**Vi a Gregory sentado justo al lado de la cama donde me encontraba recostada. Trate de pararme y pegue un chillido de dolor. El abrió sus ojos y rápidamente llego a mi lado.
-¿Qué me paso?- pregunte confusa.
- no creo que sea buen momento para hablar, debes descansar.
- Anoche-dije reflexionando-Querían matarme.
- Elizabeth…
-¿Dónde estoy? -dije tratando de incorporándome.
- Han ocurrido muchas cosas, no sé por dónde empezar, pero… Yo estoy a cargo de ti y de tus hermanas por ahora.
- ¿Qué estás diciendo? Yo no…
- Hay una carta donde tus padres te explican todo- su voz era suave y calmada, no parecía una persona que bromeara, para nada. Lucía muy serio y decidido, pero no era lo único que su mirada reflejaba, aunque tratará de ocultarlo algo de preocupación emanaba de él también.
- ¿Una carta?- pregunte.
- Antes de irse…
- ¿Irse? ¿A dónde? ¿De qué estás hablando?- ¿Esto era una broma?
-No puedo decírtelo- dijo al instante, su voz seguía sin alterarse ni un poco.
-¿Cómo qué no puedes decírmelo?
-No es seguro que lo sepas.
- Espera, la verdad no entiendo de que va todo este tema de la confidencialidad pero…¿Qué no es seguro? ¡Ellos son mis papas! Nadie me ha hecho sentir más segura en toda mi vida que ellos- lógicamente no podía ser cierto, mis padres, nunca me dejarían sola, no a mí, no a la niña que cuidaban más que a su vida.
- Lamento decirte que ellos no pueden cuidarte sin poner su vida al igual que la tuya en peligro, por esa razón deben permanecer ocultos, por ti y por ellos.
- No… no, no entiendo de que estás hablando, por favor déjate de bromas y diles que vengan a verme- finalmente mis palabras parecían suplicas desesperadas.
- Lo siento Elizabeth, no es posible. Desde este momento estas a mi cuidado, es lo mejor para ti- dijo tranquilamente.
- Yo… no entiendo, no sé de qué estás hablando-el me sostuvo mirándome fijamente a los ojos y finalmente me dijo.
- Todo estará bien- Quisiera creerlo pensé, y lo cierto es que los ojos de Gregory eran más sinceros que nunca.
- ¿Podrías dejarme un momento a solas un momento?- le pedí
Gregory salió de mi habitación dejándome en completa soledad y con una incertidumbre que no tenía explicación. ¿Por qué mis padres se irían sin mí? ¿Por qué me dejarían a mi suerte con alguien que ni siquiera conocía? ¿Quién era Gregory Dawson? ¿Por qué le estaban confiando mi vida?
Llena de rabia saque mi teléfono celular del bolso y llame al teléfono de mi mamá “EL NUMERO AL QUE ESTA MARCANDO NO EXISTE” insistí una y otra vez sin hallar respuesta. Desesperada rompí en llanto y fui a buscar la carta que mi mamá había dejado, al destaparla el olor de mi madre impregno la habitación llore en silencio sin hallar consuelo. ¡Quería a mi mamá!, quería que me abrazara y me dijera que todo estaría bien aun cuando no fuera así, quería que mi padre me estrujara fuerte haciéndome sentir que yo jamás estaría sola y que siempre sería su pequeña, quería creer lo que siempre me decía que iba defenderme de todo aquel que quisiera hacerme daño.
Querida Elizabeth:
Hija… Antes de que pienses cualquier cosa, quiero que sepas que tu padre y yo te amamos, te amamos como a nadie en esta vida y aunque te cueste entenderlo estamos haciendo esto para protegerte no es seguro que continuemos a tu lado, ¡Tu vida corre peligro! Gregory es una persona de confianza el sacrificaría su vida por la tuya, no hay mejor compañía que él. No te preocupes por nosotros, estaremos bien, nunca pierdas la fe mi pequeña, aun cuando todo este perdido y no veas la luz, pues no es necesario que la veas ya que tú misma eres luz. Nunca dejes que nadie borre esa sonrisa de tu rostro Elizabeth, Jamás. Te prometo que esto será solo por un tiempo, perdóname por no quedarme a tú lado cuidándote, perdónanos por no ser sinceros contigo, pero estas segura donde estas. Tienes dinero suficiente en tu cuenta para subsistir. Todo estará bien pequeña, mamá y papá siempre estarán a tu lado aun cuando no nos veas. Después de leer esta carta, Quémala.
Te Amamos hoy y siempre
Mamá y Papá.
Tome la carta y la puse en mi pecho y rompí en llanto pensando en mis padres y cuanto anhelaba tenerlos cerca, rompí la carta en pedazos quedando aun el aroma de mi madre en el aire, esfumándose poco a poco. Finalmente la eche en el fuego, mientras sentía que mi madre se quemaba con aquella muestra de amor que había dejado, no entendía que pasaba, no sabía si lo que me había sucedido era un sueño o era real. El dolor de mi cuerpo era evidencia de la verdad que había tenido que pasar la noche anterior, ¿Vampiros? ¿Volando por los aires y queriendo morder mi cuello? no sonaba muy lógico ahora que lo analizaba, nada de esto parecía ser algo lógico, sin embargo, no sabía cómo reaccionar ante una situación tan extrema como esta. Sencillamente no podía ser cierto, quizás era una broma de mal gusto organizada por mis padres por haber desobedecido, muy seguramente mañana todo volvería a la normalidad. Guardaba la esperanza de volver a ver a mi madre para decirle lo mucho que la amaba y pedirle perdón por todo. Me recosté cubierta de lágrimas hasta quedarme profundamente dormida.
Estaba en una plaza repleta de gente, caminaba por calles tratando de descifrar donde me encontraba. Las vestiduras de la gente daban a entender que me encontraba en otra época quizá en el siglo XIX las mujeres vestían de una manera excesivamente incomoda, los hombres con pantalones bota tubo y chaquetas elegantes, su andar con aire de grandeza carruajes que circulaban por las calles, A lo lejos visualice una imagen conocida. Gregory Dawson se encontraba charlando con una señorita que apenas distinguía de espalda.
- Así que por fin descifro el acertijo de su nombre, Señorita Alice Kyteler,- Lo escuche decir.
- Señor Dawson, no debió tomarse la molestia de buscarme -a lo lejos escuche lo que la mujer decía, me acerque a ellos para reconocer la apariencia de la mujer, cuando estuve frente a ellos descubrí algo que me sobresalto, esa mujer era igual a mí, una réplica.
- ¿vive cerca de aquí? ¿Podría acompañarla?- pregunto él.
Una mujer se aproximaba para interrumpir la conversación.
- Alice, tenemos que irnos- Alice sin decir nada se retiró ofreciendo una reverencia a Gregory y este sin contestarle le pregunto.
- ¿La volveré a ver?
- Espero que sí- contesto ella mientras dejaba escapar una fugaz sonrisa mientras desaparecía de su vista. Seguí sigilosamente a mí ‘Replica’.
- ¿Te has vuelto loca? ¿Acaso quieres exponernos? A penas has logrado escapar, aún te siguen buscando y no descansarán hasta verte arder en una hoguera- dijo la mujer mayor.
- Solo charlábamos, además no puedes negar que es bastante apuesto y con los bolsillos repletos de capital que muy seguramente necesitamos- Respondió Alice.
- No hay un nosotras en esto, yo te salve el culo tú debes obedecerme ese fue el trato, así que déjate de estupideces y no te ganes problemas estúpidos- Alice asintió de mala gana, pero sus ojos reflejaban un odio indescriptible, casi podía ver fuego en ellos.
El resto del camino continuó en silencio, Alice cabizbaja y la mujer tomando la delantera del camino se detuvieron frente a una casa que se veía literalmente a punto de caer. La mujer de un salto entro a la casa por la ventana y Alice la siguió, me sorprendió de sobremanera la agilidad de las dos mujeres. Ya estando dentro bajaron al sótano un hedor a muerte llego hasta mí, quede perpleja al ver que el lugar estaba lleno de cadáveres de niños, no pude moverme de donde estaba, maldije a esas dos mujeres por un acto tan vil. Justo en la mitad del sótano en una silla, había una pequeña niña amarrada se le veía poseída, sus ojos hundidos abiertos completamente blancos, una sonrisa diabólica se dibujaba en su rostro, la mujer se dejó ver por fin, era deforme, sus facciones lucían podridas, era algo que no había visto antes ni en las peores películas de terror, ¿Qué podría haber hecho esa mujer para terminar de esa manera? Eso sin mencionar que el lugar en su totalidad parecía sacado de alguna versión completamente actualizada de “CAMINO HACIA EL TERROR” era realmente asqueroso. En ese instante Alice pronuncio unas palabras mirando fijamente a la niña, la pequeña chillaba de dolor mientras se secaba como una pasa. La mujer se embellecía, sus facciones podridas habían desaparecido, su cambio era impresionante.
- Quémalos a todos no dejes rastro y Alice, recuerda lo que te dije, no quiero volver a saber de Híbridos o Vampiros ¿Entiendes? lo último que necesito son más problemas, contigo es suficiente.
- Espera Renata, ¿estás diciendo que Gregory Dawson es un hibrido?- pregunto Alice extrañada.
- No puede ser que no te hayas dado cuenta antes, sí que eres lenta niña, no pensarías que él o Ian Rowling podrían ser tus próximas victimas ¿o sí?- Rio Renata- Ya supéralo Alice, no correrás con esa suerte de nuevo, solo sigue mis órdenes- diciendo esto la mujer desapareció
¿Vampiros? ¿Híbridos? ¿Brujas? No estaba entendiendo ni una sola palabra, un sueño bastante extraño, pero la verdad era que nunca antes había sentido algo tan real.
-Mi querido Abaddón cuanto anhelo verte de nuevo, aceptare sin recelo el nombre que me has dado Alice hija de Diana, restableceré Aradía. Heredero de las tinieblas hazme tuya y lo seré para siempre. Dame tu sabiduría y reinare junto a ti. Despierta mi poder y te daré la llave que tanto anhelas.
Todo se tornó oscuro y de un momento a otro me encontraba en el mismo lugar donde había empezado mi travesía, viendo en los alrededores gente con antorchas, en el centro de la plaza se encontraba Alice amarrada a un árbol.
-Bruja - Decía la multitud enloquecida
- “Hemos oído al Creador maldecir a quienes buscan su propio final; pero aquí, yo les revelo: bienaventurados los que buscan su propio final. Más los humanos de la luz, si buscan su propia muerte, borrarán su memoria; pues no hay libro de luz como lo hay de Oscuridad. Bienaventurados los soberbios, pues ellos serán los Herederos de la oscuridad. Más los humanos de la luz, al ejercer soberbia, se precipitan en su vació abismo de luz”
- Cállate bruja - Pronuncio una anciana
-Mátenla Ahora mismo- pronuncio otro hombre
- ¡Alto! -Gregory apareció en medio de la multitud. De pronto reconocí la silueta de Ian, venía llegando a la revuelta.
- Bienaventuradas son las Criaturas de la Noche que practican la lujuria, como malditos son los humanos que practican el amor- Dijo sin más Alice, mientras ardía en las llamas que habían encendido. Sin dejar escapar algún grito de dolor.
-Vete al infierno y Dios quiera que jamás vuelvas- fue lo último que escuche antes de despertar**.
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Comments
Suky Ribbon
tu trabajo es muy bueno
2020-08-27
1
~Alexandra~
Autora una pregunta que son los híbridos me podrías decir
😊😊😊
2020-08-25
2
Mich❣
muy interesante esta historia te llena de misterio y suspenso
2020-08-20
2