Mientras Zhao luchaba contra Long Wang en la dimensión del Rey Dragón del Océano, sus aliados se encontraban en medio de una batalla feroz en el mundo terrestre. La entrada a la dimensión de los Nueve Dragones Celestiales estaba fuertemente custodiada por el ejército demoníaco y los soldados bajo el control de Hǔnluàn.
Li, el antiguo amigo, luchaba con destreza contra una horda de demonios. Su espada,que Zhao le había dado, brillaba con una luz mística mientras cortaba a través de las filas enemigas. Lian, con sus poderes oculares mejorados, identificaba las debilidades físicas de los demonios y daba instrucciones a sus compañeros para derrotarlos con eficacia.
Mientras tanto, Zhong Kui, el anciano cazador de demonios, se mantenía firme, protegiendo a Chun Zeng, la hermana adoptiva de Zhao, de los ataques demoníacos. Su experiencia en la lucha contra criaturas sobrenaturales era un recurso inestimable.
Li: (Gritando) ¡Mantengan la formación! ¡No podemos permitir que los demonios rompan nuestras filas!
Lian: (Señalando a los puntos débiles) ¡Concéntrense en estas áreas! ¡Son sus puntos débiles!
Mientras el caos reinaba a su alrededor, los aliados se mantenían unidos, confiando en su entrenamiento y en la fortaleza de su unidad. Entre los combates, comenzaron a intercambiar palabras de ánimo y estrategia.
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Zhong Kui: (Serio) Es cierto. Nuestro objetivo es abrir el camino hacia Hǔnluàn. Confío en que Zhao lo logrará.
Mientras continuaban su feroz lucha, una puerta dimensional se materializó cerca de ellos, anunciando el regreso de Zhao. A medida que el humano victorioso emergía del portal, todos los aliados se volvieron para recibirlo.
Zhao: (Respirando agitado) Lo he logrado. Long Wang ha sido derrotado.
Li: (Sonriendo) ¡Bien hecho, Zhao! Sabíamos que podrías hacerlo.
Lian: (Asintiendo) Ahora, podemos avanzar hacia la siguiente dimensión.
Zhao: (Decidido) Pero primero, debemos asegurarnos de que todos estén listos para enfrentar lo que viene. La batalla aún no ha terminado.
Con su victoria sobre Long Wang, Zhao había allanado el camino hacia el siguiente desafío: enfrentarse al siguiente de los Nueve Dragones Celestiales en su búsqueda para llegar a Hǔnluàn. Unidos y con el espíritu renovado, el grupo se preparó para lo que estaba por venir en su peligrosa misión para detener al rey demonio.
Zhao, habiendo triunfado sobre Long Wang en la dimensión del Rey Dragón del Océano, se preparó para enfrentar al siguiente de los Nueve Dragones Celestiales en su búsqueda para llegar a Hǔnluàn. Avanzó hacia la siguiente puerta dimensional, sus aliados a su lado, listos para enfrentar cualquier desafío que se presentara.
Cuando cruzaron la puerta, se encontraron en un paisaje completamente diferente. Esta vez, estaban en un exuberante bosque, donde la vegetación era exuberante y las criaturas espirituales merodeaban por doquier. Zhao sabía que estaba en la dimensión de otro de los Dragones Celestiales y se preparó para el próximo enfrentamiento.
La atmósfera estaba cargada de energía, y podían sentir la presencia del siguiente dragón en algún lugar del bosque. No pasó mucho tiempo antes de que una figura majestuosa emergiera de entre los árboles. Era un dragón de color verde esmeralda con un cuerpo serpenteante y ojos centelleantes.
Zhao: (Con determinación) Estoy listo para enfrentarte. Sé que debemos luchar para avanzar en nuestro camino hacia Hǔnluàn.
El Dragón Celestial, conocido como Ao Guang, el Dragón Rey del Mar Oriental, observó a Zhao con una mirada penetrante.
Ao Guang: (Con una voz profunda) Humano, eres valiente al desafiarme. Pero antes de avanzar, debes superar mi prueba.
Con eso, Ao Guang lanzó un rugido que sacudió el bosque. De repente, el entorno cambió, y Zhao se encontró rodeado por una tormenta furiosa. Rayos y truenos iluminaron el cielo, y la lluvia caía en torrentes. Ao Guang tenía el control absoluto sobre los elementos del agua y el clima.
Zhao: (Concentrado) De acuerdo, enfrentemos tu prueba.
La batalla entre Zhao y Ao Guang fue una lucha de proporciones épicas en medio de la tormenta. El dragón controlaba el agua con destreza, creando olas gigantes y poderosas corrientes que intentaban arrastrar a Zhao. El agua se convertía en látigos y cadenas que se retorcían en su dirección.
Zhao, sin embargo, no se dejó intimidar. Canalizó su energía espiritual y creó una barrera protectora a su alrededor para resistir el embate de las olas. Con su espada en mano, se lanzó hacia Ao Guang, enfrentando las fuerzas de la naturaleza con determinación.
Cada golpe y cada parry eran un baile en medio de la tormenta. Zhao luchó contra las embestidas del dragón, buscando una apertura en su defensa. Ao Guang respondía con chorros de agua presurizada que disparaba como proyectiles, pero Zhao los esquivaba con agilidad.
Zhao sabía que no podía derrotar a Ao Guang con esa estrategia. Necesitaba encontrar una manera de aprovechar la ventaja del dragón sobre el agua y el clima. Entonces, tuvo una idea. Con un movimiento rápido, canalizó su energía espiritual en una espada y la clavó en el suelo.
Al hacerlo, creó una corriente de energía que absorbió el agua de lluvia circundante y la dirigió hacia Ao Guang. El dragón rugió de sorpresa cuando el agua de lluvia se convirtió en una lanza acuática que lo golpeó de lleno.
Continuará....
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