Envoltorio

Otro día, otro desafío que Leo aceptaba más que emocionado arrastrando a Jeremy, que sin comprender, era jalado del saco para cruzar la calle en dirección a la cafetería.

Y es que el famoso diseñador de interiores de Alta arquitectura, no pensaba dejar de perseguir a Tami.

La pobre se tuvo que aguantar el acoso de ese sexi descarado, que no entendía que no volviera a meterse en sus sabanas.

Bueno, eso se repetía la pelirroja, pero estaba a nada de soltar la bombacha obviando la orden de la italiana.

-Vamos apresura el paso, que necesito verla-  el castaño agito la mano apresurándolo, mientras con la otra detenía los vehículos que tocaban bocina, cuando ese par se cruzaba.

-Estás loco, nos van a matar- el moreno se volvió creyente cuando un ómnibus los roso.

-Sí, esa mujer me tiene loco- respondió todo emocionado una vez a salvo.

Jeremy acomodo el saco y enderezo la espalda buscando de alguna manera que la sangre nuevamente circulara por su cuerpo.

-Creo que deberías darte por vencido, has esperado fuera de este lugar por horas, la has llevado a su departamento, te has inventado que casualmente comprabas harina en donde su proveedor - abrió las manos - ¡¡tú!!, harina, alguien que no sabe para qué usa. -

El abogado no comprendía como alguien podía hacer que otro cometiera tantas locuras. Él siempre fue una persona pensante, pocas veces sus emociones se involucraban y tal vez por eso sus relaciones terminaban, volviéndose monótonas y rutinarias.

-Voy aprender, en realidad vamos aprender - Explico galante, subiendo y bajando sus cejas. El entusiasmo brotaba por los poros.

-¿Qué? ¿Cómo? - el abogado trato de atar cabos, pero nada tenía mucho sentido.

-Si, en vista que no quiere concederme una cita, y ella dicta clases de repostería, a veces, en su cafetería- explicó muy relajado- insistí que nos diera unas clases, porque mi amigo estaba enamorado de una mujer a la que quiere sorprender con algo diferente-

Leo, vio como el abogado no se decidía si reía o no, pues esperaba, en vano, que el dijera que era una broma

Jeremy dio un paso atrás negando al confirmar que este hablaba en serio, y busco a su alrededor, donde la gente pasaba apresurada a sus trabajos.

Aun así decidió confirmar

- No me digas que ese amigo soy …-se señaló rogando que eso no fuera cierto

-Claro, tu eres ese amigo. - movió su dedito señalándolo con una orgullosa sonrisa

-¡¡Ah no!!- el moreno camino en sentido opuesto y Leo corrió detrás, evitando que se escapara cuando se paró justo enfrente evitando que avanzara

- Sal- ordenó, pero el castaño movió su cabecita en negativa

-Eres mi amigo, que te hace romper unos huevos y mezclara una cosa aquí, allá- movió sus brazos fingido batir- inventa algo, eres abogado, no te cuesta mentir.

El abogado abrió la boca y esbozo una sonrisa incrédula ante lo que oía

- Ahora soy tu amigo, sin mal no recuerdo siempre fui el intrusos- hizo comillas con los dedos- y no soy un mentiroso

-Vaaa, lo de intruso- Leo hizo un gesto despreocupado, pero la mirada penetrante del abogado no ayudaba - Eso … eso - apretó los labios sin saber que decir, - Bien, tienes razón, pero Bruno jamás haría esto.

-¿Yo sí?- interrogó poniendo las manos en sus bolsillos.

-Claro, tienes corazón, tu noble profesión te lleva ayudar a gente necesitada, es decir yo…- sonrió todo un comprador.

-Vete a la mierda- soltó Jeremy y lo hizo a un lado tratando de cruzar la calle, pero su brazo fue jalado con fuerza.

-Anda, por fi, por fi- rogo como un niño, haciendo que Jeremy no pudiera aguantar la risa.

-Eres un idiota, lo sabes-

-Sí, pero realmente te necesito, esa mujer es mi deuda pendiente, fui un completo imbécil y ahora la vida me la puso enfrente, no quiero perder la oportunidad- rogo con ojos de borrego.

-Bien, pero solo una clase y luego vamos a trabajar- después de que Leo aceptara la condición, saco su brazo, para acomodar su elegante traje gris

- Andando, se hace tarde- dijo viendo el reloj

Leo elevo la mano en puño y celebro bajito, no se perdonaría hacer algo que provocara el arrepentimiento de su amigo.

-----------

Tamara, recibía a sus primeros clientes con una hermosa sonrisa. Su uniforme verde pastel con diseños de cerezas resaltaban su radiante piel, y el cabello rojo enmarcando su bonito rostro la hacían ver angelical.

Esa mañana estaba muy entretenida con una cliente que se había vuelto habitual, llamaba mucho su atención la personalidad desinhibida y alegre, como si se comiera el mundo.

- ¿Eres argentina?, dicen que es un país hermoso.

-Claro que es hermoso, pero los argentinos lo somos más- guiño un ojo con graciosa coquetería. – eso se ve sabroso-   toco el vidrio, con su dedito, señalando unas rosquillas con glasé y chispas de chocolates, que giraban en una bandeja detrás de una delicada vitrina.

-Prueba si te gustan - la pelirroja no dudo en entregar una, y es que esa mujer tenía una energía tan contagiosa que era imposible no sonreír.

-¿En serio?- los ojos negros se abrieron con un brillo especial y un radiante sonrisa.

-Esto esta genial- la lengua paso por los labios y un bailecito de festejo hizo reír a Tami.

-¿Cómo te llamas?, hemos hablado tantas veces y nunca pregunte-

-Yo- abrió sus ojitos y se señaló- hay que estúpida, si yo- dejo escarpar una risotada y la pelirroja no pudo negar esa chispa latina

- Me llamo Magaly- extendió la mano sobre el mostrador- Magaly Galeano, un gusto y …. – espero la respuesta que no tardó en llegar

-Tamara Schpier- respondió con la misma efusividad- pero dime Tami, porque espero vuelvas-

-Ten por seguro que sí, siempre me sorprendes con algo rico, pero y no por ser agrandada, no has podido superar el dulce de leche de mi país. - agito la cabecita y el chongo sobre su cabeza se sacudió de forma graciosa. - esto esta delicioso

-Gracias, tratare de conseguir el dulce- y Maguy asintió dando otro bocado

- ¿hace cuánto estas aquí? - .

-  En el vecindario unos meses, pero ya van dos años que me instale en Los Ángeles- Tami oía interesada mientras sus empleados atendían a los demás clientes

- Viene siguiendo un amor, esa estupidez de las redes sociales- carcajeó- ,y…- hizo un gesto que lo decía todo- en fin, decidí probar suerte cuando me enamore del lugar- explico con ese acentito rico. - Me llevo tres- señalo las donas

- En ese caso te deseo mucha suerte, y que consigas lo que busca- entrego el pedido en un elegante paquete

-Sí, Dios quiera que sí, pero si la vida quiere sorprenderme tampoco está demás ¿no? - movió uno de sus hombros – Huy, será mejor que me vaya, o no llegaré a la audición.

-¿De qué?- la colorada no podía quedarse con la curiosidad y menos quedar sola al ver a través del cristal quien se acercaba al local.

-Soy bailarina, y es un poco difícil encontrar algo fijo, pero no me quejo, he trabajado de varias cosas, cuando no puedo bailar-

Tami se imaginó que no debía ser fácil estar en otro país, lejos de su gente.

-Espera- anotó en un papelito la dirección del bar de Nico- si no sale la audición ve aquí, aun no inauguran, pero si das lo mejor de ti quizás…- sonrió emocionada al ver como la trigueña daba saltitos de emoción.

-Sí, sí y si, mil gracias eres una genia, nos vemos en unos días- Maga arrojo besitos y salió a toda prisa, sin ver por dónde iba, pues guardaba la bolsita en su mochila.

-Recuerda este favor y no vuelvas hacer escenitas de celos cuando estamos con Bruno o no te ayudo más

Jeremy ingresaba al local amenazando a Leo, pero este a todo decía que sí y lo empujaba para que apurara el paso.

-¡¡No me empujes!!- se quejó y se llevó por delante a la mujercita acelerada que venía saliendo.

-Lo siento, lo siento, soy un ....- el abogado sin darse cuenta sostuvo a Maguy de los hombros y esta elevo su rostro aturdida por el golpe, sin soltar su mochila.

Fueron segundos lo que le llevo ver a esa mujer de arriba abajo, era una preciosa guitarra, y vestía tan relajada como si no se diera cuenta de la belleza que portaba

Maguy traía un jean rasgado color celeste. Un top deportivo blanco con una camisa de mezclilla que se sujetaba en su diminuta cintura. Y completaba su look con zapatillas blancas de plataforma.

-Wow, de novela- dijo la descarada viendo a ese morenazo de traje, a muy pocos centímetros de distancia.

-Eh- balbuceo perdido en esa mirada seductora.

-Tienes que mirar por donde vas, o podría cobrarte por los daños- agrego relajada y una sonrisa apareció en esos labios rosados sin maquillaje.

-Claro- balbuceo como un tonto.

Leo frunció el ceño al ver como su amigo, el que tenía palabras por todo no reaccionaba.

-En ese caso, ahora que aprendiste la lección, dejarme pasar- Maguy señalo el camino obstruido por él.

-Si, si, pro- supuesto- sonrió perdido en esa carita juvenil que no había dejado de sonreír un segundo.

Cuando el abogado decidió moverse, la hermosa latina hizo algo que lo dejaría peor de lo que estaba

-Deberías levantarlo- señalo el piso y este busco alrededor como un tonto- el envoltorio que se te cayo, bombón- y como toda una campanita salió del lugar.

Leo reía por la cara de idiota de Jeremy, que siguió con la mirada a la mujer que subió a una bicicleta luego de ponerse los auriculares.

-Al parecer a alguien lo noquearon- carcajeo golpeando la espalda del abogado que sonría como idiota, era la primera vez que una mujer le lanzaba un piropo

-Oíste lo que dijo- rio embobado y después de unos segundos recordó en donde estaba. Sacudió la cabeza, acomodo el saco y fue directo al mostrador, dejando a Leo sorprendido

-Hola, soy Jeremy- saludo a la colorada que lo vio divertida, ya que fue testigo de la escena.

El moreno seguía viendo a la puerta como si esperara que esa mujer volviera a entrar.

-Magaly-

Él volteo al oírla -  ¿No eres Tamara?- interrogo frunciendo el ceño y Leo golpeó su frente con la mano.

Había perdido a su amigo por una bella argentina

Tamara no se aguantó y soltó una risita que hizo suspirar al hombre unos pasos detrás de Jeremy

-Si, ese es mi nombre, pero quien acaba de llamarte bombón se llama Magaly.

-Ahhh- dijo asintiendo emocionado.

-Pero- Tami se inclinó sobre el mostrador – Tenía entendido que venias aprender a cocinar algo dulce para tu novia-

  La pelirroja no era tonta, sabía que el chanta, a poco pasos, estaba usando a su amigo.

No podía negar que le encantaba verlo hacer de todo por un sí, la vida sí que daba vueltas.

Jeremy se colgó pensando en ese bonito nombre y hablo sin pensar. - -¡¡Que!!, no, este tarado quiere una excusa para verte.

Tamara se enderezó, cruzo los brazos y clavo sus ojitos en Leo, que pensaba en las mil formas de matar al abogado.

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En el centro de la ciudad Nico y Cleo recorrían las tiendas tratando de inspirarse.

Estaban viendo diferentes opciones de trajes para el personal que atendería las mesas en el bar y algunos cambios de vestuario para los artistas.

Las chicas se imaginaban un estilo que fuera sensual mas no ordinario.

-Pruébate esto- Cleo agito un corset bordo con puntillas en negro, el cual rodeaba el escote.

-¿Para que?-  Nico, rebuscaba en el perchero algo, pero no sabía que. Creía que muchas veces las cosas que uno necesitaba simplemente aparecen.

El problema con ese lema, es que lo aplicaba cuando le convenía

-Anda, quiero ver cómo te queda, podrías usarlo en la apertura. - fue hasta la italiana y tomo su mano para entregárselo

-Cleo, si acepte bailar fue porque era la única manera para que dejaras que te pagáramos un sueldo pero no voy…

La rubia la vio con una mirada amenazante y la italiana exhalo, dio medio giro y se encamino al probador a uno pasos de donde estaban.

-No me hagas cara Nicolina Greco- sentencio con una sonrisa en los labios, cuando esta le saco la lengua antes de cerrar a puerta-  tu presentación debe quedar grabada a fuego en la gente que vaya esa noche, la dueña de Italy Burlesque tiene que verse como una diosa.

Cleo siguió buscando ropa- Decidí mudarme, - hablo mientras miraba unos pantalones negros engomados- papa y mama pusieron el grito en el cielo.

-Ya era hora- grito Nico- deben entender que no pueden manejar tu vida.

-Sí, supongo- se encogió de hombros.- en fin en unas semanas iré a ver departamentos.

Toda su vida, trato de complacer a sus padres, pero parecían querer una hija diferente a la que tenían en la casa, y con el tiempo Cleo entendió que hiciera lo que hiciera nunca sería suficiente.

-¿Qué paso con mi hermano?-  Nicolina, sabia la historia, y es que Luka después de aguantar los regaños de su hermanita le pidió que lo ayudara.

-Nada- no iba a entrar en detalles, todavía seguía enojada y no era por el ensayo interrumpido.

-Vamos, dime- Nico abrió el probador y salió con el corset puesto

Cleo volteo a verla y aplaudió encantada- eso te queda precioso.

El corset acentuaba la pequeña cintura y marcaba las caderas de Nico a eso había que sumarle que elevaba sus senos de una manera sublime.

Era claro que la italiana no era una modelito, pero era hipnótica, tenia de donde agarrar y en los lugares justos.

-Tú crees-  giro y se contempló en el espejó que estaba detrás- si me gusta-paso sus manos por la fina tela y le gusto la sensación de seguridad que le daba.

-Le queda precioso-  la vendedora que las vio muy entusiasmadas se acercó para impulsar la venta

-Lo llevamos- afirmó la rubia- ahora hay que buscar la parte de abajo.

-Si están interesadas, en aquel sector podrán encontrar lo que buscan- indico el otro extremo de la tienda- si me necesitan estoy a su disposición

-Sí, muchas gracias –

La mujer se alejó dándoles el espacio de seguir eligiendo.

-Me encanta- Cleo siguió elogiando las grandes y poderosa curvas de Nico- si te viera- sonrió picara

-No empieces- amenazo la italiana- y dime que paso con mi hermano

- No paso…

-No te atrevas Cleo, dime- insistió

- Ya sabe él y sus noviecitas, una de ellas se cree la dueña del lugar y no me deja trabajar- trato de decirlo como si no le importara la relación, sino su trabajo

-Lo voy arreglar – La puerta se cerró, permitiendo que Nico se cambiara

-No, por favor, no digas nada, ya lo hablé con él- rogo, lo último que quería es quedar expuesta ante Luka.

-Espero que así sea- Nico salió del probador y extendió la prenda para que la cargara al canasto- porque si no es así buscaremos otra bailarina y mi hermano tendrá un cinturón de castidad

La rubia soltó una carcajada de solo imaginarse a Luka con cinturón de castidad

-No te rías- señalo Nico aguantando las ganas de reír- lo voy hacer, tu estas primero que cualquier loca – camino hasta su amiga y la abrazó con fuerza, no necesitaban hablar, ella sabía lo que tanto quería ocultar Cleo en su corazón-

-Ya, suéltame- la rubia se alejó y forjo una sonrisa- hay que ver los accesorios vamos.

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Dos horas después y con olor a glasé, Jeremy salía del ascensor en el piso donde se hallaba la oficina de Bruno.

Tenía que contarle lo que resolvió en la reunión del día anterior, y a pesar que lo llamó varias veces no conseguía dar con este.

-Buenos días, dulce María, está tu jefe- señalo la puerta del despacho sin detenerse

La mujer que estaba concentrada en su tarea, levantó la mirada que segundos antes estaba en el computador.

-Si, señor, pero…

-Gracias, trae un cafecito si- dijo cariñoso y abrió la puerta del despacho quedando de piedra en la puerta-

-Buenos días- el tono fue seco ante lo que sus ojos veían

-¡¡Jeremy!!- hablo entusiasta Aria levantándose de las piernas de Bruno, que desvió la mirada, incómodo.

-Aria, ¿no estabas en Paris? Interrogó, caminando al encuentro de la mujer, sin dejar de ver a su amigo, que no podía sostenerle la mirada.

-Bueno, llegue anoche de sorpresa- la mujer se abrazó con cariño del abogado y este dio golpecitos suaves en la espalda.

-Extrañaba a mi amorcito- dijo alejándose para verlo a la cara- pero tu sí que sigues guapo.

No podía molestarse con ella, quien no sabía dónde estaba parado era el hombre a unos metros de él.

- Gracias, volveré luego así los dejo en su reencuentro amoroso- recalco lo último, viendo a su amigo con reproche

-No, no, ya me iba, debo tomar unas fotos, y ustedes tienen que trabajar- la rubia despampanante fue hasta Bruno y lo sostuvo de barbilla para darle un besito corto.

-Nos vemos en un par de horas, y hablaremos- susurro viendo los ojos azules que la miraban sin reflejar esa devoción que antes profesaban.

Bruno solo asintió y esta tomo su bolso.

-Fue un placer verte Jeremy, espero cenemos juntos uno de estos días

-¿Vas a quedarte?-

La pregunta la incomodó, jamás dejaría sus planes, solo vino un par de días para convencer al arquitecto como lo hacía siempre

-Hablaremos luego, ¿si? -dejo un beso en la mejilla del abogado y luego salió.

Cuando la puerta se cerró, el silencio incomodo los envolvió, y Bruno decido hablar

-Ya sé lo que me vas a decir, pero no es lo que piensas…

Jeremy levanto la mano para que se callara, estaba cansado de oír excusas.

-No soy tu novia, no me debes explicaciones- respondió enojado y fue hasta el sillón donde se ubicó- la reunión de ayer…

-Jeremy eres mi amigo- se puso de pie y camino hasta donde estaba este- por favor, hablemos

-¿Que quieres que te diga?- inclino la cabeza, viéndolo fijamente

Bruno exhalo el aire contenido y se sentó frente a él

- La necesito, ella

-No la amas, y ella tampoco a ti, se usan…

-¿Que dices?- la verdad a veces dolía, y ese era el caso.

-La usas porque no tienes los huevos para buscar a la mujer que volteo tu vida-  señalo enojado, y eso enfado aún más al arquitecto.

-Ella se fue, que quieres, que la persiga, que la busque por todo Los Ángeles, - elevo la voz

- Si, si eso significa estar con la persona que te importa, si.  Pero tu solución es esa- señalo en la dirección donde minutos antes salió Aria.

-No volvimos, lo estamos analizando, pero no estamos juntos- llevo la mirada al suelo cuando Jeremy rio sobrepasado.

-Solo dormiste con ella.

-Basta- lo señalo en advertencia.

-Sabes, has lo que quieras, es tu vida no la mía- se levantó y se dirigió a la puerta

-¿A dónde vas?, creí que querías hablar de trabajo– observo sorprendido, nunca lo vio tan molesto.

Jeremy siempre era quien lo analizaba todo, el centrado del trio, incluso el comprensivo

-Hoy…- El abogado lo miro y negó- Siempre pensé que Leo era un tiro al aire, alguien que no se tomaba nada en serio, pero hoy…- sonrió recordando como su amigo se quemó varias veces, tomándose en serio cada indicación Tami

- Hoy me demostró que es el único de los tres que no tiene miedo a ser él, aunque muchas veces reciba regaños, es auténtico, busca lo que quiere y si se equivoca lo vuelve a intentar.

Bruno trago saliva –Jeremy, tu no lo entiendes- se puso de pie al comprender a donde se dirigía esa conversación.

-Deberíamos aprender de él, - las palabras salieron claras, pero hirientes para el orgullo del arquitecto

- En cuanto a la reunión de anoche, ahora no quiero hablar contigo, de repente no me caes bien- sin decir más salió del lugar.

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Comments

RiYue87🇻🇪

RiYue87🇻🇪

eso es un amigo que te dice tus verdades en tu cara sin importar si te enojas. y bravo x leo el si está conquistando a tamy como se debe.

2024-05-01

1

milenis judis escorcia rudas

milenis judis escorcia rudas

me caes bien Jeremy así se habla
Bruno peñiscate te van a bajar a lina

2024-04-05

1

Erica Godoy Silva

Erica Godoy Silva

😂😂😂

2024-04-05

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