¿Eres feliz?

— No soy bueno para ti. — Dijo esas palabras y no entiendo el porqué. — Escucha bien lo que te voy a decir, porque no lo pienso volver a repetir. Su mandíbula se tensa como si le causara incluso molestia el tener que pronunciar aquellas palabras. — Huye de mí mientras puedas hacerlo, si lo haces ahora, cambiaré la página y permitiré que continúes sin mí, no haré nada para detenerte, pero si después de lo que te he dicho, deseas quedarte a mi lado, ya no te dejaré ir. — Me quedo de piedra frente a él, cualquier cosa hubiese esperado luego de lo que acababa de decir, menos aquellas palabras. Solo puedo guardar silencio tratando de procesar la información mientras él conduce rumbo al apartamento, pero a unas pocas calles de llegar a nuestro destino se desvía y me lleva hasta un hotel muy reconocido en la ciudad por su ambiente romántico en cada espacio. Se baja y abre la puerta para mí. — ¿Has pensado en lo que te dije?

— Lo miro y la verdad es que no sé qué decir, ni siquiera entiendo el porqué de sus palabras.

— No entiendo, realmente no entiendo nada de lo que me has dicho esta noche, primero me besas y te muestras preocupado, luego me pides ser tu novia, cuando te digo que te amo me dices que debo alejarme y ahora me traes a este lugar.

— Dije que no volvería a repetirlo, si en este momento permites que te tome de la mano e ingresas conmigo, consideraré que a pesar de lo que soy y lo que he dicho, te quedas conmigo, pero si no lo haces, te llevaré al apartamento o a casa de tus abuelos y no volverás a verme. — Habla con gran firmeza en el tono de su voz mientras me tiende la mano. Esa misma sensación que sentí desde la primera vez que lo vi, cuando intuí que debía mantenerme lejos se vuelve a instalar en mi pecho. Aun así ¿Qué mujer ilusionada no cree que puede cambiarlo todo con amor y paciencia? Lo miro fijamente a los ojos, su mirada se desvía de su mano aún vacía y se centra en mis ojos. Suspira y asiente cuando siente mi mano sobre la suya.

— Me arriesgo.

— Puede que rompa tu corazón. — Confiesa.

— Puede que sane el tuyo. No olvides que soy tu ángel, un ángel protector. — Le digo mientras sonrío y él me mira y no puedo descifrar lo que siente en este momento, es como una caja fuerte, con una clave que no sé si algún día lograré descifrar.

Al entrar en el hotel, las luces son tenues, hay imágenes de enamorados por doquier, rosas blancas decorando el lugar y se abre espacio entre velas hacia una terraza exterior donde esta noche solo hay una pareja, esa pareja somos Azrael y yo.

— ¿Has reservado el lugar? Debió costar mucho.

— Digamos que el dueño me debe un par de favores. — Abre la silla para mí y cuando se asegura de que me encuentre cómoda se sienta frente a mí.

— ¿Y los empleados? — Pregunto al ver que únicamente había seguridad en la parte exterior.

— No quiero a nadie a nuestro alrededor, puedo atenderte. Elegí champán, pero si te apetece algo diferente, no dudes en decirme. — Sonrío al ver lo atento que es.

— Así es perfecto. — Él procede a ponerse en pie y destapa la botella, posteriormente sirve un par de copas y me entrega una, luego vuelve a sentarse. — La cena estaba lista, no contaba con la invitación de tu abuelo.

— Gracias.

— No tienes que agradecer.

— Pero quiero hacerlo. Aún no lo puedo creer, ¡somos novios! — Le digo y de solo imaginarlo mi rostro se sonroja y sonrío.

— ¿Eres feliz?

— Tú me haces feliz. — Le digo sin apartar la mirada de la suya.

— Salud por eso. — Levanta la copa mientras sonríe y yo hago lo propio.

Después de un rato, nos encontramos en el jardín, caminamos tomados de la mano.

— ¿Puedo preguntar algo?

— Adelante. — dice sin detener el paso.

— ¿A qué te refieres con que no eres bueno para mí? — No responde, hace que gire y quede de frente a él.

— A que no lo soy, pero ya has tomado una decisión ¿Te arrepientes?

— No. — Respondo de manera contundente. Él vuelve a besarme, me pierdo en el sabor a menta de su boca y su olor, sus manos acarician mis hombros descendiendo hasta tomar mis manos, entrelaza nuestros dedos, los suelta y se aferra a mi cintura apegándome a su cuerpo. Por primera vez siento su miembro rosando mi vientre bajo y debo admitir que aunque es algo nuevo, me agrada saber que despierto pasión en él, sus besos lentamente bajan a mi mentón, cuello, hasta llegar a mi escote. Levanta la mirada y me mira a los ojos esperando mi aprobación. Asiento levemente y él besa mis seno* por encima de la tela, me toma de los glúteos y como acto reflejo mis piernas rodean sus caderas sintiéndolo aún más. Camina conmigo sin dejar de besarme hasta llegar al ascensor, de manera ágil usa los botones y en cuestión de segundos descendemos e ingresamos a una habitación.

— Te quiero sentir. — Susurra a mi oído. — Nunca en toda mi existencia he deseado tanto algo como el saberte mía.

— Yo... Yo, no estoy segura.

— Entonces déjame llegar hasta donde así lo desees, ¿Puedo?

— Puedes. — Es mi respuesta, al escucharme me deposita lentamente sobre la cama

— No tengas miedo, solo llegaré hasta donde tú lo desees. — Dice aquello sin saber que tengo más miedo de mis propios deseos que de él.

Se deshace de su saco y así mismo de la camisa blanca ante mi mirada, siento que mi cuerpo arde, pero la vergüenza me hace bajar la mirada. Lo escucho sonreír mientras se acerca y vuelvo a mirarlo, su cuerpo es perfecto, sus brazos son fuertes, su abdomen definido y el tono de su piel es una invitación al pecado. Sube a la cama y lentamente abre los botones de la blusa que traigo puesta, con la parte externa de sus dedos índices acaricia mis montículos ya erectos por su tacto y un leve gemido escapa de mis labios, abre lentamente la tela dejando mi pecho expuesto a su mirada que los contempla y luego vuelve a mis ojos, se recuesta sobre mí y vuelve a besarme mientras con el codo derecho se apoya a un lado de mi cabeza y con su mano izquierda masajea sutilmente mi cen* derecho arrancandome  un nuevo gemido, esta vez más sonoro.

Aléjate de mí y hazlo pronto, antes de que te mienta.

Tu cielo se hace gris, yo ya camino bajo la tormenta

Aléjate de mí, escapa, vete, ya no debo verte.

Entiende que aunque pida que te vayas, no quiero perderte…

(Aléjate de mí — Camila)

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Comments

Mabel Figueroa

Mabel Figueroa

cómo alejarse si ya está cautiva por él??? 👿🔥🔥

2024-05-20

2

Karen Cardenas

Karen Cardenas

y ya estamos ardiendo 🔥🔥🔥👿👿👿

2024-05-11

0

Merlis Mendoza

Merlis Mendoza

apenas estamos empezando el calentamiento global 🤭🤭

2023-08-30

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