Capítulo #5 Interacción

Keyla abrió la puerta, su asistente la abordó, habló algo rápido y se despidió de los dos, con prisa, bajo las escaleras. Kem, ya estaba en frente del ascensor. Observaba como Keyla cerraba el consultorio. El ascensor se abrió y ella ya se dirigía hacia él, con cortesía, Kem la dejó entrar primero, ella le dio las gracias, los dos se quedaron en silencio, él miró el celular y ella le preguntó la hora, en eso, el ascensor se detuvo y se abrió en el estacionamiento, ella se extrañó y él respondió: Ya son las 5:50.

_Ah… Qué rápido pasa el tiempo ¡Gracias..!

_¿No va a bajar..?

_No ¡No tengo carro!

_Yo puedo llevarla…

_Está bien ¡No se preocupe! Yo tomo un taxi.

_Umm… No es ninguna molestia, puedo dejarla dónde me diga.

Le dijo mientras aguantaba la puerta del ascensor. Ella asintió con la cabeza y lo siguió, y cuándo llegó al carro, le dijo: Subiré en el asiento de atrás. Él le contestó: Okey… Donde se sienta mejor. Arrancó, y todo iba en silencio; después de unas cuantas cuadras, él le preguntó:

_Y ¿Hacia dónde la llevo..?

_Hacia las urbanizaciones del sur, atravesando toda la ciudad.

_Ah… Okey, pero ¿Por qué decidió sentarse atrás?

_Usted y yo apenas acabamos de conocernos. Le acepte el favor porque quiero comprar algo y si esperaba un taxi, de seguro llegaría cuando la tienda ya ha cerrado. También es un trayecto largo y algún conocido podría vernos y pensar lo que no es. Aquí atrás me noto menos.

_Ah… Entiendo. (Respondió con cara de extrañeza).

Llegaron, ella le indicó la tienda y él se detuvo justo al frente.

_¡Muchas gracias! Aquí estoy cerca de dónde vivo.

_¡Qué bien..! Y no fue nada, por cierto ¿Por esta calle no vivía Manuel?

_¡Sí! (Contesto con cara de asombro). Yo vivo en la que era su casa.

_¿Sí..? ¡Qué sorpresa! ¿Cuánto hace que se conocen ustedes?

_Hace unos años... Bueno, no puede estar mucho tiempo estacionado aquí. ¡Gracias! Que pase feliz noche.

_Sí ¡Gracias! Igual…

Llegó a su penthouse y después de su rutina se acostó, aunque le costó dormirse pensando en lo extraña que era Keyla. Pasaron los días; el fin de semana él entrevistó a otras mujeres.

Llegó el martes y Kem estaba muy desanimado, pensó en no asistir, pero imaginó que iba a quedar irresponsable ante ella. Así que a las dos salió de la oficina, almorzó y fue a la consulta.

_¡Buenas tardes! (Le dijo a la asistente. La sala estaba vacía).

_¡Buenas tardes Mr. Kem! ¿Cómo Está? (Le contestó mirándolo inquisitivamente).

_Bien (Le respondió con incomodidad)

_Ya la doctora se desocupó. Le avisaré que está aquí.

_Por favor, y gracias.

_La Asistente regresó: Pase Mr. Kem. (Le dijo con una amplia sonrisa, que pareciera estar planeando algo).

_Siéntese Mr. Luna, (Le dijo mientras colocaba una hoja sobre el escritorio), este es el formulario.

_Sí, ya sé. Lo lleno y se lo devuelvo.

_Gracias. Comencemos… Ahora sí, cuénteme cual es la razón para venir a la consulta.

Kem la miraba fijamente y se dio cuenta de sus ojos grises, y por un momento le pareció estar viéndose.

_Mr. Kem ¿Me va a contar? (Le preguntó, sacándolo de sus pensamientos).

_Sí, claro.