Estarás bajo mi protección.

Zazil

Al abrir mis ojos de inmediato me levanté, aún me sentía desorientada, hasta que me di cuenta de que estaba en mi celda, intenté abrir la reja, pero esta estaba cerrada.

Lleve mi mano a mi vientre y solo recordé lo que había sucedido, mis lágrimas salieron sin compasión, mi dolor era tan agudo y asfixiante que mis piernas perdieron fuerza y solo caí de rodillas en el suelo.

Con fuerza y demasiada ira sujeté los barrotes viendo mis nudillos ser más prominentes y mis dedos hacerse rojos por la fuerza que ejercía, hasta que un toque en mi hombro me hizo salir de ese trance.

— Zazil, Zazil— levante mi vista y era mi compañera quien solo me veía con compasión y tristeza— lo lamento.

Solo asentí y ella me ayudo a levantarme, me senté en la orilla de la dichosa cama donde nuevamente mis lágrimas salieron— ¿cuándo me trajeron?.

— hace tres días— me sorprendí por su respuesta y ya no volví a hablar, por más que ella intentaba solo me negué.

Y lamentablemente caí en depresión por la muerte de mi hijo, es un dolor indescriptible que jamás se lo desearía ni a mi peor enemigo.

Las semanas avanzaban y solo salía a correr por qué era una obligación, pero en verdad yo solo caminaba en modo automático, simplemente yo, no era yo.

Hasta que a mediados del segundo año estando aquí en prisión, pude reaccionar y le hice una promesa a mi hijo de ser fuerte dejando en el pasado a esa mujer frágil y fácil de pisotear...

Al bajar las escalera para ir al patio me encontré a Mara, una de las reclusas con más poder en el penal por lo que he escuchado y lo que me a mencionado Daina, mi compañera de celda.

Al verla solo me sonrió, retrocedí para tomar otro camino, en este momento lo que menos quería eran problemas, pero ella al ver que me iría me jalo el cabello hasta que sus acompañantes me tomaron por los brazos.

— así, que tú eres la famosa asesina de quien tanto hablan— negué intentando zafarme.

— no soy una asesina y tampoco famosa — y por contestar me dio un puñetazo en mi panza que sin dudar me hizo quejarme.

— no vuelvas a alzarme la voz, por lo que veo no sabes quién soy y tampoco te imaginas que es lo que te puede pasar si lo vuelves a hacer— al decirme eso, solo fruncí mi entrecejo, pero al ver la navaja que saco de entre su pantalón, me asuste — te enseñaré niñita a respetarme.

— ¡aléjate!— grité intentando zafarme de su agarre; ella solo negó con una sonrisa, se acercó a mí y con una sola mirada una de las mujeres que venían con ella me jalo el cabello mientras la otra ejercía presión en mi mandíbula.

Solo cerré mis ojos al sentir el filo de la navaja en mi cuello y mi vida prácticamente paso en segundos ante mis ojos, resignándome del que quizás no sobreviviría a esto.

Pero un grito hizo que las mujeres me soltaran y Mara se alejara de mí.

— Cuidadito con tocarla, ella es mi protegida, así que mantén tu distancia si no quieres problemas con el patrón— las vi negar a las tres mas que asustadas y sin decir una sola palabra se fueron y esa mujer de cabello oscuro se acercó a mí tocando la pequeña herida producida por la navaja— ¿te encuentras bien?.

— si, gracias— ella asintió entrelazando su brazo en el mío y caminamos hacia el patio.

Atravesamos toda la explanada y nos sentamos en una área donde no había muchas reclusas, hizo señas y en cinco minutos trajeron una vianda con comida, el olor era exquisito, al destaparla, me di cuenta de que esa comida era de afuera de estos muros.

— come tranquila, es cortesía de mi patrón— abrí mis ojos en total sorpresa, pero decidí ignorar y solo me concentré en comer— me presento me llamo Lula.

Asentí, hice una pausa para hablar con ella— yo soy Zazil— sonrió asintiendo.

— no hace falta, sé tu nombre — sonreí y seguí comiendo hasta que termine— Zazil, sé por qué estás aquí, pero tú y yo sabemos que eso es una mentira— suspire y me levante junto a ella y comenzamos a caminar— pídeme lo que quieras y mi patrón te lo dará.

— ¿porque? y, ¿a cambio de que?— se encogió mas que despreocupada ante mis preguntas y solo paso su mano sobre mis hombros.

— no lo sé, pero si te ofrecen ayuda, yo si fuera tú, la aceptaría— solo asentí sin contestar, volvimos a entrar y me llevo a otra área totalmente opuesta de donde estaba mi celda.

Al entrar a la celda me di cuenta de que era muy grande y tenía todas las comodidades que uno pudiera desear, deslizó una cortina y era una pequeña habitación— de ahora en adelante estarás aquí conmigo y estarás bajo mi protección hasta que salgamos el siguiente año.

Me sorprendí por lo que decía— Lula, pero a mí aún me quedan diez años— la escuché carcajearse.

— ¡ay, Zazil!, a pesar de como te ha tratado la vida aún, sigue esa niña ingenua en ti— negué sentándome en la cama, la cual era demasiado cómoda— tu tranquila, que todo estará listo.

Solo suspire y la vi salir de la habitación, me acosté y me quede dormida de inmediato...

Los días seguían avanzando y Lula insistía en que pidiera lo que fuera, que su patrón lo haría con gusto, pero después de darle mas de mil vueltas al asunto, llegue a una sola conclusión, que más podía perder.

Al entrar a la celda estaba Lula sentada viendo la tele y cuando me vio, palmeo el sofá para qué me sentará a su lado.

— dime, ¿qué necesitas?— la vi, pero no me sorprendí, ya que lo poco que la he conocido y tratado sé que es una mujer demasiado intuitiva— te puedo sugerir algo— solo asentí recargandome en el espaldar del sofá — antes de que pidas, primero tienes que hablarlo para sanar una parte de tu pasado.

— tienes razón— suspiré y ella siguió viendo un programa, me quedé pensativa por sus palabras tan ciertas hasta que su mano tomó la mía.

— aún no estás lista, tienes que meditarlo primero y cuando lo estés, aquí estaré en este mismo sofá disponible para escucharte— sonreí y solo me levante para irme a mi habitación.

Las semanas pasaron y seguí organizando mi mente, mi pasado y el cómo viví cada capítulo de este, hasta que en medio de la madrugada me desperté con un solo objetivo.

Hablar con Lula sobre lo que aún me atormentaba; salí de mi habitación y la vi sentada en el sofá.

— soy toda oídos— asentí hasta que me senté a su lado, ella tomó mis manos las cuales estaban frías— entiendo que estés temerosa, pero puedo asegurarte que también será el punto clave para darte cuenta de la verdad.

— lo sé— suspiré muy profundo y solo sentí sus manos apretar las mías— yo nací al norte de México.

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Comments

Mabel Figueroa

Mabel Figueroa

ya se verá, para mí el marido no murió y ella lógico, no es la asesina ni siquiera la que lo hirió.🍀🥾🇦🇷🇦🇷

2024-01-29

61

Ailid Manzano

Ailid Manzano

dios está capítulo para mí fue súper doloroso xq se que es el dolor de perder un hijo xq mi única hija murió en pandemia y es así desgarrador algo indescriptible totalmente

2024-04-14

1

아블일~♡ ᵕ̈

아블일~♡ ᵕ̈

es la primera vez que leeré una novela de este estilo y me esta gustando mucho ♡

2024-04-09

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