-! CUIDADO ¡-
Los instintos de Amaru lo hicieron volverse, no logro distinguir la figura que le pateo la mano con la cual empuñaba el sable , pero el grito de ataque vino desde la puerta de entrada a la habitación, consiguiendo desarmarlo; la siguiente patada si logro esquivarla, girando hacia atrás sobre sus manos, pero su oponente volvió a buscarlo en una seguidilla de patadas y golpes rápidos de puños, Amaru consiguió dominar la sorpresa inicial y pronto se puso a la par de su oponente, la figura menuda, cabellos largos recogidos, hombros angostos, por el alcance de sus patadas el joven príncipe logro distinguir que era más bajo que el, pero ágil y bastante preciso, no solo no podía verle el rostro por la penumbra de la habitación, sino que no lograba atraparlo para dominarlo. Ante el escenario, pensó que podría poner fin a aquella pelea antes que Gian se involucrara solo si alcanzaba su sable, pero una y otra vez su oponente pateaba el arma lejos de él, hasta que en un descuido de su adversario logro derribarlo conectando un potente puñetazo y arrojándose sobre aquel cuerpo para quedar encima suyo y observar como el pecho ondulado de su oponente subía y bajaba en respiraciones controladas, las muñecas delgadas atrapadas entre sus manos y la cintura curva seguida de unas caderas redondas que el sujetaba entre sus piernas , Amaru confuso miraba los labios rosas, llenos y pequeños que formaban una boca delicada y los ojos verdes azulados feroces que lo miraban desde atrás de unas largas pestañas rizadas.
-Es suficiente- Gian se acercó y sujetando el cuello de la chaqueta de Amaru logro levantarlo aprovechándose de su desconcierto.
La muchacha, una niña menuda, de cabellos oscuros, piel clara, de unos 14 años pero presencia fría y un tanto agresiva, dio un salto y se puso de pie.
-Shiu, no seas grosera con nuestro invitado.-
Amaru parecía una camisa colgada en la soga para secarse, contemplaba a la joven con curiosidad y un extraño presentimiento comenzó a formarse en su corazón.-
-Grosero es el que se mete en casa ajena para apuntar al dueño con un estúpido sable.- furiosa, volvió a patear el arma de Amaru.-
-Ey ¿por qué haces eso?.-
El joven príncipe recobro la compostura y fue en busca de su sable, Gian lo observo, parecía menos confiado, como si de pronto estuviera siendo más tímido que cuando ingreso a la casa, levemente desconcertado, envaino su sable y luego de permanecer en silencio un largo rato dijo,mirando a Gian pero señalando a la Shiu.
-¿Quién es?
-Eso no es de incumbencia de su alteza-
-¿Alteza?- sorprendida, Shiu miro a ambos hombres.
-Claro- Amaru se aclaró la garganta y abrió la boca como para explicar algo cuando un grito aterrado se escuchó en sus oídos, obligándolo a contorsionar la cara de manera horrible.
-¡¡¡ALTEZAAAAAAA!!!!-
En medio del enfrentamiento con su menuda adversaria, había olvidado completamente a Louis parado en el edificio de enfrente, el jovencito fue testigo de la pelea a lo lejos, preocupado por Amaru e imaginándose todos los escenarios catastróficos posibles de sí mismo, explicándole a sus majestades la suerte corrida por el único heredero al otro de línea directa, pronto empezó a enloquecer de terror, solo de pensar en las mil maneras que tendrían los emperadores para castigarlo.
-Louis no grites, aquí estoy...-dubitativo finalmente dijo-Ven-
-¿¿¿A quién le estas pidiendo que venga??? ¿¿¿Con permiso de quién???- Shiu estaba enojada y expectante, no quería más intrusos que amenazaran la vida de su padre-
-Está bien Shiu...no te alarmes, aún tengo a los guerreros de hierro si nos causan problemas.- Dijo en un tono divertido, Gian.
Amaru seguía mirando a Shiu con una mirada entreverada, como si no llegara a acomodar correctamente todos sus pensamientos. Antes de irse de la habitación, Gian había sentado a ambos jovencitos en un sillón de 3 cuerpos de cuero negro, que una y otra vez en su pelea, Amaru había pisado casi sin darse cuenta, Shiu estaba sentada rígidamente en un sillón de un solo cuerpo frente a ellos. Los puños cerrados sobre sus rodillas, un pequeño moretón comenzaba a tomar forma en su mejilla derecha, el joven príncipe se encontró a si mismo lamentando el golpe que lanzo para derribarla y que había dado de lleno en el rostro de la niña.
-¿Cuántos años tienes?
Shiu no respondió, el insistió.
-¿14? .-
Shiu lo miro con rabia y devolvió la vista a sus puños cerrados, Louis intervino.
-Majestad, no creo que sea buena idea molestarla, ese guardia de hierro detrás se ve feroz.-
Amaru dirigió la mirada a la armadura bruñida de la edad media completa con yelmo, guanteletes y espada que estaba pegada a la pared dentro de una vitrina.
Gian regreso con un botiquín de primeros auxilios y comenzó a curar los cortes de la niña.
-Eres Louis de la casa de Mediamar?
Luois se puso rígido al escuchar la pregunta, contesto con un tono de voz más alto de lo que hubiese querido, delatando su nerviosismo.
-¡Si sr!-
Shiu miro a su padre de manera intensa, este esquivo la mirada mientras sonreía divertido.
-Dígame pequeño marqués, ¿saben sus padres que está en la tierra?
Louis hizo acopio de toda su inteligencia para tratar de esquivar la pregunta lo mejor que pudo.
-Mis padres me han dado orden de seguir a su alteza a donde vaya, protegerlo con mi vida si es necesario.-
-Oh, ¿Es así?- respondió mientras termina de poder una venda en la muñeca de Shiu.
Luego se levantó y se dirigió a donde los muchachos esperaban su turno para mirar las magulladuras.-
-Lo felicito por el hechizo de ruptura, estuvo casi perfecto-
-¿Casi?-
El trozo de gaza con alcohol desinfectante se estrelló en la mejilla izquierda de Amaru, justo debajo de su ojos para obligar al príncipe a intentar huir mientras el corte, con forma de lágrima que ya tenía la sangre seca, ardía por el alcohol desinfectante.
-Esto dejara una cicatriz alteza, se cortó al atravesar el ventanal. Eso demuestra que el conjuro no estuvo bien diseñado desde un principio. Es posible incluso que el mismo ventanal colapse-
-No le tengo miedo a las cicatrices, soy un hombre...no es algo de lo que deba preocuparme.-
Mientras Amaru hacia alarde de su hombría, Louis se acercó al ventanal; quería comprobar la integridad del objeto que él había hechizado...noto en uno de los paneles de vidrio una gota de sangre, pero la gota no estaba ni por este lado ni por el lado de afuera de la casa, sino en el interior del panel de vidrio, integrada dentro....como si siempre hubiese sido uno con el vidrio...Louis tuvo una extraña sensación de miedo.
-Ya deberíamos regresar.-
Dijo abruptamente, Amaru se puso de pie mirando a su amigo.
-Espera, aún no hemos descubierto lo que queríamos descubrir.-
-¿Y qué era eso Su Majestad?- Gian sonrió mientras acariciaba la cabeza de Shiu
Amaru se sintió ligeramente avergonzado, Gian sonrió, del jovencito confiado y un tanto presuntuoso que entro como un relámpago en su oficina, no había rastros, decidió molestarlo aún más.
-Ah si-dijo como si acabase de recordar- pruebas de mi traición.-
Shiu se puso de pie violentamente.
-¿¡Queee!? Mi padre no es un traidor...-miro a Amaru con los ojos llenos de oscuridad, arrepentida de no haber continuado con la pelea hasta ganarle.
-Yo...no quise decir eso...pero el sr Gian se ha estado comportando extrañamente los últimos 15 años...tú también sospecharías si lo vieras faltar a su palabra muchas veces...pero creo que ahora entiendo por qué...y a menos que el sr Gian se halla casado...creo saber quién eres también.-
La sonrisa que Gian había mantenido en su cara se desvaneció.
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