Zenny era inesperiente en cosas del amor, pero todo un elite en la pelea, sin piedad cuándo se trata del enemigo, el rey Lexier quién era un joven guerrero despiadado que al enojarse la ira lo dominaba ;y el único que lograría detenerlo era Zenny pues el rey se rendía ante él, el misterio en Zenny y su habilidad eran peliculares y esa mirada hostil que le dio al rey por segunda vez al cuidar al rey, esos mismos ojos que dieron esa mirada fría y sombría que daba al defenderlo fue la misma que lo miró triste, era intrigante, todo eso tenía atrapado al rey.
Zenny tenía cautivado al rey Lexier, su voz, su expresión y su carácter eran atrayentes. El rey quería recompensar y hacer feliz a su salvador casándose con él tal como le sugirió la deidad, pero al verlo todo cambió, al tenerlo de frente, esa sensación de frío y calor, el medio y el coraje, la duda y la certeza que se ocuparon de la mente y del corazón de Lexier eran más fuertes que su deseo de recompensar a Zenny.
Zenny era simple, fuerte, ágil y directo, como entendió la situación de su país y sintió una sensación rara hacia el rey cuando lo conoció en el mercado aceptó casarse con la condición de ser libre en todo momento.
Algo en común que Lexier y Zenny tenían eran que ambos no sé podían controlar cuándo alguien los quitaban del quicio.
Mientras ellos hablaban en la habitación del rey, la Condesa estaba inquieta con la semejanza entre su amiga y Zenny.
Caminaba de un lado a otro preguntándose ¿cómo podría dejar pasar esa oportunidad de descubrir esa sospecha?, ya decidida abrió su ropero, separa un par de ropas de guerra, abrió su joyero y de entre las ropas quito una llave se agachó entre el criado y el ropero abrió el cajón del mismo y sacó una vieja armadura suya, la armadura era dorada desgastada, sonriendo la bajo sobre su cama, abrió la otra puerta del ropero y agarró su vieja espada también desgastada.
Minutos después salió de su habitación como una mujer lista para la guerra, armadura desgastada, sus zapatos y casco también, su esposo el Conde Marki se quedó atónito cuando la vio bajar la escalera y sorpreso exclama a su esposa
"¡Sanrri!, ¿para dónde vas con esa vieja armadura?", Marki se acerca desconcertado pues no entendía nada
"¡Tranquilo!, no hay nada de que alarmarse, más bien es motivo de alegría, ¡estoy segura de que querrás conocer al hijo de nuestros difuntos amigos!", dijo la Condesa con una voz confiante
"¿Hablas del único hijo de la familia Levier?, ¡por supuesto que sí!", dijo feliz el Conde
"Correcto, querido", responde la Condesa al besar a su esposo en los labios
"¿Y en dónde está el pequeño Zen?, ¿y quién es?", pregunto entusiasmado el Conde al bajar su taza con té en la mesa al lado del sofá
"¡Calma!, iremos para halla justo ahora, ¿oh no quieres acompañarme? Conde Marki Pieterson"
"¡Claro que te acompañaré!, es un honor acompañarte Condesa Melania", dijo el Conde al mostrarle el brazo izquierdo por el cual se sostuvo Melania
Mientras que los Condes se dirigían al castillo el país estaba muy ruidoso, era un parloteo y cruces de personas para todos lados, pues al día siguiente se casaba el rey Lexier con una reina por el mismo elegida y que ellos desconocían. A pesar de eso todos estaban felices y ansiosos, ya que después de mucho se casaría el rey, todo el caos fue bueno para ellos mismos; pues ganaron muchas cosas elegantes para asistir a la boda.
Para el pueblo el rey era un joven astuto y muy inteligente, admirado por su gente y digno de ser el único hijo de los difuntos reyes de Castelli.
Lexier sacó la belleza, el carácter y la sencillez de su madre tanto la asemeja que incluso su manera de pensar sobre la ayuda al prójimo eran iguales, ya de su padre sacó como herencia la frialdad, la duda en todo, y era directo como su padre, ya ser astuto en batallas lo sacó de los dos; ya su inteligencia era propia, para llevar a regir el país como un buen rey fue gracias a sus doncellas y su padrino Olkier, ellos ayudaron y enseñaron a Lexier desde pequeño, pues Lexier desde los cinco años el empezó a interesarse por cosas del Imperio y de la guerra. El padre de Lexier el difunto rey Grer vio en su hijo la imagen de su amada reina y decidió dar a su único hijo la corona de los primeros Reyes y defensores del país.
Cuando murió la reina Lexier tenías ocho años de edad, pudo verse en aquel niño que alegre sonreía y corría feliz por el castillo una mirada neutra, unos ojos apagados y la frialdad en su corazón, creció con un buen hijo, pues eso quiso su madre, siempre atento a su padre y al Imperio.
Su madre Lodier Farir, era la general del ejército Imperial ella era una reina fuerte, ágil y muy sanguinaria cuando alguien trataba de invadir el país con apenas un hijo y muy joven ella lideró al Imperio como si fuera una simple casa, tenía sus grupos especializados en cada función y era muy temida por los demás reinos, ya que eran ex miembros de su antiguo país, la tropa al mando del general Grer Castelli sobrevivió aún ataque enemigo, pero su país pereció, ellos fueron un grupo de cien personas que se dividieron en cuatro grupos así cada uno de esos grupos crearon su propio país, ellos fueron un total de cien personas que se dividieron en cuatro grupos crearon su propio país, uno de ellos es el país del Sur, el Imperio Negro en la batalla contra ese país fue que la reina y emperatriz Lodier murió con casi todo el miembro de sus equipos, pero fuera de eso el país de ellos no fue invadido.
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