Dos meses y contando

Dos meses, pueden pasar rápido cuando la mente y el cuerpo se mantienen ocupado, pero mucho mas cuando se es feliz.

Cleo había encontrado un lindo departamentito, no muy alejado de la zona céntrica de la ciudad.

Adoraba la sensación de independencia y poder dirigir su vida, sin la mirada acusatoria todo el tiempo sobre ella.

La bailarina salió de casa dejando en claro quién era y entre todas las cosas que le canto sus padres, le hablo del trabajito en el bar, ese que adoraba hacer, de la misma manera que disfrutaba de enseñar en un complejo para niños de diferentes situaciones económicas.

Su sueldo no era digno de una familia adinerada como en la que había nacido, pero no importaba al fin se sentía libre.

En cuanto al amor, ese parecía haber golpeado su puerta, literal, un bonito y simpático rubio se presento como su vecinito y aunque recién comenzaban a conocerse era bueno cambiar de dirección.

Esta noticia puso feliz a los Greco, bueno no a todos, Luka se traía un humor de mil demonios que varias veces lo llevo a perder los estribos con Nico.

La que últimamente se irritaba por todo, quizás porque estaban a nada de abrir las puertas de ITALY BURLESQUE.

Bruno por su parte se tomó unos días dejando a Camila a cargo, necesitaba pensar, mucho más cuando acordó con Aria tomarse un tiempo, ese que le llevaría a la actriz terminar de filmar.

Obviamente, la mujer no lo entendió así, por lo que viajo con la idea de que a la vuelta se casarían.

Camila, no le quedo de otra que intercambiar ideas con ese cavernícola que la ponía de cabezas.

Era lindo, pero bruto a la hora de decir las cosas y es que ella decía blanco y el de seguro iba por el negro.

Dante jamás se había divertido tanto en su trabajo, como los días en que cierta princesa llegaba para ponerlo en su lugar sin darse cuenta que este disfrutaba cada momento.

La mujer le encantaba, pero nunca se lo demostraría y para que mentir a ella estaba que echaba babas por él.

Esa tarde, la última de retiro espiritual, Bruno se paseaba en un pantalón Chándal y torso desnudo por su elegante Penthouse.

Camila nuevamente lo llamaba para soltar llamaradas de fuego a través del teléfono

📱-Puedes dejar de gritar- Bruno alejo el teléfono y aun podía escuchar a hermanita pequeña.

-Es que no te imaginas lo que fue, esa risita soberbia cuando tuve que aceptar que la columna era necesario en el maldito espacio- rugió y él pudo imaginar el rostro rojo de ira de su hermana

-Cálmate, el tipo sabe lo que hace, mira pronto regreso y me reúno con él. - rio divertido, esos días alejado de todo fueron un alivio, al menos para su cabecita.

-Claro el señor decide tomarse unos días, porque su noviecita otra vez se fue y yo debo lidiar con el cavernícola de Greco.

Greco resonó en la mente de Bruno, parecía que ese apellido lo perseguía incluso en sus sueños.

-Cami, si no fuera porque te conozco y jamás mezclarías el trabajo con placer, diría que te gusta- salió al balcón y se acomodó en la silleta viendo el cielo

El silencio atravesó la línea, y Bruno frunció el ceño- ¿Te gusta?

-¡¡Que, No!!, estaba leyendo un plano, te dejo-  corto el teléfono antes de ser descubierta.📱📱

-SI, el tipo te gusta- dejo salir acomodándose en la silleta para cerrar sus ojos y dejarse ir en un sueño reparador, creía que al fin había conseguido la paz..

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-No, lo rellenaremos de compota de ciruela, eso le dará humedad.

El castaño oía atento, las instrucciones y con cuidado sujetaba el cupcake y lo rellanaba.

La parejita, no parejita, estaban en la cocina de la pastelería, horneando, mientras que la atención al público estaba cargo de sus adorables empleados

Leo en esos meses se hizo de tiempo para estar con ella y aprender. Y aunque no consiguió ningún besito, se sentía el hombre más feliz del mundo.

Tami, lo veía embobada, y es que este tenía la lengüita a un costado, de lo concentrado que estaba tratando de no derramar una gota.

-Mira quedo hermoso. - mostró orgulloso su creación,

Y la pelirroja no se aguantó más. Si ella era débil y dos meses fueron más que suficientes de torturas.

En un arrebato camino hasta Leo que sonreía y sin darle tiempo a procesarlo le comió la boca.

El pobre parecía doncella virgen, sus ojos estaban abiertos como plato, en una mano tenía la maga cargada de compota y el otra el cupcake

-Si salió hermoso- expreso Tami una vez que lo dejo sin oxígeno.

Ella observo la boquita húmeda y roja por el súper chupetón y sonrió.

-Esto- el carraspeo viéndola incrédulo, y lentamente dejó lo que tenía en laa manos sobre la mesada.

-Hay que seguir, tenemos varios pedido- la descarada quiso girar sobre sus piecitos y volver a su estación como si nada, pero Leo tenía otros planes.

-Ven aquí mi delicioso Red velvet- la tomo por la cintura y la trajo su cuerpo. –Si vas a besarme así bonito, deberías ponerme sobre aviso, además usted acaba de abusar de su estudiante.

Tamara dejo escapar una risita y el también rio al tenerla tan cerca.

-Eres perfecta- murmuro sobre sus labios

-Si? -ella rozo con ternura la naricita y contuvo el suspiro al sentir la gran mano deslizarse por su espalda y posarse en su nuca

-Eres perfecta, pastelito- sus labios impactaron con hambre y pudo jurar que jamás había probado algo tan dulce y adictivo.

Las manos de la pelirroja acariciaron el delgado y suave cabello.

Tami estaba entregada olvidando el desastre de la cocina, ahora estaba disfrutando de ese hombre que era el postre perfecto.

-Cof, cof-

Los separo el sonido de alguien tosiendo a pocos metros.

-Perdón por interrumpir, pero banana 1 y banana 2 me dijeron que podía pasar- señalo a la puerta Nico, quien reía al ver a su compañera más colorada de lo habitual

Tami se despegó despacito de Leo que la soltó con cierta resistencia y bajo la mirada con vergüenza

-Nicolina, tanto tiempo sin verte- agrego el divertido relamiendo sus labios, aun sentía el sabor glorioso de ese beso.

-Nos vimos ayer, tarareado- dijo riendo- ¿Qué hacían?, bueno a parte de danzar con sus lenguas. - señalo divertida a la pareja a unos metros de distancia.

El castaño dejó escapar una risotada, si de algo carecía era de vergüenza.

-¡¡Nico!!- protesto Tami- prueba es cupcake de compota de ciruela- camino apresurada a su amiga taparle la boca con algo, su objetivo era que no dijera nada que pudiera avergonzarla mas.

La italiana extendió la mano, gustosa para probarlo, tanto ella como Cleo disfrutaban ser las primeras en probar las creaciones de la colorada.

-Ah, antes que lo olvide, papá me mando por el Tiramisú- explico Nico justificando su visita

Leo ¿puedes buscarlo?, está en el refrigerador del fondo- indico Tami sin notar como su amiga en un intento por darle un bocado al pastelito se puso pálida.

-Ok, amor- dijo el caradura y siguió la orden.

La pelirroja quedo impactada, pero se compuso rápidamente para ir hasta Nico y justificarse., mientras el diseñador desapareció del lugar.

-Te juro que no solté bombacha, yo…- se detuvo al ver el cupcake en el mesón y a la italiana cubriendo su boca-¿Esta feo?

Nico negó contenido las ganas de vomitar, y por un instante unos brillantes ojos azules aparecieron en su rostro. - ¡¡Carajo!!.

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