Dieciséis

Aproximadamente dos horas más tarde de aquella conversación estaban David y Ciara parados frente a su hijo después de un vuelo estresante.

- ¿De verdad no recuerdas a ninguna mujer con ese apellido?- intentaba burlarse de su padre el joven.

- No te pases Santino, ya te dije que no, en aquella época yo estaba un poco loco y lo que menos le preguntaba a una mujer era su apellido.- David se notaba súper nervioso.

- Amor, debes calmarte, esto tiene que ser con tranquilidad, todavía no sabemos si en verdad es tu hija. - le pidió Ciara.

- Ciara,  tú te imaginas, si es en verdad mi hija, yo estuve ajeno toda la vida, no la vi crecer y sabe Dios lo que piense ella de mi, yo le he dado mi amor a mis hijos incondicionalmente siempre, y tenía otra hija sin saber y sin recibir nada de mi.

- ¿ Quieres ver una foto de ella?- el joven le extendió su teléfono tratando de contener la ansiedad de su padre- Se la hice sin que ella supiera, mientras me esperaban afuera del restaurante,  cuando fui a buscar los cubiertos y a pagarle al camarero.

- Dios David,  de verdad es muy parecida a tu madre.- escuchó a su mujer hablar.

- Vamos ahora mismo a ese laboratorio del que me hablaste, ya no puedo seguir esperando- David le entregó el teléfono a su hijo y casi le arrebató la bolsa con los cubiertos que tenía en las manos el joven.

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- Qué tú estás loco Óscar.- le gritó su padre mientras estaban en la oficina de la naviera Roberts- Y esa mujer es una descarada que abusa de la amistad que tienen proponiéndote algo como eso.

- No escandalices papá, es solamente un favor que le haré,  no será de verdad.- trató Óscar de que su padre se calmara.

- No será de verdad pero te vas a comprometer con ella y después casarte, me imagino que firmarán un acuerdo prenupcial.- el hombre quería que su hijo abriera los ojos.

- Por supuesto papá,  esta es tu empresa, yo no la pondría en peligro nunca y puede que yo confíe mucho en ella, pero en su familia no, no voy a arriesgarme a que por ayudarla pierda una parte de lo que a ti te ha costado tantos años mantener. - seguía el joven tratando de que su padre no se alterara más.

- Te juro que no acabo de entender que necesidad tienes de casarte con ella.- seguía el señor Roberts caminando de un lado al otro de la que fue su oficina por muchos años.

- Es solamente un favor papá,  su familia está en problemas económicos y al ella casarse con alguien que supuestamente respalde sus negocios,  el padre podrá encontrar nuevos inversores, es sólo por dos años, después nos divorciamos y punto.

- Pero no te das cuenta,  te está utilizando para pescar ingenuos, te está cogiendo de pantalla para sus negocios.

- No papá,  yo no voy a entrar en sus negocios,  ni le presentaré a nadie para que los haga, esa es una de las condiciones que puse, el contrato que firmaremos no sólo incluye el tema de esta empresa y mis bienes, también incluye que mi nombre o mi persona no serán utilizados para nada por su familia. - siguió el joven tratando de que su padre lo entendiera.

- Haz lo que quieras,  ojalá esto no te pase factura, pero si te advierto, busca donde vivir,  a ella no la quiero en mi casa y si la veo aquí tratando de mandar o molestando a alguien,  le diré unas cuantas cosas, además de prohibirle la entrada.- le dijo como una advertencia.

- No te preocupes,  ya arreglo todo, ella es alguien difícil y sé que tú no la quieres cerca, pero esto es solo un favor de amigos, de verdad papá.- le contestó.

- Un amigo no le pide a otro que se deje usar como mercancía de cambio.- le dijo su padre y salió de la oficina dejándole un portazo que se escuchó en todo el edificio.

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- ¿Tres dias?- se escuchó la exaltada voz de David en la recepción del laboratorio al que habían encargado el análisis de la muestra de adn y la chica que los atendía parecía querer desaparecer.

- Es el protocolo señor.- le dijo como si temiera que de un momento a otro el hombre saltara a su yugular y se la traspasara con sus dientes.

- No me interesa el protocolo.- volvió a decir y su mujer y su hijo miraron con extrañeza al hombre que nunca perdía los estribos.

- Papá,  creo que tienes que calmarte, ella es solamente la persona que te está informando y no puede hacer nada más. - trató de calmarlo Santino y la chica vio un alivio en la situación.

- Sí cariño, cálmate, tienes a la chica asustada.- David miró a la menuda mujer que los atendía y sintió vergüenza.

- Perdone señorita, lo siento.- fue lo único que dijo y salió como una flecha del lugar y Santino le hizo una seña a su madre para que lo siguiera.

- Señorita,  hay alguien con quién yo pueda hablar para ver si se puede adelantar el resultado.- le dijo el pelinegro a la mujer muy calmadamente, tratando de borrar la primera imagen causada.

- El Doctor encargado de todo está aquí,  pero no le garantizo que lo atienda, es un hombre muy ocupado. - le contestó la chica.

- Haga el intento por favor, dígale que soy Santino Parisi.- la mujer abrió los ojos al escuchar el apellido y salió con pasos rápidos a un lugar dentro del laboratorio.

Cuarenta minutos después salía Santino del edificio para encontrarse con sus padres en un pequeño pero muy bonito parque que tenía a un lado el laboratorio.

- Listo, mañana nos darán los resultados.- les dijo y el rostro de David se alumbró- Y ahora soy un filántropo que hace aportes para la investigación del no se qué en no sé que lugar, pero que va a ayudar mucho, pero yo no entendí una mierda de que se trata todo lo que van a hacer con mi dinero, la abuela tendrá trabajo.- continúo hablando con desgano, pero sin verlo venir recibió un abrazo de su padre.

- Gracias hijo- le dijo apretándolo- Mi familia es el mejor regalo que me ha dado la vida, y al parecer no va a dejar de alegrarme si va a seguir creciendo.

- Gracias a ti papá, tú también eres lo mejor de esta familia- le contestó el chico sin separarse- Pero tienes que controlarte, si todo sale positivo esto es sólo el comienzo, sabemos muy poco de ella o de su vida o de que piensa sobre encontrar a otro padre a estas alturas.

- Lo sé y trataré de aguantarme, pero no dejo de pensar que estuvo sin mi amor este tiempo.

- Papá,  me vas a hacer sentir culpable,  yo me quedé con lo que a ella le correspondía. - Santino se sintió aludido con la situación,  al final él no era el verdadero hijo del hombre.

- Santino, eso no vuelvas a decirlo nunca.- el hombre se separó para mirar la cara de su hijo- Tú y tu hermano son, de todo lo bueno que me trajo la vida, lo mejor, tú eres mi hijo y lo serás siempre,  no importa lo que diga la genética y si Dios quiere tendrán otra hermana.

- Casi me siento desechada- bromeó Ciara a un lado de ellos.

- Tú eres la causa de todo lo bueno mi amor- le dijo David a su mujer y ahora soltó al pelinegro para abrazar a su madre.

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