Bajando la fiebre y Curando las heridas

Su cuerpo estaba ardiendo, su rostro se notaba con mucha molestia, camine rápidamente al interior del baño con Stella entre mis brazos...

—EMMETT, ¡¿ESTÁS LOCO?!, ¡TUS HERIDAS SE VOLVERÁN ABRIR!...— Dijo Alex gritando y preocupado...

Sin importarme lo que Alex me dijera, coloqué cuidadosamente a mi diosa angelical a dentro de la bañera, en ese momento sentí como mis heridas se volvían abrir, la sangre volvía a manchar las vendas que llevaba puesta...

Pero eso no me importo, tenía que ser yo quien bañera a mi diosa angelical, ya que no permitiré que otro hombre la vea desnuda, no dejaré que nadie la vea así antes que yo, solamente yo debo conocer cada parte de ella...

—¡LLAMA A MELISSA!, Y ¡TODOS SALGAN DE AQUÍ!, ¡AHORA!...—Les ordene a todos los que estaban en el baño y en el cuarto...

Tal y como lo ordene, todos salieron del baño excepto por Alex que estaba furioso por haber cargado a Stella en mis brazos sin importarme mis propias heridas...

— Emmett, entiendo que estés preocupado por ella, pero ¿Cómo puedes arriesgarte de esta manera?, ¡Estás loco!...— Me dijo Alex preocupado y cruzando sus brazos...

— ¡QUÉ NO ESCUCHASTE, LÁRGATE!— Le grité mientras acariciaba el rostro de Stella...

Alex se dio la vuelta furioso y salió del baño, después de unos segundos la fiebre se Stella comenzó a bajar, volví a sacarla de la bañera entre mis brazos para llevarla de regreso al dormitorio...

La acosté sobre la cama quitando rápidamente la ropa mojada que ella llevaba, cubrí su cuerpo con una manta, en lo que buscaba algo de ropa que ponerle...

El médico no tardaba en llegar y no iba a permitir que la viera desnuda, encontré una camisa mía de botones color negra en el guarda ropa, se la puse con mucho cuidado para así cubrir su cuerpo...

Después de unos 5 minutos el médico entró a la habitación acompañado de Melissa, Diego y Alex, Diego se acercó a mí para ayudarme a sentarme en el sillón cercas de la cama del lado izquierdo, mire al médico...

— Atiéndela y asegúrese de que nada le suceda, ¡Queda claro!...— Le dije con hostilidad y mirándolo a los ojos...

Melissa se acercó a mí, levantó la playera gris que llevó puesta, al ver las sangre traspasado las vendas, Melissa hizo un gesto de preocupación, volteó a ver a Alex y Diego...

— Esto está peor de lo que imagine...— Comento Melissa mientras quitaba el vendaje de mí pecho...

—Debemos llevarte a tu habitación Emmett para que Melissa vuelva a curar tus heridas...— Dijo Diego preocupado...

No estaba seguro de irme, no quería dejar a Stella, quería estar aquí con ella, pero tenía que reconocer que mis heridas estaban empeorando...

—Vamos Emmett, tienen que cerrarte las heridas antes de que empeoren...— Comento Diego desesperado...

Yo no pensaba moverme del lado de mi diosa angelical, pero mis heridas empezaron a dolerme horriblemente, estire mi brazo derecho para recargar mi cuerpo en el hombro izquierdo de Diego...

A mi pesar tenía que regresar a mi habitación para que Melissa pudiera cerrar de nuevo las heridas de mi torso...

Al entrar a mi habitación Diego me llevó a la cama, me recargue en la cabecera de la cama y me senté en ella, para que Melissa empezará a curarme, rápidamente preparo antibióticos para calmar el dolor de mi cuerpo...

Lo inyectó en mi brazo derecho, para luego darse la vuelta y preparar todo lo necesario para limpiar de nuevo mis heridas, ya que mi sangre no paraba de salir...

Diego solo suspiro, pues estaba algo preocupado por mis acciones así como también pude notar que estaba sorprendido por como me preocupaba por Stella...

Diego me ayudó a quitarme la playera que llevó puesta, su preocupación se hizo más evidente, al ver el vendaje cubierto de mi sangre, pues mis heridas había empeorado por el esfuerzo que hice al cargar a Stella...

—¡Demonios!, ¡Eres un imbécil Emmett!...— Me dijo Diego mientras tomaba unas tijeras del buro que está al lado derecho de la cama...

— Tranquilo estaré bien, no es para tanto...— Le dije con una voz un poco débil...

Luego comenzó a cortar el vendaje con mucho cuidado, el dolor comenzó a desaparecer de mi cuerpo, sentía como mis párpados empezaban a cerrarse poco a poco...

Intente no perder el conocimiento para poder estar despierto y así poder estar a lado de mi diosa angelical cuando ella despertará, pero no pude luchar por mucho tiempo, ya que el medicamento estaba haciendo efecto...

—Solo déjate llevar, necesitas descansar y recuperar fuerzas...— Dijo Melissa mientras preparaba las vendas...

Fue lo último que escuché antes de cerrar mis ojos por completo, cuando me desperté de nuevo, me di cuenta de que ya era de noche, un olor peculiar llegó a mí...

El olor a leche tibia, ese aroma me ponía algo nostálgico, pues me traía recuerdos de mi niñez, los momentos felices que viví con mi madre, volteé mi cabeza hacia la izquierda y mire a Melissa...

Estaba sentada en el sillón cerca de la ventana, la chica lee una revista de chismes y bebía una taza de leche tibia, lo que me molesto porque ya se estaba pasando de confianzuda...

— A caso te pago para que te quedes ahí...— Le dije mientras me recargaba en la cabecera de la cama para sentarme…

En seguida Melissa levantó mirada, una sonrisa apareció en sus labios, rápidamente deja la taza de leche sobre una mesa blanca que se encontraba a su lado derecho y caminó hacia mí...

—¡Has despertado!, Les informaré los señores Diego y Alex...— Dijo Melissa emocionada...

Antes de que Melissa se fuera a decirles a Alex y Diego que he despertado, tomé su mano para evitar que saliera de la habitación, pero Melissa malinterpretó la acción que acabo de hacer...

—No te confundas, solo quiero saber ¿Cómo se encuentra ella?...— Le pregunté con preocupación...

Deseaba saber como estaba mi diosa angelical, de repente la sonrisa de Melissa desapareció de sus labios, bajo la mirada con tristeza, agarro mi mano derecha y la llevó a su pecho...

—¿Qué tiene ella que no tenga yo?...— Pregunto con celos...

—No te hagas falsas ilusiones y mucho menos quieras compararte con ella...— Conteste con frialdad ...

De inmediato, solté la mano de Melissa, ella solo es una mujer más, no tenía ninguna intención con ella, es ilógico que se haya hecho ilusiones conmigo...

—Pero porque no me das una oportunidad, sé que puedo ser mucho mejor que ella...—Dijo irritada y con celos...

—Tú no eres lo suficientemente buena para mí...— Le dije con frialdad y una mirada de desprecio...

La mirada de Melissa se estaba llenando de enojo así como también comenzaron a caer lágrimas de sus ojos marrones, ella no se dio por vencida y se acercó a mí oído izquierdo...

—Emmett puedo ser mucho mejor de lo que piensas, no soy como cualquier mujer, puedo ser mejor que cualquier chica que hayas conocido...— Replicó Melissa con una voz triste y a la vez seductora...

No sentí nada al ver a Melissa llorar delante de mí, desde un principio tenía muy claro que ella no es nadie en mi vida...

Además, solo llevó unas cuantas horas de a ver conocido a Melissa y ella ya quiere convertirse en la señora Keslar, ¿Qué tan estúpida puede ser?...

—Escucha bien Melissa, ¡No me interesas para nada y si quisiera algo contigo no pasaría de una sola noche así que no seas tan ilusa!...— Le dije con hostilidad, esperando que romper sus tontas ilusiones...

— Emmett si solo me quieres para una noche lo acepto, pero no me alejes de tu lado...— Me dijo con una mirada triste...

Me pareció tan absurdo lo que me decía, no podía creer tanta estupidez de su parte, era una chica sin remedio...

—Sal de mi habitación, llama a Alex y Diego...— Le ordené con una mirada fría...

Melissa volvió a sonreír, para luego intentar besarme, pero no se lo permití, puse mi mano izquierda en su cuello para detenerla...

—Qué crees que haces, a caso eres idiota o que, ¡¡Te dije que no me interesas para nada¡¡...— Le dije con una mirada fría y una voz hostil...

—Ahora vete a buscar a Alex y Diego...— Le ordene mientras soltaba su cuello...

Melissa salió de mi habitación para buscar a los chicos y en unos 10 minutos llegaron, pero los dos tenían una cara de preocupación...

—¿Cómo te encuentras?...— Pregunto Diego al sentarse al lado derecho de mi cama...

Alex, por otro lado, solo sequedad parado al lado izquierdo de mi cama sin decir ni una sola palabra…

—Estoy bien no se preocupen, solo quiero saber ¿Cómo está Stella?...— Les pregunte preocupado...

—Ella está bien, se le ha bajado la fiebre y el doctor dice que pronto despertará...— Contesto Alex cerrando sus ojos y con sus manos poniéndolas en sus bolsillos del pantalón...

—Pero hay un...— Comento Diego con duda...

—¿Qué problema hay?...— Pregunté confundido...

—Cómo decirte esto...— Dijo Alex abriendo sus ojos…

—Es sobre Stella, pero no sabemos como tomaras esa noticia...—

No sé que era lo que me tenían que decir, pero por las expresiones de ellos dos no era algo bueno y me preocupaba que algo malo le haya pasado a mi diosa angelical...

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