El Secreto Detrás de las flores

Bien, creó que si tuviera que ver a Raden, lo mejor sería que me viera como Vanessa, pero sabía que si confiaba siegamente en un demonio, terminaría muriendo antes de tiempo.

Con la mano en el bolsillo aun sostenía aquel pequeño frasco, sabía cómo debía usarlo, para saber si no era veneno.

Acelere mis pasos hasta el jardín, donde recidian preciosas flores, de muchos colores, formas y olores. De mi hermana Genevieve había aprendido como funcionaban los venenos, puesto que a ella le encantaba experimentar; tanto así que un día logro cambiarle el color de cabello a mamá, quedo claro que el amarillo no le quedaba bien y ni hablemos de La intoxicadas qué le pego a papá; si seguía con vida era solo suerte.

Al llegar al jardín, tome un tulipan.«si no es veneno ¿esta flor tendría la cara de Vanessa por 4 horas? Eso si sería divertido» riéndome internamente, se me escapó una sonrisa.

- Se que eres la prometida de mi hermano, pero no puedes entrar a este jardín - la sonrisa se esfumó cuando vi a Raden parado a 2 metros de mi.

Suspire

- y ahora ¿qué? según usted su alteza ¿por qué no puedo? - hice la pregunta y seguí viendo el tulipan qué era de color rosa pastel.

- Todas estas flores las cuido yo, y no permito que nadie entre sin mi autorización, así que largate. - me hubiera ido, pero en ves de decir "por favor retirate" dijo "largate" jajajaja.

No soy de las que reta a alguien, pero en esta familia tal parece que mis límites se iban a poner a prueba una y otra vez.

Con una sonrisa maliciosa, voltee a mirarlo y luego arranque la flor. Esa acción hizo qué los ojos de Raden se abrieran más de lo normal, luego su cara fue de confusión y en menos de dos segundos paso a fruncir el seño, signo de disgusto y enojo.

- Vas a pagar por ello, una cosa es que te metas conmigo y una muy diferente a que te metas con las cosas que me pertenecen

- ¿Y Vanessa también está implicada entre aquellas cosas que dices que te pertenecen? - a estas alturas debía buscar pistas de mis hermanas, puedo deducir qué la última persona que vio a Vanessa fue Raden y Tieran vio a Genevieve... ¿Entonces a donde habrán ido y por qué junto a ellas se fue Aylin?

- Pronto Vanessa será mía, pero eso a ti no te concierne. Devuelve la flor o de lo contrario no respondo. - sin dejar de mirarlo solté la flor, la cual cayó al suelo.

- Upppps- como si no me fijará di un paso hacia adelante y pise aquel tulipán; luego solté una pequeña risa.

Raden por otra parte, no hizo nada, se quedó viendo la flor; sabía que no me haría nada, al fin y al cabo me conoce como la prometida de Tieran, si hace algo sabrá que su hermano puede matarlo. «eso nunca pasará, pero es mejor que piense que es posible»

- Bueno, si me disculpas debo irme, tengo mejores cosas que hacer... mejores que escuchar tus quejas fastidiosas por un simple jardín. - sin poder evitarlo mordí mi labio inferior. Él estaba allí, sin moverse, mirando el tulipán qué antes había estado bajo mi tacón.

Sabía a lo que me enfrentaba, pero creí que el sería el obstáculo. Sin darme cuenta, las flores cambiaron de forma, sus ramas y tallos se extendieron tan grandes que no era nada natural.

No lo pensé y aunque sí, me quede viendo como pendeja como crecían, luego salí corriendo.

Las raíces de las flores salieron de la tierra y como si supieran por quien iban, pasaron por el lado de Raden y llegaron hasta a mi.

Me atraparon con fuerza y luego me jalaron, la velocidad fue impresionante, pero al mismo tiempo fue tan lenta qué vi los ojos de Raden fijos en mí.

Las flores empezaron a enredarse en mi cuerpo, sus tallos con espinas raspaban mi ropa y también mi piel.

- Ayu-ayuda, AYUDA... RADEN NO QUIERO MORIR, HICE MAL ME DISCULPO, POR FAVOR- entre más me atrapaban, perdía aire por la fuerza qué ejercían en mi cuerpo, y  si sus espinas se afincaban más a mí, iban a terminar perforandome.

- Te lo dije, yo las cuido, y te dije que ibas a pagar por ello. - aunque las lágrimas nubablan mi visión, sus rostro solo era indiferente a todo lo que aquellas plantas estaban haciendo.

- Lo se... Raden lo se *cof cof* perdón, perdón... Haré lo que-pidas - las flores empezaron a soltar polen, y no de aquel que las abejas transportan, no; era aquel que te intoxicaba, ahora entendía porque a su alrededor no se encontraba ningún insecto.

- No tienes nada que yo quiera, ojalá Tieran te encuentre tarde, ya muerta. - luego de decir aquello, salió del jardín.

«no quiero morir, sabía a lo que me enfrentaba pero... Nunca imagine esto»

Ya no tenía fuerzas, ni para forcejear y mucho menos para gritar. Antes de desmayarme, sentí como una espina perforó mi piel en el lado derecho de mi abdomen y luego escuche una voz.

- Magaled, suéltala - al decir aquellas palabras, la planta empezó a aflojar su agarre, pero saco con fuerza la espina qué me había perforado; luego, luego me boto al suelo cual basura en descomposición.

Con la vista perdida, toque mi abdomen y aquel sujeto en forma de humano se me acercó, no podía divisarlo bien , solo contemple como el blanco de su cabello brillaba por el sol.

¿Sería el joven de ojos bicolor qué había estado en la biblioteca hace tan solo unas horas atrás?

- ¿Estas bien? - antes de poder decir algo escuche la voz de Raden y luego, como el de cabello blanco le respondía, sabía que estaban peleando, pero el dolor era tan fuerte que concentrarme en escuchar, requería poner más esfuerzo y energías qué ya no me quedaban.

Pensé en el frasco en ese instante y las consecuencias qué tendría... Por desgracia en mi bolsillo ya no se encontraba. Tendría que pedirle a Tieran otro frasco.

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