Capítulo 9

Cinco días después de la llegada de Sander a Indonesia, Camelia y los demás también aterrizaron allí.

En pleno día, dejaron el aeropuerto de la Capital. Su destino era la casa de Jason. Como estaba previsto, Kelvin también se unió a este retorno. Nadie sospechó de las intenciones ocultas de Kelvin; las mantuvo muy resguardadas.

Al igual que la llegada de Sander. Ninguno entre ellos estaba al tanto, ya que tanto Riu como Jason también habían mantenido estas cuestiones en confidencialidad.

"¿Has contactado a papá?" preguntó Annisa a su hermano.

"Sí. El discapacitado dice que él también está en casa."

"Bien. Estoy deseando ver a la mujer que se ha convertido en su esposa. Seguro que es de mal gusto y avariciosa." Annisa cruzó los brazos sobre su pecho, descargando su frustración por el matrimonio de su hermano.

"Por supuesto. Después de todo, ¿qué mujer decente se casaría con un hombre discapacitado como él?" añadió Theo.

"Debemos planificar con cuidado. No podemos permitir que esa mujer se niegue a estar de nuestro lado." Camelia se sumó a la conversación. Su intención de destruir a Riu era evidente.

Vir no se quedó atrás. También habló poco después de su mujer.

"Después, enseñen una lección a Riu. Asegúrese de que no se atreva a actuar de nuevo en el futuro. Si es necesario, elimínenlo."

La conversación continuó, centrada en maquinaciones secretas. Todos parecían fervientes, sin ningún peso en la conciencia.

Solo Kelvin permaneció callado, al igual que el conductor que no se había atrevido a hablar. Ambos estaban en silencio, pero con distintos pensamientos. El conductor estaba agradecido por un nacimiento sencillo, pues con él no se vería envuelto en conflictos letales por la riqueza.

Por su parte, Kelvin seguía pensando en Vale. Por alguna razón, su inquietud crecía ante el inminente encuentro. ¿Y si el esposo de Vale fuera más perfecto que él? Ah, Kelvin no podía aceptarlo.

"Si solo tus padres fueran ricos y tus principios no tan anticuados. No habríamos roto y no necesitarías casarte con otro hombre. Aún serías mi amante, Vale," pensaba Kelvin para sus adentros.

A medida que pasaba el tiempo, se sentía desgarrado por su propio corazón. Por un lado estaba Vale, a quien realmente amaba. Sin embargo, por otro lado, ella ni satisfacía sus deseos ni poseía más riqueza que él. Y por supuesto, ahora estaba casada con otro hombre.

Tan absorto estaba en sus pensamientos, Kelvin no se dio cuenta de que el viaje había terminado. El coche que lo llevaba se había detenido frente a una majestuosa casa de tres pisos dominada por el dorado, la residencia principal de la familia Brox.

"¡Bienvenidos, señor, señora!"

Cuatro sirvientes los saludaron respetuosamente. No solo hicieron reverencias con saludos, sino que también llevaron el equipaje y las pertenencias.

Al llegar a la sala de estar, otro sirviente los recibió y los condujo a la sala familiar, un espacio donde Jason y Riu estaban esperando.

"Bienvenidos de nuevo, hermanos. ¿Cómo están?" saludó Riu con su amplia sonrisa. Sin embargo, su bienvenida no fue recibida calurosamente por Annisa y los demás. Respondieron lo mínimo, lo suficiente para evitar que Jason se volviera sospechoso.

"Me alegra verlos regresar sanos y salvos. Consideren quedarse más tiempo esta vez." Jason abrazó a Camelia y Annisa por turnos y luego hizo lo mismo con Kelvin.

Jason actuaba con normalidad, aunque internamente ansioso. La visita secreta de Sander lo había puesto en conocimiento de que había conflictos entre sus nietos.

Tras intercambiar cordialidades, todos tomaron asiento. Annisa se posicionó directamente frente a Riu. Su mirada casi nunca se apartaba de su hermano, penetrante, por supuesto. No obstante, Riu fingía no darse cuenta.

"¿Dónde está tu esposa? ¿No la invitaste aquí?" preguntó Theo, mirando alrededor. Buscando a la esposa de Riu que podría estar ayudando a los sirvientes. Siendo una mujer rústica, sería lo típico, ¿verdad?

"Ella aún está trabajando, hermano. Vendrá para la cena," respondió Riu, aún con una sonrisa. Parecía cómodo sentado en su silla de ruedas, como si fuera un trono de orgullo.

Theo lo miró con desdén, "¿Trabajando dónde?"

"Justo por aquí," respondió Riu. No era mentira, ya que el lugar de trabajo de Vale estaba de hecho en la misma ciudad, sin requerir horas de viaje.

Pero Theo y los demás malinterpretaron. Presumieron que el trabajo de Vale era solo en algún café o restaurante ordinario realmente cercano.

"Vaya, así que escondiste su identidad, Tío. Resulta... que es solo una mujer ordinaria trabajando en un lugar pequeño," susurró Kelvin en voz baja. Sin embargo, fue lo suficientemente alto para ser escuchado.

"Vin, no seas así. Ella es la mujer que tu tío eligió, deberíamos respetarla. Y tú, Riu, no tienes intención de divorciarte de ella, ¿verdad?" Annisa sonrió triunfalmente.

"Por supuesto que no, hermana. Aunque es una mujer ordinaria, tiene un buen corazón. Está dispuesta a trabajar a pesar de que yo puedo proveer para todas sus necesidades. Creo... que eso es más digno de matrimonio, en lugar de ser hermosa y seductora pero... codiciando la riqueza de los parientes," replicó Riu mientras alcanzaba su bebida.

Lanzó una breve mirada hacia Vir y Theo, quienes parecían incendiados por su reciente pulla.

"Si ellos son más capaces de manejar los asuntos, solo es justo. Mejor ellos a que el propio descendiente lleve las cosas mal. Es lamentable para los padres, todo su trabajo duro desperdiciado." Con los puños apretados con fuerza, Vir entregó su réplica.

"Ya basta. Todos han tenido un largo viaje. Mejor descansen por ahora. Riu, también has tenido un día bastante ajetreado en la oficina. Descansa, ¿quieres!" intervino Jason, detectando una corriente subterránea en la conversación de sus hijos. Antes de que pudiera escalar, decidió poner fin a la misma.

"Esa parece ser una buena idea. Hermanos, ¡descansen! Yo también descansaré. Luego, podemos reunirnos nuevamente para la cena, y les presentaré a mi esposa. Kelvin, con suerte, te agradará tu tía," dijo Riu, una vez más con calma y una sonrisa.

"¿Por qué yo?" frunció el ceño Kelvin.

"Aún eres soltero. Quién sabe, después de conocer a tu tía, quizás también desees casarte. Tus padres están bien establecidos, y tú tienes la edad adecuada; no estaría de más considerarlo, ¿verdad?"

"Me casaré por mi propio deseo, no porque conozca a la Tía. ¿Qué tan impresionante puede ser ella para influir en mis decisiones importantes?" refunfuñó Kelvin, indignado por las palabras de Riu que parecían ensalzar a su esposa.

Sin esperar la respuesta de Riu, Kelvin se fue abruptamente. Annisa y los demás se apresuraron a seguirlo, incluido Jason.

Justo cuando Jason estaba saliendo de la habitación, Riu lo llamó.

"¿Qué sucede, Riu?"

"Nada en particular. Solo quería decir, sigo manteniendo la promesa que papá hizo ayer."

El cuerpo de Jason se tensó. Comenzó a preguntarse qué podría haber escapado de su conocimiento.

Lamentablemente, los sirvientes ya habían alejado la silla de ruedas de Riu, por lo que Jason no pudo preguntar más. Solo le quedaba esperar hasta que el tiempo revelara la respuesta por sí solo.

_____

A las exactamente 7:00 PM, Jason y sus descendientes se reunieron en la mesa del comedor. La comida estaba espléndidamente dispuesta, pero aún había una silla vacía, al lado de Riu.

Los rostros presentes llevaban expresiones de molestia, disgustados por la perspectiva de esperar. Especialmente por la esposa de Riu, una figura trivial a sus ojos.

"Riu, hemos estado sentados aquí durante cinco minutos, y tu esposa todavía no está aquí. ¿Es esto educado? ¿Es esto lo que llamaste una buena mujer antes?" murmuró Annisa, con los brazos cruzados sobre su pecho.

"Ella ha llegado," respondió Riu.

Con el final de esa frase, el suave sonido de tacones altos resonó haciendo eco. Creciendo más fuerte y más cerca, capturó la atención de varios pares de ojos que ahora miraban en una dirección.

Continuará...

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