¿Por qué me sucede esto?

Poco a poco se acercaban a mí, el hombre borracho de la última vez se puso en cuclillas y con la poca luz que había pude notar que tenía un tatuaje de un alacrán en su brazo derecho...

— Pero mira como estás ahora, toda lastimada...— Dijo el hombre del tatuaje con una sonrisa fría y poniendo su mano derecha en mi mentón...

— Oye, ¿Seguro que quieres hacer esto?...— Dijo el chofer un poco asustado...

— Que, ¿Acaso tienes miedo?...— Dijo el hombre del tatuaje mientras volteaba a ver al chofer sin soltar mi mentón...

— Si los jefes se enteras que estuvimos aquí nos van a matar...— Dijo el chofer viendo al hombre del tatuaje directo a los ojos...

— Tranquilo, no se enteraran, están ocupados atendiendo al señor Keslar, no se enteraran de que estuvimos aquí...— Dijo mientras se volteaba a verme a mí nuevamente...

— Ahora tu pequeña me cobraré lo que me debes...—

Me dijo mientras pasaba su lengua por sus labios...

— Solo hazlo rápido y vámonos antes de que nos descubran...— Dijo el chofer volteándose para no ver hacia nosotros...

— Si, si, lo que tú digas...— Le respondió mientras se levantaba...

El hombre del tatuaje levantó su brazo derecho y con su mano me agarro de la nuca me arrastro hasta estar hincada enfrente de él…

Con su mano izquierda acaricio mi cachete izquierdo así como también mis labios...

— Que lindos labios tienes...— Me dijo mientras hacia una sonrisa...

Yo no podía moverme mucho, pues estaba débil y sentía que todo mi cuerpo estaba hirviendo, de repente el hombre del tatuaje desabrochó su pantalón...

Luego puso su miembro enfrente de mí, yo estaba confundida, pues mi cabeza empezaba a ponerse el blanco...

— Vamos lindura, habré tu boca para mí...— Me dijo con una voz grave y un poco sensual...

Hipnotizada por su voz obedecí sin más y él metió su pene en mi boca, empezó a sacudir sus caderas, yo puse mis dos manos sobre sus piernas...

De repente él comenzó a acelerar el ritmo, haciendo que su miembro llegara profundamente en mi garganta, sentía que su miembro estaba hinchando a punto de soltar algo…

De inmediato él puso sus dos manos en mi cabeza, empujándome hacia adelante, sentía que me iba a hogar y eso hizo que reaccionara, empecé a luchar para alejarme de él...

Con mis manos lo empecé a golpear, pero no podía hacerle nada, el término en mi boca, de repente me soltó y me empujo al suelo, cuando caí al suelo vi un cristal que estaba cercas de mí...

— Cariño esto está comenzando...— Me dijo con una mirada hostil y una mirada fría...

Se comenzó a acercar de nuevo y cuando estaba enfrente de mí, le encaje el cristal en su pierna izquierda, me levante como pude e intentaba correr a la salida...

— ¡MALDITA DESGRACIADA!, ¡QUE NO SE ESCAPE!, ¡AGÁRRALA!...—Gritaba furioso mientras intentaba sacarse el cristal...

De repente sentí que alguien me agarraba de mi brazo derecho, voltee para ver quien eres, el que me había atrapado era el chofer, se me había olvidado que también estaba en la habitación...

— Lo siento linda, pero no puedes irte...— Dijo con una voz y una mirada fría...

Me llevo de nuevo con el hombre del tatuaje y me aventó al suelo, empezó a cortar mi blusa así como también desabrocharon mi pantalón...

El chofer me tenía agarrada de mis brazos, intentaba luchar para liberarme, pero era inútil, ¿Por qué me pasa esto?, ¿Yo que hice para merecer esto?, ese hombre despreciable que más quiere de mí...

— ¡NO!, ¡DÉJAME!, ¡ALÉJATE DE MÍ!

¡ERES ASQUEROSO, NO ME TOQUES!...— Comencé a gritar mientras lloraba...

NARRA ALEX

Después de dejar a la chica en el sótano, fui a ver como estaba Emmett y el médico dijo que estaba fuera de peligro, pero que tenía que descansar y que pronto despertaría...

— Maldita sea, quien pudo haberlo atacado...— Dije con rabia...

— Lo he estado investigando y al parecer pudo ser, bueno ya sabes quien…— Me respondió diego, que estaba sentado en un sillón enfrente de la cama de Emmett...

— ¿QUÉ?, ESA MALDITA PERRA...— Grite con rabia..

— Baja la voz o despertarás a Emmett, mejor hay que salir, vamos para abajo...— Dijo Diego mientras cerraba su laptop y se levantaba del sillón...

Salimos de la habitación de Emmett, bajamos las escaleras para llegar a la sala de la mansión, Diego me dijo que el atentado lo pudo haber ejecutado la exnovia de Emmett...

Cosa que no podía entender por qué después de tanto tiempo esa mujer haya querido hacer eso, me llena de rabia, pero si le contamos esto a Emmett, como reaccionara...

— Alex, ¿Deberíamos de decirle esto a Emmett cuando despierte?...— Me pregunto mirándome a los ojos...

— Esto es algo delicado y no tengo la menor idea, si deberíamos decirle o no...— Le respondí cerrando mis ojos y un poco preocupado...

— Así, sobre la chica que piensas...— Le pregunte mientras me sentaba en un sillón rojo de la sala...

— Pienso que ella, bueno me parece que estaba intentando ayudar a Emmett, tenía las manos llenas de sangre y la cabeza se Emmmett estaba en sus piernas...— Me respondió cruzando sus brazos y poniendo su mano derecha en su mentón...

— ¿Deverdad crees eso?...— Le pregunte desconsertado...

— Si, deberíamos de ir con ella y ver como esta...— Me dijo con una voz seria...

No podía creer lo que Diego me estaba diciendo, pero haciendo me moría fue casi lo mismo que me dijo esa chica, a lo mejor Diego tenía razón...

— Si eso crees, vamos a verla...— Le respondí cerrando mis ojos levantándome del sillón...

Una vez que me levante nos dirigimos hacia el sótano, cuando llegamos la puerta estaba abierta, Diego y yo escuchamos unos gritos...

— ¡NO!, ¡DÉJAME!, ¡ALÉJATE DE MÍ!

¡ERES ASQUEROSO, NO ME TOQUES!...— Se escuchaba que gritaba la chica...

Rápidamente, Diego y yo corrimos a la habitación, no podía creer lo que estaba pasando, pues claramente di órdenes de que nadie entrara, ni tocar a esa chica, pero dos de mis hombres estaban intentando violarla.…

— ¡¿QUÉ DEMONIOS CREEN QUE HACEN PAR DE INÚTILES!?...— Grito Diego con ira...

— ¡TENÍAN ÓRDENES DE NO ENTRAR AQUÍ!, ¡QUIEREN QUE LOS MATE!...— Grite con furioso...

Mientras nos acercábamos hacia ellos, los dos voltearon a vernos, sus ojos estaban llenos de miedo y de repente soltaron a la chica...

Ella estaba muy mal, estaba herida de una pierna, tenía cortadas en sus manos y su blusa estaba rasgada con su pantalón abajo...

— Jefe no es lo que parece…— me dijo uno de mis hombres con la voz temblorosa y con miedo...

— A no, y que es lo que estoy viendo….— Le dije con una mirada fría y con una voz hostil...

— Bueno es que escuchamos un ruido y pensábamos que la chica quería huir por la ventana...— Me dijo el hombre que era mi chofer con miedo...

— ¡PERO QUÉ ESTUPIDEZ ME ESTÁN DICIENDO!...— Les grité con rabia e ira...

— ¡CREEN QUE SOMOS TAN ESTÚPIDOS COMO PARA CREER SEMEJANTE EXCUSA!...— Grito Diego a punto de perder el control...

Es muy raro cuando Diego pierde el control, pero podía entenderlo, yo también quiero agarrarlos a golpes, pero lo primordial es sacar a la chica de aquí y llevarla a un hospital...

— No tenemos tiempo para esto, Diego llama a unos hombres, que encierren a estos idiotas, llevemos a esta chica al hospital y trae su bolso...— Le dije a Diego mientras agarraba a la chica...

—De acuerdo, te veo en el coche...— Me dijo mientras hacia una llamada...

Cuando toque a la chica sentí que estaba hirviendo en calentura, no podía sostenerse pues estaba muy herida...

— Resiste te llevaré al hospital...— Le dije mientras la cargaba en mis brazos...

— Gracias...— Me susurro con una voz muy débil...

Cuando la llevaba cargando hacia el auto, me hizo recordar a mi hermana, pero era imposible que mi hermana estuviera con vida, bueno yo pienso que murió, ya que llevo años buscándola y no la he encontrado...

De repente la chica se desmayó, llegue a mi auto que era un camaro plateado coloque a la chica en la parte de atrás con cuidado, Diego ya estaba en el asiento del copiloto y yo me subí a manejar...

Después de unos 10 minutos llegamos a un hospital, rápidamente ordené una habitación privada y que la entendieran lo más pronto posible...

— Alex tranquilo, llegamos tiempo.— Me dijo Diego al ver que estaba preocupado por la chica...

Cosa que nunca me había pasado, yo preocupándome por una chica que ni conozco, pero algo dentro de mí me impulsaba a hacerlo…

— Si, bueno, tienes el bolso de esa chica verdad...— Le pregunte mientras ponía mi mano derecha en mi nuca y cerrando mis ojos...

— Si, aquí la tengo, tiene un celular y al parecer no tiene contraseña...— Me dijo mientras me enseñaba el bolso y sacaba el celular...

— Entonces haz una llamada a alguien que ella conozca...— Le dije mientras lo miraba a los ojos...

— De acuerdo, ya la hago...— Me respondió mientras buscaba un número en el celular...

Después de unos segundos Diego comenzó a hacer una llamada con el celular de la chica, lo puso en alta voz y se escuchó una voz….

—¿Bueno, Stella?, ¿Estás bien?, ¿Dónde estás?...— Se escuchó una voz de preocupación...

— Disculpe señorita, ¿Es usted amiga de la dueña de este célula?...— Pregunto Diego con amabilidad...

— ¡¿He?!, si yo soy su amiga y ¿Usted quien es?, y ¿Dónde está mi amiga?...— Respondió alterada...

— Tranquila señorita, su amiga está en el hospital del centro de la ciudad, en una habitación, el número de la habitación es el "10", cuando pueda, venga a ver como sigue...— Le respondió a la chica con una voz cálida...

Después de eso Diego colgó la llamada, al doctor que atendió a la chica le dijimos que no dijera quien la había traído, además de que dejamos los gastos pagados de 1 semana para que la chica pudiera recuperarse bien...

Nos fuimos del hospital, para ver como estaba Emmett, además de que ya estaba por amanecer y teníamos un pendiente más que hacer...

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