Capítulo 11

La cena había acabado hacía rato, pero nadie se había levantado de sus asientos. Cada uno permanecía allí, observando a los camareros limpiar las mesas mientras participaban en conversaciones simuladas.

Annisa y Camelia seguían insistiendo a su padre para que evaluara la actuación de Riu. Usando la empresa como excusa, dejaron a su padre sin poder de decisión.

Mientras tanto, Riu fingía rendirse para parecer débil. Él creía que el mejor momento para luchar contra un enemigo era cuando pensaban que te tenían en sus manos.

"Amor, necesito usar el baño un momento", interrumpió Vale entre la conversación con sus cuñados.

"De acuerdo, cariño. ¡Ten cuidado!", respondió Riu.

Después de un momento tierno - acariciando suavemente el brazo de Vale mientras mantenían un contacto visual intenso - Vale salió de la habitación. De hecho, no había mucho que hacer en el baño. Vale sólo lo hizo para provocar a Kelvin, que parecía cada vez más alterado. No podía esperar para tener una conversación privada con él. Sería emocionante.

Y, de hecho, poco después de que Vale se marchara, Kelvin también se levantó, alegando que necesitaba recoger su teléfono del dormitorio. Sin embargo, se dirigió al baño y se quedó fuera de la puerta, con el corazón y las emociones ardiendo. No podía esperar mucho más para oír una explicación de Vale.

"Oh, resulta que también vienes aquí. Lo siento, no sabía. Entonces, simplemente relájate adentro", dijo Vale al salir del baño y encontrarse con su ex de pie allí.

"¡Explícame, Vale!", habló Kelvin firmemente, con la mirada brillante.

"¿Qué tengo que explicarte? No creo que haya malentendidos entre nosotros", Vale fingió no entender. Incluso pusieron una expresión confundida.

Kelvin pasó bruscamente la mano por su cabello. Estaba casi frustrado de aceptar la verdad de que la persona a la que aún amaba ahora estaba casada con su tío.

"¿Por qué te casaste con Riu?"

"¿Qué tiene de malo? Él es un hombre y yo soy una mujer, ¿no es normal que nos casemos? No viola ninguna norma religiosa ni social. ¿Porque podría ser un problema?"

"¡Es mi tío!"

"¿Crees que lo sabía?" Vale cruzó los brazos sobre su pecho. "Estuvimos juntos cuatro años ¿alguna vez me presentaste a tu familia? Solo sabía cómo lucían tus padres por fotos en tu teléfono, nunca los conocí en persona", continuaron.

"Está discapacitado, paralizado permanentemente. ¿Qué puedes obtener de un hombre así? No serás feliz, Vale."

"No podrías estar más equivocado, Vin. Soy muy feliz estando casada con él. A pesar de sus piernas paralizadas, él me ama sinceramente. Además, es guapo y tiene una vida estable. No me decepcionaré al enamorarme y casarme con él", Vale respondió con calma. Estaban realmente satisfechos al ver la cara desconcertada de Kelvin.

"Yo soy guapo y estable también, incluso más que él. Soy normal, capaz de satisfacer tus deseos y darte descendencia. Y esas dos cosas no las obtendrás de él."

"¿Qué problema hay con no tener descendencia? Hay muchos niños abandonados, puedo adoptar uno de ellos. Y en cuanto a cumplir deseos... te equivocas. Aunque esté paralizado, Riu siempre me satisface de otras maneras. Siempre estoy encantada con él," Vale respondió con malicia, como si lo que acababan de decir fuera ciertamente verdadero.

"Eres una desvergüenza, Vale." Kelvin empujó a Vale contra la pared. "Estuvimos juntos cuatro años y ni una sola vez quisiste hacer eso conmigo. Pero con Riu... apenas conociéndolo por unos días, ya estás dispuesta a hacer algo tan deshonroso. Eres barata, Vale," continuó Kelvin con una voz sin aliento.

Vale rió alegremente, "¿Barata? Riu es mi marido, ya sabes. ¿Desde cuándo acostarse con tu propio marido se volvió barato? Kelvin, Kelvin, parece que esa palabra te queda mejor a ti."

Kelvin no pudo decir nada más. Su cordura se desmoronaba por las palabras de Vale que siempre daban en el blanco. Hasta que finalmente, las defensas de Kelvin colapsaron. Sin considerar su orgullo, se inclinó ante Vale.

"Confieso, el tonto fui yo. En aquel entonces, fui el idiota. Vale... Hemos estado juntos durante cuatro años. Seguramente no has borrado fácilmente los recuerdos y el amor que una vez existió. Empecemos de nuevo. Prometo amarte siempre y hacerte mi única mujer. Divórciate del tío, y me casaré contigo de inmediato," suplicó Kelvin, rogando por el amor que una vez había desechado.

"No puedo. Ya estoy casada y amo a mi marido," Vale rechazó con firmeza. No era lo suficientemente tonta como para repetir el mismo error.

"Está permanentemente discapacitado. Si no te divorcias de él, cuidarás para siempre a un hombre discapacitado como él. No te dejes engañar por la riqueza que posee. Recuerda, soy hijo único. La riqueza de mamá y papá no va a ninguna parte, soy el único heredero. Si nos casamos, tú también podrás disfrutar de todo."

"No puedo. Mi amor ahora es solo para Riu."

"Eso es imposible, Vale. Hemos estado juntos tanto tiempo, aún debe haber amor por mí." La mirada de Kelvin era exigente, queriendo que Vale volviera a su abrazo.

"Lo creas o no, eso no es asunto mío, lo importante es que he sido honesta."

"Vale, por favor... considérame. Prometo cambiar. Los errores del pasado no se repetirán." Kelvin todavía no se daba por vencido.

"Amo a Riu porque está discapacitado. Si te discapacitaras primero, quizás podría considerarte," Vale respondió, apartando la mano de Kelvin que la había sostenido.

Al oír esa respuesta, Kelvin se frustró enormemente. Inconscientemente, gritó y maldijo a Vale.

"¡Estás loca! Solo las mujeres locas les gustan los hombres discapacitados."

Vale sonrió con aire de suficiencia, "Y tú estás más loco. Persiguiendo sin vergüenza a una mujer loca que claramente te ha rechazado."

Kelvin se quedó inmóvil. Todas las emociones de su corazón parecían atacar de vuelta y le apretaban el pecho, dificultándole la respiración.

Vale aprovechó esa oportunidad para alejarse.

Sin embargo, no mucho después, se detuvo y se volteó.

"La próxima vez, no me llames Vale. Soy tu tía, ¡compórtate con educación!"

Kelvin permaneció inmóvil. Si fuera apropiado, habría rugido en ese momento.

______

El silencio seguía siendo fiel a Vale y Riu, que ahora habían llegado a la habitación. Desde que estaban en el coche hasta ahora, nadie había hablado. Ya fuera una conversación casual o discutiendo el problema anterior.

"¿Sabías desde el principio que Kelvin era mi ex novio?" preguntó Vale después de un largo silencio.

"No desde el principio."

"¿Por qué no me dijiste antes que él era tu sobrino?" preguntó Vale de nuevo, mientras ayudaba a Riu a moverse a la cama.

"¿Qué habría cambiado si hubieras sabido antes?" Riu devolvió la pregunta.

"Al menos podría haberme preparado."

"¿No cuenta lo que acaba de suceder como preparación?"

Vale no respondió. Todo lo que había dicho había sido desmentido por Riu.

"Rompiste el acuerdo. Dijiste que no habría contacto físico, pero antes... besaste mi mano sin permiso," Vale cambió de tema y sacó a colación el error de Riu.

"Si no estás de acuerdo, puedes responder. Haz lo mismo que hice antes," replicó Riu, extendiendo su mano.

Vale abrió los ojos de par en par, "Ese no es el punto. Simulaste hasta que me involucraste físicamente. Eso rompe tu propia promesa."

En lugar de ofenderse, Riu sonrió ampliamente.

"Frente a ellos, sí finjo mucho, pero... nunca te involucro ni un poco. Lo que te hago, en cualquier momento y lugar que sea, nunca es solo fingir."

El corazón de Vale no estaba seguro. Su latido se aceleró instantáneamente, como si quisiera saltar de su lugar. No fingir, ¿qué significaba eso...?

Continuará...

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