Tráuma psicológico

Con un nuevo día vienen nuevas fuerzas y nuevas oportunidades, Estrella despertó con esta determinación y es que hoy continuaría buscando una casa para su familia y enviando su Hoja de Vida a algunas empresas. Desayunó y se despidió de su mamá y de doña Susan.

Susan: Daniela ¿A dónde va Estrella? No le quise preguntar pero tengo curiosidad.

Daniela: Susan, hemos decidido comprar una casa aquí en la ciudad capital y Estrella se está ocupando de eso.

Susan: Pero ¿por qué, no se sienten bien aquí?

Daniela: Muy bien, de maravilla. Solo que de ahora en adelante nuestra residencia será en país X y, por lo tanto, necesitamos nuestro propio hogar.

Doña Susan: Sí, lo comprendo. Pero me hubiesen dicho, Samuel se hubiera encargado de eso, ella casi no conoce la ciudad, es una mujer. Le será difícil a ella sola.

Daniela: Susan, no conoces a mi hija, lo testaruda que es. Desde pequeña ha sido así, cuando se le mete una idea en la cabeza no descansa hasta lograrlo y ella quiere hacerlo sola esta vez. Solo me queda ayudarla en lo que pueda y aconsejarla cuando las cosas no vayan bien.

Susan: Aun así una ayuda no está de más, hablaré con ella hoy.

Estrella se encontró con el agente de inmobiliario y hubo una casa que se acomodaba a sus necesidades, gustos y situación económica, solamente había un problema. Estaba en otra ciudad a una hora de la familia Varela y por supuesto Estrella no quería alejarse tanto de ellos, porque eran los únicos amigos que tenían ella y su madre aquí. Además, no quería estar tan distanciada de Samuel, ante esta idea se sentía incómoda. Así que seguiría buscando por el momento, si no encontraba algo mejor lamentablemente tomaría esta opción.

Por la tarde ya en casa le contó a su mamá lo que había sucedido.

Doña Daniela tampoco se enamoró de la idea, realmente se sentiría triste ante esta decisión.

Susan: Estrella, ya me contó tu mamá lo de la casa, aunque no quieras importunarnos deberías apoyarte con Samuel, él te ayudará sin ninguna molestia.

Estrella: Doña Susan, no se preocupe, Samuel me consiguió un agente inmobiliario y él me está asesorando.

Susan: Sí, eso está bien, me alegra que hayas permitido su ayuda.

Daniela: Susan, hay una casa que nos interesa mucho, pero está en otra ciudad a una hora de distancia. Realmente no quisiéramos alejarnos tanto de ustedes, nos gustaría estar cerca. Carlos y yo nos alejamos una vez porque en ese momento la hermana de Carlos estaba muy grave allá en país N y cuando vimos ya estábamos establecidos allá y no regresamos pero ahora... Perdimos todo incluido nuestro tiempo que pudimos compartir juntos.

Susan: Debería haber una casa que les interese aquí cerca, tómense un tiempo, no hagan las cosas de prisa.

Don Luis: Hola, ya llegué. ¿Por qué veo esas caritas tristes? ¿Qué pasó?

Susan puso al día a don Luis y él prometió seguir buscando, dijo tener algo en mente, pero que debía averiguar primero.

Reunido con Samuel en el despacho decidieron encargarse del asunto.

Don Luis: Samuel, escuché que nuestros vecinos de al lado se separaron y posiblemente venderán esa mansión, aunque aún no se deciden. Veamos qué averiguamos.

Samuel: Tengo el contacto de un agente de inmobiliario le pediré que se encargue de averiguar.

Después de tres días el agente tenía su reporte. Los señores estaban indecisos pues no se decidían si vender o dejar en herencia la mansión a su pequeña hija.

Samuel: Ofrézcales un tanto por ciento más de lo que piden y si usted logra que la vendan recibirá una muy buena comisión de mi parte.

Samuel se había enterado de que Estrella se iría muy lejos y esto no le agradaba en absoluto. Necesitaba que se quedara aquí cerca, por lo que decidió hacer unos trucos a escondidas. Le dijo a Daniela y a Estrella que esta mansión tenía el mismo precio que la que estaba ubicada en otra ciudad, que los dueños querían vender porque se habían divorciado y ya no querían nada que los uniera. En parte esto era verdad con algunas mentiras de por medio. Lógicamente, él asumiría los gastos extras que salieran, pero tampoco él perdería, los recuperaría en su próximo proyecto, pobre cliente. Sobre todo su gancia sería además tener cerca a Estrella.

Samuel; Estrella, la mansión de los vecinos está lista para ser comprada, así que solo debes ponerte de acuerdo con los abogados y con mi papá para que te transfiera el dinero.

Estrella: Lo haré hoy mismo, estoy muy entusiasmada, me gusta mucho esa mansión y sobre todo ser tu vecina.

Samuel: (tomándola por la cintura) Ni creas que voy a dejar que te vayas lejos, ni en sueños.

Estrella: Tampoco quería irme, nunca imaginé que podríamos vivir tan cerca, estoy feliz.

Samuel no dejó que se formara la sonrisa en sus labios, pues los capturó en un suave beso. Estrella se sorprendió y lo apartó con dificultad.

Estrella: Samuel, alguien nos puede ver, no está bien.

Samuel: Ok, entonces te espero hoy por la noche en el invernadero del jardín.

Estrella: ¿Qué?

Samuel: Solo quiero conversar contigo un momento a solas sin que nadie nos interrumpa. Si no puedes salir iré a tu habitación.

Estrella: Saldré, sí saldré.

Samuel: (com una sonrisa triumfal) Ok.

La compra de la mansión se efectuó sin ningún problema y sería entregada en tres días.

Por la noche se reunió Samuel y Estrella en el jardín que tanto le gustaba a ella. Pero Samuel no estaba de buen humor.

Estrella: Samuel, aquí estoy espero que mi madre no se entere. Por cierto la compra se efectuó sin ningún problema.

Samuel: Sí, lo sé, aunque hay otras cosas que no sé. Por ejemplo que la señorita está aplicando para trabajar en otras empresas.

Estrella: Ya lo sabes, bueno sí, quiero trabajar, necesito ayudar en algo a mi madre.

Samuel: ¿Por qué no me lo dijiste? (molesto)

Estrella: Porque no creí necesario. Porque si te lo decía me ayudarías y no quiero eso.

Samuel: Ah, sí, pues no me entrometeré en tus asuntos de ahora en adelante. Disculpa por meterme donde no me llaman. (muy molesto)

Estrella: Agradezco todo lo que has hecho por mí y por mis padres, pero esta vez lo quería hacer sola, por favor compréndeme.

Samuel: (con ironía) Sí entiendo, perfectamente.

Estrella: (muy triste) No, no entiendes.

Samuel: Con permiso, creo que mejor me iré, necesito calmarme.

Estrella: Espera. (pausa) Yo... Yo lo quiero hacer sola, porque no quiero depender de nadie. Necesito aprender a hacerlo sola. Mi papá me decía que siempre estaría para mí y que en un futuro mi esposo estaría ahí, que no necesitaba esforzarme ni fatigarme, que él me heredaría y no tendría necesidad de nada. Pero él ya no está, mi mamá y él dependen de mí ahora, el dinero se fue de un día para otro.

Samuel: (con voz entrecortada) Estrella, aún te puedes casar y...

Estrella: No. Si mi esposo muere joven y nos deja a mi hijo y a mí, tampoco tendría nada. Quiero aprender a defenderme sola, no quiero depender de la ayuda de nadie, porque no siempre encontraré personas buenas como tú o tu familia. Quiero aprender a sobrevivir por mi cuenta. (secando sus rebeldes lágrimas que se escapaban sin su permiso)

Samuel: (abrazándola fuertemente) Estrella, perdóname, lo siento, no lo sabía. Pero no pienses así, siempre tendremos personas que nos ayuden. De alguna o de otra forma tendremos a alguien ahí.

Estrella: La verdad es que mis experiencias me dicen lo contrario, mi familia me abandonó cuando los necesité. ¿Sabes? Si mi padre hubiera tenido un hijo en lugar de una hija, tal vez ya estuviera libre. Así que debo esforzarme porque para una mujer es más difícil.

Samuel: No te comprendo. ¿A qué viene todo esto?

Estrella: Si yo fuera un varón hubiera trabajado a la par de mi papá y sería más independiente, hubiera luchado por la libertad de mi padre y por la empresa familiar, pero mi papá siempre me trató como su princesa y cuando vinieron los problemas no pude hacer nada.

Samuel: Varón o mujer el caso de tu familia es complicado y no se podría resolver tan fácilmente. Ni el doctor Maltez ha podido encontrar una forma mágica para una liberación rápida. No debes culparte por ser una mujer. Creo que todo esto te afectó negativamente, sería bueno que te valorara un Psicólogo para que te ayude.

Estrella: ¿Tú crees que tengo algún problema? No quiero quedar loca.

Samuel: (sonriendo) No dije eso, pero sería bueno que te evaluaran para recibir ayuda profesional, hay algunas cosas que no las veo bien. Recibir orientación psicológica no significa que estes loca, yo estuve en terapia con un psiquiatra y no soy loco.

Estrella: Está bien buscaré ayuda.

Samuel: Si me permites puedo recomendarte con un psicólogo que me atendió a mí.

Estrella: Sí está bien. ¿Por qué estuviste en terapia?

Samuel: Te lo contaré en otra ocasión, ahora solo quiero que sepas que te quiero y que no estás sola, por favor, quédate tranquila, no te desesperes.

Estrella y Samuel estuvieron abrazados y compartiendo algunas caricias un poco más y luego se fueron a sus respectivas recámaras a descansar.

Samuel planeó llamar, a primera hora de la mañana, al director de la clínica donde estuvo en terapia para buscar al mejor psicólogo para que Estrella fuera tratada y recibiera ayuda, con este pensamiento se durmiò aunque aun preocupado por todo lo que le dijo Estrella, ella no estaba bien y esto le dolía en su corazón.

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