Perla

Al ver que la profesora no estaba de acuerdo, Jay se la quedó viendo a los ojos y mentalmente le dijo.

- les daré una última oportunidad, lo haré por sus madres, si vuelvo a recibir alguna queja de ustedes, los llevaré directo a la dirección, en dónde serán expulsados.

La profesora repitió esas palabras como si estuviera leyendo, el único que se dió cuenta fue Erick quien se quedó viendo a Jay a los ojos.

Sus ojos irradiaban un brillo, Erick tuvo temor, le dió las gracias sin mirarlo a los ojos y se retiró.

- gracias profesora. Dijo Jay

La profesora no sabía por qué Jay le estaba agradeciendo, los otros profesores le dijeron, que ella le estaba dando una última oportunidad a Erick y a sus amigos.

- ¿cómo es eso posible?, ya les había dado una oportunidad, no creo que yo les haya dado otra.

- profesora, ¿usted se siente bien?, nosotros mismos escuchamos lo que usted acabó de decir. Dijo uno de los profesores

- así es.

- está bien, pero estaré pendiente a esos chicos, esta será su última vez buscando problemas en este colegio.

Jay se retiró con sus primos, a lo lejos vio a Perla esperando a que fueran por ella.

- ahora regreso, iré a ver cómo está mi amiga

Claire se molesto y decidió irse con su chófer, Eithan se quedó esperando a Jay.

- Perla, ¿ya te encuentras mejor?. Pregunto Jay

- creo que sí.

- ¿aún no llegan tus padres?

- no, no tengo padres, vivo con mis hermanos.

- ¿que les paso a tus padres?

- murieron en un accidente cuando yo tenía nueve años, mi hermano mayor era quien cuidaba de mi y ahora no está.

Las lágrimas caían sin cesar, Jay volvió a abrazarla, sentía que de esa manera ella podía sentirse bien.

Perla dejó que lo hiciera, se sentía aliviada con su abrazo

*Perla

Después de la escuela llegué a casa y me dieron la segunda noticia más triste de mi vida, rompí en llanto, no podía creer que hubieran asesinado a mi hermano, él era bueno, siempre ayudaba a los demás, mis otros hermanos estaban tan devastados como yo.

Al día siguiente, antes de ir al colegio, los escuché hablando, dijeron que se darían cuenta quien lo asesino y que esa persona tendría el mismo castigo.

Me quedé preocupada, tengo miedo de que ellos cometan una locura y vayan a prisión, si eso pasará me quedaría sola.

Mis padres murieron en un accidente de auto, no tengo a más nadie en este país, que los dos hermanos que me quedan.

Ellos también me tratan bien y me cuidan, pero no son tan cariñosos como mi fallecido hermano.

No sé qué será de mí, Dios mío por favor no permitas que ellos cometan una locura.

Al llegar al colegio ví a Jay, el chico que me gusta, al parecer estaba alegre, se veía muy guapo sonriendo, me saludo y yo no tenía animos para responderle así que lo ignore, a la salida me detuvo y me preguntó lo que me estaba pasando, no pude contener mis lágrimas y rompí en llanto, él me abrazo, me sentí aliviada en sus brazos.

Sus primos llegaron y al vernos abrazados lo molestaron, sentí tanta pena que me fui corriendo sin decirle nada.

Me quede esperando a que mis hermanos vinieran a recogerme, pero se estaban demorando mucho, quizás es por lo que deben de estar planeando, tengo mucho miedo, no quiero que nada les pase.

- gracias Jay, pero no te preocupes, estaré bien.

Jay la veía tan indefensa que sentía el mismo su dolor.

- ¿como murió tu hermano?

- alguien lo apuñalo y lo tiraron en la puerta de mi casa, cuando llegue mis hermanos ya lo estaban llorando

- ¿él estaba en problemas o algo así?

- no, de mis tres hermanos él era el mejor, no le gustaba la maldad y a todo el que podía ayudar, él lo hacía.

- entonces no estés triste, él estará en un mejor lugar si fue tan bueno a como dices

- pero ya no lo volveré a ver, ¿como me pides que no esté triste?

- discúlpame Perla, tienes razón, puedo llevarte a tu casa si lo deseas.

- si por favor. Dijo ella.

Jay se dirigió hacia Eithan y le explicó lo que estaba pasando, saco su celular y llamo a su madre para pedirle permiso de llevar a su compañera a su casa

Amalia le dijo que estaba bien, que solo le diera la dirección al chófer y se regresará a la casa.

Jay le agradeció a su madre por lo comprensiva que había sido y cerro la llamada

Jay se despidió de Eithan y fue a buscar a Perla para que se subiera al auto.

Ella estaba roja como un tomate, Jay no sabía si era por pena o de tanto llorar.

Jay la tomo de la mano y la guío hasta el auto, el chófer les abrió la puerta y ellos subieron.

Perla le dio la ubicación y el chófer al principio se sintió incómodo.

- ¿pasa algo Fausto?, ¿no conoces esa dirección? Pregunto Jay

- si joven, pero no es cualquiera que entra a ese lugar. Respondió el chófer

- tiene razón Jay, es un área caliente, si quieres puedes dejarme cerca

- no te preocupes, te llevaremos. Llévanos allá Fausto

- si joven.

Fausto llegó al lugar y antes de que se bajarán del auto lo rodearon unos hombres.