como antes, tu y yo juntos.

No me respondía ni siquiera me miraba y solo sonreía.

Abogado 2: Si quiere yo le explicó señor Díaz.

Alex: Gracias yo puedo hacerlo, Dylan en esta otra carpeta dice que renuncie a ti, que renuncie a mis derechos cómo tú padre, dice que ya no serás más mí hijo, no podremos estar juntos, ni pasear, ni festejar tus cumpleaños, nada de eso será posible y no estaré para verte crecer hijo ¿tú quieres eso?, Dylan hijo ¿quieres eso?

Dylan apenas volteó para mirarme y como si le estuviera pidiendo la hora de manera fría me respondió.

Dylan: Sí... ¿y qué?

Alex: Dylan entiendes lo que te dije, hijo yo te amo, eres lo mas importante para mi Dylan.

Dylan: Abogado quiero irme con mi papá Eduardo, sí él es mi papá y yo quiero ser su hijo y no ser el hijo de un pobre diablo cómo tú me avergüenzo de ser tu hijo, abogado por favor, ya quiero estar aquí.

Dylan salió sonriendo, no podía creer lo que había dicho después que le di todo, que habría dado mi vida si me lo hubiera pedido, amor, tiempo, todo me destrozó cuándo dijo "quiero ser su hijo" salí y vi cuándo salían se llevaban a Dylan y jamás volteó para verme, así como jamás lo volvería a ver, sentía un dolor fuerte en el pecho y se me dificultaba respirar y respire profundo pues sentía que iba a colapsar tomé la carpeta donde renunciaba a Dylan, tomé la pluma y con mano temblorosa firmaba todos los papeles, mi abogado me dio una palmada en el hombro y tomo las carpetas.

Abogado 1: En 15 días tendrá el documento en sus manos con permiso señor Díaz.

Todo mi mundo se estaba yendo en picada, salí y Alberto mi mejor amigo ya me esperaba y poniendo su brazo en mi hombro me quiso dar ánimos, lo agradecía por dentro, pero nada calmaría mi dolor había perdido a mi hijo y el me dejó sin remordimientos.

Alberto: Ánimo no es él fin del mundo.

Nos subimos en su auto, el mío se la había llevado mi hermana, y cuándo íbamos en camino se oyó en el radio la canción que me recordaba las 3 palabras más dolorosas de los labios de mi hijo, "Sí... y qué?"

Siempre creí no poder continuar

sí me dieras el adiós

Ya no estás aquí y sigo de pie

Dios sabrá el por qué.

Tu adiós no me mató, pero lo que logró

fue llenarme de dolor,

no muere el mundo sin ti, pero lo hace gris.

La Luna saldrá, dolores vendrá

aunque estés aquí,

el tiempo su andar, no lo detendrá

por qué te has ido de mí

mis heridas se olvidarán y la vida seguirá.