Después de cuatro años de entrenamiento en el mundo espiritual junto a su maestro Zhong Kui, Zhao finalmente regresó al mundo terrestre. Sus habilidades habían alcanzado un nivel que lo convertía en un ser de un poder colosal, listo para enfrentar a Hǔnluàn, el rey demonio.
A su llegada al mundo terrestre, Zhao se encontró con un paisaje que había cambiado desde su partida. Los aliados que había conocido anteriormente habían estado ocupados en su ausencia, preparándose para la batalla que se avecinaba. Se reunió con ellos en un lugar secreto donde discutieron su plan para enfrentar a Hǔnluàn.
Entre sus aliados se encontraban Lian, quien había continuado sus estudios sobre los poderes oculares y ahora podía ver con mayor claridad las estadísticas físicas de las personas. También estaba el anciano cazador de demonios, Zhong Kui, quien aportó su experiencia y conocimientos sobre el mundo espiritual,Li el cual se enteró de todo y decidió apoyar a su amigo.
Además, se unieron a su causa otros cazadores de demonios que habían escuchado sobre la amenaza de Hǔnluàn y se habían unido a la lucha. Estos cazadores aportaron su experiencia en la caza de criaturas sobrenaturales y ampliaron la red de apoyo de Zhao.
El grupo también incluía a seres espirituales benevolentes que habían decidido ayudar a Zhao en su misión. .
Zhao: (Decidido) Hemos entrenado duro y hemos reunido un equipo formidable. Es hora de enfrentar a Hǔnluàn y poner fin a su reinado de terror de una vez por todas.
El grupo asintió decidido, sabiendo que la batalla que se avecinaba sería la más difícil de sus vidas. Unidos por un propósito común, se dirigieron hacia el lugar donde se creía que Hǔnluàn tenía su fortaleza. El destino del mundo estaba en juego, y estaban listos para enfrentar cualquier desafío que se interpusiera en su camino.
El grupo de aliados se reunió en una sala secreta, iluminada solo por tenues velas que proyectaban sombras danzantes en las paredes. Todos estaban ansiosos por discutir la estrategia que los llevaría a la batalla final contra Hǔnluàn, el rey demonio.
Zhao, como líder, tomó la palabra: "Primero, debemos reconocer la amenaza que enfrentamos. Hǔnluàn es poderoso y astuto. Ha reunido un ejército demoníaco y ha extendido su influencia por todo el reino. Nuestra misión es infiltrarnos en su fortaleza y enfrentarlo directamente".
Lian, con sus poderes oculares, aportó información valiosa: "Mis habilidades me permitirán detectar las estadísticas físicas de los demonios y las trampas que puedan estar presentes en su fortaleza. Podremos evitar las emboscadas y movernos con precaución".
Zhong Kui, el anciano cazador de demonios, intervino: "También debemos recordar que Hǔnluàn tiene aliados entre los humanos que están bajo su influencia. No podemos confiar en nadie que no haya sido probado por nosotros mismos. La traición es una amenaza constante".
Chang, el espíritu guardián del mundo espiritual, agregó su sabiduría: "Cuando lleguemos al mundo espiritual, mi conocimiento nos guiará a través de los peligros que allí se presenten. Pero debemos estar preparados para enfrentar a las criaturas que Hǔnluàn ha subyugado".
Chun Zeng, la hermana adoptiva de Zhao, habló con determinación: "Nuestra unidad y confianza serán nuestras mayores fortalezas. Conocemos los riesgos que enfrentamos, pero también sabemos que esta es nuestra única oportunidad de poner fin al reinado de terror de Hǔnluàn".
El grupo asintió en acuerdo. Habían forjado una alianza basada en la confianza y la determinación. Sabían que enfrentarían desafíos inimaginables, pero estaban dispuestos a luchar hasta el final por la paz.
Zhao: (Resuelto) Mañana, al amanecer, partiremos hacia la fortaleza de Hǔnluàn. Prepárense y descansen bien esta noche. El destino del mundo está en nuestras manos.
Con esa declaración, el grupo se dispersó para prepararse para la batalla que se avecinaba. Cada uno tenía su papel que desempeñar, y todos estaban decididos a dar lo mejor de sí en la lucha contra el rey demonio Hǔnluàn.
En medio de la discusión estratégica, Zhong Kui, el cazador de demonios, mencionó un detalle crucial que conocía por su vasto conocimiento en la lucha contra las fuerzas oscuras.
Zhong Kui: (Serio) Hay un detalle importante que debemos considerar. La fortaleza de Hǔnluàn está protegida por los Nueve Dragones Celestiales. Cada uno de estos dragones representa un poderoso obstáculo en nuestro camino.
Zhao y los demás aliados intercambiaron miradas de preocupación, conscientes de la magnitud de la amenaza.
Zhao: (Intrigado) ¿Quiénes son estos Nueve Dragones Celestiales?
Zhong Kui procedió a explicar, detallando a los dragones más importantes y poderosos de la mitología china que custodiaban el reino de Hǔnluàn:
**Long Wang** - El Rey Dragón del Océano. Controla las aguas y las mareas con su inmenso poder acuático.
**Ao Guang** - El Dragón Rey del Mar Oriental. Su fuerza es legendaria y puede convocar tormentas furiosas.
**Ao Qin** - El Dragón Rey del Mar del Sur. Su sabiduría es inigualable, y su conocimiento en magia lo hace peligroso.
**Ao Run** - El Dragón Rey del Mar del Oeste. Posee un aliento de fuego que puede destruir todo a su paso.
**Ao Shun** - El Dragón Rey del Mar del Norte. Es conocido por su habilidad para controlar las corrientes marinas y crear vientos feroces.
**Shenlong** - El Dragón Espiritual. Puede controlar el clima y traer lluvia y tormentas con su presencia.
**Tianlong** - El Dragón Celestial. Tiene la capacidad de volar a través de los cielos y crear vientos poderosos.
**Fucanglong** - El Dragón del Tesoro Subterráneo. Protege riquezas y tesoros ocultos bajo tierra y posee un aliento de fuego abrasador.
**Dilong** - El Dragón de la Tierra. Es el guardián de los ríos y arroyos subterráneos, y puede causar terremotos con su ira.
La revelación de la existencia de estos Nueve Dragones Celestiales pesaba sobre el grupo. Eran guardianes formidables que debían enfrentar si querían llegar a Hǔnluàn.
Zhao: (Determinado) No importa cuán poderosos sean estos dragones, no podemos retroceder ahora. Debemos estar preparados para cualquier desafío que encontremos.
Con esta nueva amenaza en mente, el grupo continuó su preparación, sabiendo que enfrentar a los Nueve Dragones Celestiales sería una tarea monumental. Pero su determinación de poner fin al reinado de terror de Hǔnluàn seguía siendo inquebrantable.
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