CAP 8

¿Que imaginaste al salir de casa? - le decía su suegra al verla llegar - Eres una persona muy mal mirada...solo causas risas.

Eunice se tiró a la cama y comenzó a llorar.

- ¡Déjala en paz Ana! ¿No ves como está?

- ¡Tu cállate! Eso pasó por tu culpa.

Ivette se sentía muy mal por ver a Eunice llorar de aquella manera.

Ana salió de la habitación dando un portazo e Ivette se quedó acariciando a Eunice

- Lo siento mucho pequeña, no era mi intención.

Estaba desconsolada.

Gerson y Lucas estaban, para variar, en unos de esos bares que acostumbraban a ir...

- ¿Porqué no me dijiste que te habías casado con un...un...?- soltó una carcajada - no puedo ponerle nombre

- Seguí tu conejo -le miró enojado

- Pero amigo, las viudas son más guapas que eso que hoy ví.

Palmeó su hombro y bebió de la jarra que le había servido el bartender al verlos llegar.

- Burlarte todo lo que quieras...solo estará un tiempo

- ummm y dime - dejó la jarra sobre la barra - ¿Cómo se siente hacerle el amor a una fea?

Volvió a soltar una carcajada, se burlaba de Lucas... pero este estaba serio...de pronto su amigo dejó de reír y Lucas lo miró extrañado

- ¿Que te pasó?

Gerson hizo un gesto con la cabeza para que Lucas volteara.

El prestamista acababa de entrar.

- ¡Oh Lucas! - le saludó - ¿Cuándo has regresado?

Se sentó en la banqueta de al lado.

- Te fuí a buscar pero andabas de viaje.

-¿Ah sí?

Lucas bebió un sorbo de su cerveza, estaba calmado aparentemente.

- Sí, fuí. Ya tengo tu dinero, cuando quieras te transfiero a tu cuenta.

- ¿También están mis intereses?

Lucas lo miró extrañado.

- ¿Cómo que intereses?

El prestamista soltó una risa algo divertido.

- ¿No pensarías que era un préstamo al mismo costo?

Lucas suspiró fastidiado

- No, lo supuse. ¿De cuánto es el interés?

- Dos mil más

Lucas río

- Estás loco - comentó bebiendo nuevamente de su cerveza... alguien lo tomó de su camisa con mucha fuerza

- No Lucas, loco estás tú si no me pagas mañana todo.

- Está bien - levantó las manos en señal de paz - mañana en la tarde te pago todo.

El prestamista le palmeó levemente la mejilla y con una risita salió del lugar.

- Amigo, más te vales que pagues...si no...

- ¡Lo haré Gerson! ¡No te preocupes!

- ¿Imagínate si se entera que te tiras a su mujerón?

- Ni pensarlo - sacudió su cabeza de manera negativa y se bebió de una vez la cerveza restante.

Llegó a casa ebrio, como siempre, eran altas horas de la madrugada y naturalmente, traía un olor dulce que era del perfume de una mujer...

- ¿Lucas, otra vez estuviste con alguien?

- No comiences...- se desvistió

- Llevo tres meses casada contigo, nunca me miras...ni siquiera me besas...

Pensó en el dinero que necesitaba.

- Tienes razón mi florecita, perdona por eso. Mejor nos acostamos ¿sí?

Ese cambio de actitud hizo que Eunice se ablandara un poco. Llevaba una pijama de algodón...nada sexy...

Pero Lucas debía obtener ese dinero y no sabía de qué otra forma obtenerlo...o era acostarse con su mujer o morir a manos del prestamista. Pensaría en otra mujer y punto, sería muy fácil.

Se acercó a Eunice y la tomó de la cintura, besó su frente, su nariz y por último sus labios...eran dulce...

Introdujo las manos por dentro de la camiseta que ella llevaba, su piel era delicada y cálida... tocó sus pechos, estaban duros...los acariciaba... luego la llevó hasta la cama...mientras la acariciaba sus ojos estaban cerrados...besaba su abdomen...la dejó totalmente desnuda... jadeante...la fue tocando hasta que se puso a horcajadas sobre ella y la poseyó...ella se arqueaba bajo de él...disfrutaba de lo que él le hacía...por primera vez era la mujer de alguien...

La mañana llegó muy aprisa para Eunice quien sonreía muy feliz. Su suegra entró a la habitación y ella se tapó apresuradamente.

- ¿Que ha sucedido aquí? - miraba atónita - ¡Lucas! - le despertaba - ¿Lucas qué has hecho? ¿Te protegiste verdad?

A los gritos de su madre Lucas se despertó, Eunice estaba muy avergonzada.

- ¿Que rayos haces en mi habitación y porqué gritas?

- ¡Te has acostado con esto! - señalaba a Eunice quien estaba a punto de llorar.

Lucas se volteó y la miró, tragó en seco... miró a su madre

- ¿De qué te sorprendes? ¿Acaso no es mi esposa?

-¡Pero Lucas!

-Doña Ana, me duele un poco la cabeza, ¿puedes irte de aquí?

Cómo Lucas veía que su madre los miraba con desagrado, se levantó, estaba totalmente desnudo, la tomó de la mano y la sacó fuera. Luego se volvió a la cama y acarició a Eunice

- ¿La pasaste bien anoche?

Ella asintió, era la primera vez que Lucas la defendía y se sentía más feliz...

- Me bañare primero, tengo que salir a resolver unos asuntos.

Eunice solo asintió...y el se metió al baño.

-¿Que hiciste Lucas? - se decía el mismo frente al espejo - ¿Te cuidaste al menos?

No lo recordaba a ciencias cierta...estaba muy ebrio ... cerró los ojos y rogó a Dios por haberse cuidado...no quería tener hijos y menos con la fea...

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