El tiempo suele ser algo efímero en el mundo de los fantasmas, puede que no sea muy diferente al reino mortal pero el transcurso de los días no es muy importante como antes, tanto así que hay momentos en los que no recuerdan ni el año en el que se supone deberían estar ya.
Para ellos el paso del tiempo no suele afectarles en nada y se podría decir incluso que no es importante ni pesado ver los días pasar sin nada nuevo o emocionante. Oh bueno, así lo era antes para Leo, luego todo cambio con la llegada de Francisco a su no-vida.
Con aquel fantasma rojo había recordado algunas de las amistades que se podían apreciar en las calles cuando él era joven; y por supuesto también había recordado el porqué se había alejado de la interacción social con desconocidos casi por completo.
Leo no decía nada y trataba de entender la dinámica que era el convivir con un chico más enérgico que él y, a pesar de lo extraño que suene, la llegada de Francisco no había hecho más que aumentar el sentimiento de soledad que habitaba en Leo.
No quería ser malo pues el otro chico era una buena persona, alegre y amable cuando se habla de sus acciones; pero no era lo que Leo había estado buscando y eso lo hacía sentir quisquilloso.
Pese a todo decidió no hacer nada y esperar a que el tiempo pasara. Podía ser que el motivo se debiera a qué aún no estaba acostumbrado pero para su desgracia no fue así. Cuánto más tiempo pasaba con rojo más solo se sentía y el detonante se presentó un día cuando su ya no tan nuevo amigo apareció con alguien más a su costado.
Su color era de un azul oscuro y por su forma de vestir podía apostar que era del mundo moderno, un poco más actual de lo que era rojo y, además ambos tenían mucho en común como por ejemplo: a los dos les fascina hablar de si mismos. Gris imagino que era por eso que se llevaban tan bien.
En un principio todo parecía norma, como si el azul siempre hubiera estado con ellos; pero con forme más se conocían era más evidente la incomodidad que se expandía en el ambiente. Pronto lo noto: a azul no le agradaba y, para ser honesto, a Leo tampoco le agradaba él pese a ser tan parecido a Francisco.
Era como si fuera igual pero a la vez existiera algo que lo hacía diferente para sus ojos, por lo que podía asegurar que Francisco le agradaba y sin embargo el azul no lo hacía para nada.
Cómo era de esperarse se comenzó a cansar de la situación. Se decidió a despedirse adecuadamente del que fue su amigo por un tiempo y continuar con su búsqueda.
Rojo se entristeció cuando lo hizo pero entendió y le deseo suerte; y Leo no podía mentir, pese al aprecio que le tenía al chico el alivio era más grande que la tristeza cuando terminó con una etapa con la que no estaba feliz.
***¡Descarga NovelToon para disfrutar de una mejor experiencia de lectura!***
Comments
Lluvia Ragne
(。•́︿•̀。)
2023-07-28
0