V

Las calles estaban iluminadas mientras él caminaba sin un rumbo específico por ellas.

Su búsqueda continuaba pero está vez siendo más discretas, tal como si de una misión secreta se tratase.

No era como si estuviera esperando a que de la nada apareciera alguien sin la necesidad de buscarlo, pues aquello era algo que había esperado en su vida y no había dado ningún resultado, pero su nuevo plan consistía en seguir como antes con la excepción de que estaría poniendo más atención en los fantasmas a su alrededor y se esforzaría por socializar más con ellos; quien sabe y más de uno decidiera que no es tan deprimente como parece.

Todo se lo iba a tomar con calma. Ya había pasado una vida solidaria y un poco más de seguir estando solo no iba a causarle ningún mal; podía esperar.

Un estruendo retumbó en el cielo de aquella extraña ciudad y unas gotas aún más raras que no provocaban ninguna sensación al chocar con su figura comenzaron a caer sobre el suelo y los fantasmas. Había pasado ya mucho tiempo desde que llegó a este lugar y no recordaba muy bien como eran las gotas de lluvia en la tierra: ¿Serían azules? ¿O quizás eran blancas? No, estaba seguro que solo la nieve era blanca.

La lluvia en la ciudad era normal para ellos, aunque en los principios se veía muy extraña pero hipnotizante: Cada una era de un color diferente y brillante. Parecían pequeños cristales callendo del cielo, y a su caída daba la impresión de dar más color y brillo a la ciudad.

Nunca supo si se trataba de un efecto de la lluvia pero sentía que cuando esta lo tocaba su energía aumentaba y una extraña sensación como de felicidad lo llenaba. Es por eso que siempre cuando caía la lluvia abandonaba el interior de su hogar para pintarse con ella, Pero esta vez no deseaba sentir aquello por lo que corrió de regreso y se adentró en su hogar.

No se había dado cuenta de aquello hasta que la lluvia comenzó a caer pero por algún extraño motivo se sentía decaído e incluso nostálgico.

Nunca le gustó llorar. Le enseñaron que llorar era solo para la gente débil y nadie quería ser débil; es el motivo por el que dejó de hacerlo cuando tenía apenas 8 años y no recuerda ni una sola vez en su adultez en la que hubiera vuelto a derramar una sola lágrima por muy triste que se encontrara, es por eso que ahora no estaba seguro si a pesar de sentir una necesidad por hacerlo no podía debido a esto o si era solo porque los fantasmas no tenían lágrimas por derramar. Cuando encontrara a alguien se encargaría de preguntárselo pero por ahora solo pudo arrodillarse y presionar su pecho con su puño completamente confundido del por qué repentinamente se encontraba así luego de tanto tiempo de vivir y no vivir de aquella manera.

A pesar de estar muerto seguía sin gustarle la sensación de debilidad es por eso que estaba disgustado consigo mismo pero se decidió a dejarlo pasar al menos por aquella vez. Al final de todo solo era él en aquella habitación. 

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Lluvia Ragne

Lluvia Ragne

Esto es triste 😭

2023-07-28

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