Que se hagan responsables

Jay le dió un beso a su bisabuela y salió con su madre.

*Gustavo

Omar me acompaño a la estación de policía, tenía mucho miedo, jamás en mi vida he estado en prisión.

Le dije al policía que había ido a entregarme y le expliqué las razones, él policía no me creyo, le dije que Yari tenía dieciséis años y me pidió que le diera el nombre y la dirección de ella para asegurarse de que fuera cierto.

Se la di, ellos investigarian mientras que yo tenía que esperar, paso treinta y dos minutos cuando se apareció Yari y su madre.

Sentí vergüenza con la señora, no solo deshonre a su hija, sino también mandé a que su hijo muriera.

- Buenas tardes oficial

- dígame señora, en que la puedo ayudar

- me han dicho que tienen a un joven que se está entregando por deshonrar a mi hija.

- ¿usted es la madre de Yaribeth Solis?

- así es, ella es mi hija y está es su identificación. Dijo la señora entregándosela.

La señora entrego la identificación de su hija, Yari miraba a Gustavo con vergüenza.

- señor policía, yo fui la que lo sedujo, yo le menti diciéndole que tenía diecinueve años, por favor no lo encierren. Decía Yari llorando.

- señorita no se preocupe, en este estado usted puede decidir con quién acostarse, si usted dice que él no la violo, el señor no será juzgado ya que todo fue consensuado.

- ¿que quiere decir oficial? Pregunto Gustavo levantándose

- que no se preocupe, pueden seguir normal.

- ¿eso quiere decir que puedo irme?

- así es, con dieciséis años ella puede decidir con quién acostarse.

Omar y Gustavo respiraron aliviados y se abrazaron, la mamá de Yari se acercó a ellos y les dijo

- mi hija me ha contado todo lo que pasó, quiero pedirles perdón por el daño tan grande que mi hijo les hizo, sé que con palabras no les devolveré a su hermano, pero quiero que sepan que mi hijo ya recibió su castigo por su propia mano. Dijo la señora llorando

Omar y Gustavo consolaron a la señora

- ya no se puede hacer nada, no llore, usted no tiene la culpa. Dijo Omar

- yo también quiero pedirle perdón, jamás hubiera tocado a Yari si hubiese sabido que era menor de edad, pero no me justifico, la culpa es mía, tenía que haber averiguado antes de estar con ella.

- ella está embarazada, mi hijo ya no está en este mundo, te tocará hacerte cargo de ella y del bebé.

- ¿tendrá al bebé? Pregunto Omar

- por supuesto, nosotros no estamos de acuerdo con el aborto. Dijo la señora molesta

- no se moleste señora, lo digo porque su hija debe estar estudiando aún ¿verdad?.

- si, pero si metieron la pata, que se hagan responsables, esa criatura no es culpable de nada.

- estoy de acuerdo con usted. Dijo Omar

Yari y Gustavo se miraron

- salgamos de aquí y veamos cómo solucionamos esto.

Los cuatro salieron de la estación de policía.

- señora, las podemos llevar a casa y en el camino podemos ir conversando.

- si hijo, gracias.

Omar y la madre de Yari iban hablando, mientras que Gustavo solo mantenía la mirada baja.

Yari estaba incómoda, se sentía muy mal por todo lo que había pasado con el hermano de Gustavo

- mamá, es mejor que interrumpamos el embarazo, no obligaré a Gus a qué este conmigo, ya les he ocasionado mucho daño.

- te entiendo hija. Dijo la señora con tristeza

Al ver a Yari llorando, Gustavo agarro su mano

- tu madre tiene razón, tenemos que hacernos responsables de nuestros actos

- pero Gus, no podremos criarlo juntos, nuestro bebé y yo te recordaremos la muerte de tu hermano, por mi culpa mi hermano asesino al tuyo. Decía Yari llorando

- y nosotros nos llevamos al tuyo. Dijo Omar para sí mismo

- tranquila, todo estará bien, nosotros no pensaremos así, ¿verdad Omar? Pregunto Gustavo

- así es hermano, lo que pasó con nuestros hermanos quedará en el pasado.

Gustavo abrazó a Yari y le dió un beso en la frente, ella se recostó en su hombro y quedó dormida.

Antes de llegar la señora hablo con Omar en voz baja para que Yari que aún dormía no escuchara.

- mira hijo, yo ya estoy muy Vieja y no me queda mucho tiempo de vida, mis dos hijos eran lo único que me quedaba en esta tierra, no quisiera morir y dejar a mi hija y al bebé solos y desamparados.

- no se preocupe señora y no hable así, usted no está tan vieja, todavía le quedan muchos años más.

La señora sonrió y les dió las gracias por llevarlas, Gustavo levantó a Yari y le dijo que hablaría después con ella.

Ambos se despidieron y se dirigieron a su casa.

- hermano, ¿recuerdas lo que dijo el chico? Pregunto Gustavo

- de tantas cosas que dijo, ¿cómo sabré a cuál te refieres?

- de que teníamos que aceptar y remediar nuestro error, quizás era de esto que él hablaba.

- puede ser, ese chico tiene algo que no me gusta, sus ojos son muy brillantes y causa miedo, estoy por pensar que no es de este mundo.

- ¿cómo lo alejaremos de Perla, sin que se moleste?.

- enviemosla dónde mi tía Ilda

- no estará de acuerdo

- pues ella aún no se manda.

- está bien, planeemos eso mejor.