CAPÍTULO III REENCUENTRO

LAURA

– ¡Buenas noches! – ¡Dios mío! Esa voz… al principio me quedé petrificada, pero luego lentamente me volteé, y allí estaba él, no puedo creerlo. ¡VOLVIÓ!!

. – Matthew, volviste - susurre, sentí que mis piernas iban a fallarme y Luiggi me sostuvo, tome fuerte su brazo. Él siguió el movimiento de mi mano, y cuando nuestras miradas se encontraron sentí puñales en mi corazón. Su mirada era tan fría y cargada de desprecio, que tuve ganas de llorar. Aparta la mirada de mí, para dirigirse al alcalde.

Mientras conversa con él, lo detallé … está tan guapo como siempre, tal vez más fornido, noté como algunas canas brillan en su sien y en esa barba impecable, que invita a ser tocada, antes me encantaba acariciarla. Dios, está tan atractivo, tan bello, y está tan cerca y tan lejos a la vez. Ese aire de dureza que tiene, lo hace ver más maduro. Lleva un traje completamente negro y a la medida, pude imaginarme su cuerpo debajo de él, y mi mente se perturbó.

No escuchaba nada de lo que ellos están hablando, hasta que Matthew mencionó a su acompañante. A quien le dirigí la mirada. Como estuve tan embelesada destallándolo a él, no me había fijado que estaba tomado de la mano de esa mujer … Que… ¿Hannah, es Hannah O’Connor? Hace mucho que no la veía, de hecho, no había vuelto a saber de ella, desde que dejé de trabajar en la empresa de Matt.

. – Por supuesto señor alcalde. Pasaremos a mostrarle los proyectos. Por favor, permítame, le presento a mi prometida – fue lo único que escuché, prometida, dijo prometida, y con su voz tan suave, y su mirada tan dulce, cuando la dirigió a ella, era otro refiriéndose a ella. Sentí una punzada fuerte en mi corazón. No puede ser, pero ¿cómo es posible, su prometida, acaso escuché bien?

. – Encantado señorita Charlotte, entonces usted también es de la ciudad. No había tenido el gusto – Tom tomó su mano y la besó.

. – Que amble señor. Si, de aquí soy. Hace un tiempo me fui y no había vuelto… hasta hoy que volví con mi novio – dice toda melosa y me mira. No me quedo más que tragar seco, y mire a Matt esperando que lo negara, aunque ya la había presentado como su prometida, quiero creer que sigo escuchando mal.

. – Me alegro de que hayan decidido regresar, ambos. Es un honor tenerlos aquí – Tom voltea hacia nosotros – les presento a mis mejores colaboradores. Luiggi Smith, Charlotte Stone y Laura Jones.

Matt mira de uno a uno, y cuando pasa de Charlotte a Luiggi y a mí al mismo tiempo, su sonrisa fue de ironía, odio, y desprecio, ¿es posible que siga creyendo aún aquel cuento?

. – Mucho gusto señorita Stone – le tiende su mano a Charlotte, quien la toma algo nerviosa.

. – Mucho gusto señor Miller, señorita O’Connor, bienvenidos – responde cordialmente.

. – A los otros dos los distingo – dice de forma déspota – buenas noches – aun así, decidió saludarnos, supongo que por mera cortesía y sin mirarnos prácticamente, pero con un tono sumamente seco.

Luiggi le contesto también con el mismo tono, yo solo lo mire, no podía dejar de mirarlo, además, aunque hubiese querido, las palabras no salían de mi boca. ¡¡Lo amo tanto!! Cuánto quisiera tener el poder de retroceder el tiempo, y que nunca nos hubiesen separado. ¡Éramos tan felices!

. – A qué bueno que se conozcan – dice Tom – ellos son mi mejor equipo, el dúo fantástico – nos señala a Luiggi y a mí. ¡Dios!! ¿podría esto ser peor?

. – Por supuesto que si – su tono era de burla y descrédito. Se lo que está pensando. ¿En serio, Aún crees eso Matthew? ¡Ya madura por Dios!

. – ¿Entonces están solo de visita? - me quedo atenta a la pregunta de Tom y Antes de que Matthew respondiera habló Hannah con su voz melosa entrelazando sus manos con las de Matt. ¡Estúpida!

. – Sí, la verdad vinimos a resolver UNOS ASUNTOS – esto lo dijo mirando directamente hacia mí - para volver lo más pronto posible a Londres a casarnos - Mis ojos se nublaron, pero me obligué a que las lágrimas no cayeran. No es posible. Matthew mírame, aquí estoy amor, mírame… no lo hizo. ¿Por qué, qué haces Matthew?

. – Ahhh pero que buena noticia, ojalá logren resolver entonces, y muchas felicidades – Tom les tendió la mano y ambos la estrecharon alegremente. Yo, sin embargo, ¡¡quería gritar!! Alguien llamo a Tom en ese momento - Espero que sigan disfrutando de la velada, disculpen están reclamando mi presencia en las demás mesas, pero quedan en buenas manos - dice señalándonos nuevamente.

. – Entendemos señor alcalde, gracias y felicidades por el evento – Tom aplaude y casi grita de la emoción.

. – Excelente, pero Agradézcanle a la hermosa dama de Vino tinto – dirigiéndose a mí. Si las miradas mataran, seguro ya estuvieran todos en mi funeral. Matthew me miró con una mueca de disgusto en la cara que me incomodo a morir.

. – Claro – espeto con desprecio. Esto es increíble, voltee los ojos.

. – No se sienta obligado por favor – le dije ocultando mi desagrado a su actitud, pero salió la melosa

. – Todo le quedo divino, matti y yo les deseamos muchos éxitos. ¿Verdad amor? – que patética, matti volteo los ojos… no la soporto.

. – Bueno, no le quitamos más tiempo, supongo que el dúo fantástico querrá bailar – dijo Matt dándole énfasis a DÚO FANTASTICO y dirigiendo su mirada a Luiggi y a mí, su tono de burla es detestable, pero antes de que se retire tomo su brazo. Necesito hablarle de nuestro hijo.

Cuando sintió mi mano en su brazo, se tensó, y volteo a mirarme con fuego en sus ojos… me impresioné, y él se acercó lo suficiente para que solo yo pudiera escucharlo…

. – ¡No vuelvas a tocarme en tu miserable vida! – su tono me dio tanto miedo que no pude evitar temblar. ¡Lo solté, y él sacudió su brazo como si lo estuviera contagiando de alguna enfermedad o algo así – ¡Me das asco!! - ¿Cómo? mis ojos se llenaron de lágrimas. Estas peor que antes Matthew, Nunca me había sentido tan humillada y dolida. Ni siquiera cuando aquel escándalo.

. – Matt … - le dije con voz entrecortada – necesitamos hablar...

. – No seas igualada, para ti soy el señor Miller y lo único que tengo que hablar contigo es sobre el divorcio, es más ni siguiera tenemos que hablar. Te lo haré llegar. ¡Con permiso! – me vio de arriba abajo y viceversa.

Cuando nuestras miradas se encontraron nuevamente, solo le faltó escupirme.

¡¡Dios mío, esto no puede estar pasando!! Las lágrimas comenzaron a rodar por mis mejillas mientras lo veía marchar…. Me duele, me duele mucho, necesito salir de aquí. Volteé buscando a Charlotte y ella al mirarme se aferró a mí y me llevó al baño.

Entré y me sostuve del lavado, y solté el llanto retenido, por la forma en que me trato, porque lo amo y ahora se va a casar con otra, por nuestro hijo, porque lo espere, porque tenía esperanzas en que al menos creyera en nuestro amor...

. – No puede ser, no puede ser … Lo voy a perder para siempre, ahora si lo perdí… no, no quiero, no quiero perderlo. No me resigno, Charlotte… no pue… do no puedo respirar – estaba agitada, me estaba faltando el aire, mi corazón está lastimado, literalmente él palpita por obra de Dios – no pue…

. - Laura por favor cálmate, respira con calma – estaba asustada – por favor, amiga vamos, te llevo al hospital – abrí los ojos, no, no puedo salir de aquí así, la tomé del brazo para calmarla, y yo intentarlo también.

. – No, no, vo, voy a estar bien… por, por favor solo trae mi cartera – le pedí, cuando Charlotte salió me agache para tratar de calmarme y superar la crisis, respire con calma varias veces. Cuando sentí que podía respirar mejor, me levanté y caminé hacia uno de los cubículos y vomite…

Justo Charlotte entró y me sostuvo el cabello, mientras yo botaba todo lo que pude… y me puse a llorar nuevamente…

. – Me duele, Matthew me duele ¿por qué, por qué amor, por qué tienes que ser tan terco? Te he esperado tanto. Debes saber, debes saber Matthew, jamás te engañé, jamás lo haría mi vida. Yo Te amo, te amo tanto – cubrí mi cara con mis manos y mis lágrimas brotaban sin parar - Tenemos un hijo como siempre soñamos amor. ¡Oh, Dios, que dolor¡!

. – Laura – Charlotte me levanta del suelo, llorando también – no soporto verte así amiga, vamos y te llevo a tu casa. Necesitas salir de aquí y descansar.

Lo que necesito es a Matthew, necesito a mi amor, lo necesito….

. – ¿Cómo voy a superar esto Charlotte, cómo podré olvidarlo? … Él es mi amor, él es y siempre ha sido el amor de mi vida. Creí que volvería por mí, por nosotros. Que entendería que se equivocó, que reconocería que jamás lo traicioné … Pensé que volvería por nosotros, maldición tenía esperanza. ¡¡Lo he esperado todos estos años!!

. – Vas a salir a delante como siempre amiga, eres una mujer fuerte. Eres maravillosa y además tienes otra razón para vivir…. Tienes a tu hijo, él más que nadie te necesita…

. – Matti – me cubro la cara nuevamente – hijo perdóname, no pude devolverte a tu papá, perdóname… hijo!! – lloré otra vez.

. – Laura – me voltea y me abraza y me deja llorar hasta que ya no pude más – vamos amiga, vamos a casa con tu hijo.

. – Si … Permíteme - tomo mi cartera, saco un frasco, y trato de destaparlo, las manos me tiemblan, debí intentarlo varias veces, hasta que Charlotte me lo quita y saca la pastilla. La coloco en mi boca y me acerco al lavamanos para tomar algo de agua. Me lavé la cara, tomo unas servilletas y me seco. De mi bolso saqué un lápiz labial, y apliqué un poco en mis labios, para después arreglar mi cabello, debo mejorar este aspecto deprimente que tengo. Charlotte me pasó el compacto, le sonreí y me coloqué. No lo uso, pero en este momento me viene bien, un poco de rubor y ya estoy presentable para salir de aquí.

Cuando llegamos a la sala y tratamos de cruzar desapercibidas una luz se enfocó en nosotras y escuchamos a Tom por el parlante…

. - Allí está nuestra querida presentadora, organizadora y arquitecta estrella, Laura Jones – lo que me faltaba, resoplé – quien hará el baile especial con el caballero de la mesa ganadora de esta noche – ¿y eso de donde salió, ¿Cuándo quedamos que debía ser yo? Voy a matarte Tom. ¡¡Con quien quieres quedar bien idiota!! Si, iba a ver un baile especial, pero no era yo precisamente… no me quedó otra, que acercarme hasta donde estaba él, me sonrió tendiéndome la mano y me provoco ahorcarlo. Sonreí de medio lado y volteé los ojos cuando tuvo el descaro de guiñarme el ojo. ¡¡Voy a matarte, lo juro!!

. – Bueno, señores, el afortunado caballero, que tendrá el honor de bailar con nuestra hermosa anfitriona es…. – le acercaron un bol donde estaban los papelitos con los números de la mesa. Tom metió la mano y comenzó a moverlos como en cámara lenta creando ansiedad entre los invitados

. – Que lo saque, que lo saque – empezaron a pedir en las mesas.

. – Ya anúnciame ganador… estoy loco por bailar con ella Jajaja – grito alguien, todos rían, creo que ya el alcohol está haciendo efecto en la mayoría. Yo reía forzadamente, mis ánimos están en Pekín.

. – No, quiero ganar yo – y así hasta que el gracioso de Tom decidió sacar el bendito papel….

. – Y la mesa ganadora es – sacó el papel y lo abrió – la número 17

Inmediatamente, el reflector alumbro a la mesa … Tiré la vista hasta donde estaba la luz, y mis ojos se pusieron como platos, mi cuerpo se tensó, ¡ay por favor no! Era la mesa donde estaba Matt, aunque supongo que no es él quien se va a levantar y menos después de todo lo que me dijo.

Pero observando bien veo que es el único hombre allí sentado. ¿Será posible mi mala suerte? No creo que pueda soportar otro desprecio de su parte. Y él por su lado, veo que tampoco tiene intención alguna, de querer bailar, y menos conmigo, en este momento se lo agradecería la verdad. Él no muestra señal de levantarse, por lo visto me va a dejar plantada, cualquier cosa menos estar cerca de mí supongo.

. – ¿Sr Miller? - Expresa Tom sorprendido - Que buena bienvenida, es usted el afortunado, acérquese, vamos, además Laura y yo queremos darle las gracias por tan significativo donativo de su parte.

¿Afortunado? Dudo que él esté pensando eso… Veo que sigue sin intención de levantarse, está molesto. Sus duras facciones me lo dicen. Tampoco su novia se ve cómoda ante ello. En este momento lo que más deseo es que me trague la tierra.

. – Tom – iba a pedirle detener esto, cuando Matthew se levanta. Mi corazón empezó a latir desbocado. ¡Dios mío, dame fuerza!

Me pareció una eternidad, el tiempo que duro Matt en llegar hasta donde estábamos. Ni siquiera me miró… ¡Qué infantil que eres Matthew Miller!

. – Bueno, señores vamos a dar inicio al baile especial, con estas dos prestigiosas personalidades – ¡Basta! ¡No lo digas Tom, supliqué mentalmente, por favor no lo digas! – ¡Matthew Miller y Laura Jones! – ¡Carajo! Primero silencio, luego murmullos, y por fin aplausos. Ambos sabemos lo que está pasando. Puedo notar como Matthew se tensa, y empuña las manos. ¡Dios, apiádate de mí! ¡¡Creo que en este momento él es capaz de matarme, o por lo menos es lo que más desea!!

Tom se aleja y nos deja ahí, uno al lado del otro, me atrevo a verlo a la cara, y su semblante me hizo temblar.

. – No tienes que hacer esto si no quieres – le digo con cierta alarma, él solo aprieta su mandíbula.

. – ¡Terminemos con esta maldita burla de una vez!! – me tomo de la muñeca con fuerza, y casi me arrastro al centro de la pista.

. – ¡Matthew! – en cuanto dije su nombre me miro con tanta ira, que no pude pronunciar palabra alguna en un rato. Su mano me estaba apretando con tanta fuerza que me dolía – Sr. Miller, me está lastimando – él me apretó más fuerte y gemí de dolor – ¡Basta, por favor, Matt, ay!!

. – ¿Cuándo lo vas a entender? No vuelvas a decir mi nombre – apretaba los dientes mientras hablaba y también su agarre. Gracias a Dios ya las luces se habían puesto tenues para acompañar a la melodía y el baile, porque las lágrimas amenazaban con rodar por mis mejillas, ya no sé si de dolor, por todo lo que me decía, o por su duro trato, me puso la mano en la cintura y comenzamos a bailar – eres indigna siquiera de pronunciarlo.

. – Por favor no hagas esto… – le pedí en un susurro

. – Actúa querida, eres buena para eso – frunzo el ceño sobre todo ante la dureza de su voz – te están mirando o ¿vas a negar que eres la mejor?

. – Matt … ¡Ay Dios mío, Matthew basta… me duele! – aquí si lloré, y oculte mi cara en su pecho, pero él siguió apretando tanto mi muñeca como mi cintura – ¡me estás lastimando Idiota!

. –¡No tanto como tú me lastimaste a mí! – me apartó para alejarme de él. No quería que lo tocara y yo tenía la cabeza recostada en su pecho. Miré al piso, tampoco quiero que me vea llorar.

. – ¡No lo hice Matthew! – me apretó fuerte la cintura enterrando sus dedos – lo juro, ¡ya por favor, para esto!! - jadeé

. – ¡¡Cállate! ¿No te cansas de mentir? – sus estrujones se hacían más fuerte, siento que de alguna forma quiere lastimarme, no solo emocionalmente, sino física también. Realmente está lleno de odio contra mí, un odio mal infundado que lo tiene completamente ciego.

. – Debes creerme Matt, te amo – mis palabras eran susurros que solo él podía escuchar – y tenemos … ¡umh, no… basta, ¡Dios!! – gimo de dolor - Ya no quiero bailar más, por favor para ¡¡Ya no más!!

. – Por supuesto que no, debemos terminar la parodia querida – me dice burlón, estoy segura que quiere torturarme más, entonces decidí, no hablarle, ni mirarlo más, mientras duré este castigo. Nada más se podían escuchar nuestras respiraciones. Lo sentí aflojar su agarre, y percibí una leve caricia, mi cuerpo reaccionó inmediatamente, y pude sentir que al él también le afecto.

Yo tenía la mirada y una mano fija en su pecho y deseaba tanto tocarlo, su cuerpo se ve tan duro y firme como lo recuerdo, aunque más ancho. Sentí tanta nostalgia de él, que suspiré y unas lágrimas inevitablemente rodaron por mis mejillas. Matthew de pronto me acercó más a él, lo sentí temblar al igual que él a mí, pero no le gusto para nada su reacción, y se alejó de mí parándose en seco.

Me suelto, pensé que me iba a dejar allí prácticamente tirada en el estado en el que estoy, pero antes de irse se puso de espaldas al público, cubriéndome.

. – Límpiate la cara – me exige con dureza, con mis palmas limpios mis lágrimas – bien – hicimos una venia y todos aplaudieron y lanzaron silbidos - Nuevamente, hasta nunca SEÑORA Jones. - me suelta y pasa sus manos por el pantalón limpiándose de mi contacto, y se va sin mirar atrás.

. – Adiós amor – susurre más para mí que para él. Hoy me di cuenta que solo en mi mente existió un futuro para los tres, que esperarlo fue un gran error. Mathew ya no es el mismo hombre del que me enamoré, ese jamás me hubiese maltratado de ningún modo. Este nuevo Mathew se dejó corromper por el odio, y no dejó ninguna puerta abierta para enmendar errores, lo peor es que esos errores los está cometiendo él, no yo.

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